"¿Por qué?"
¿Por qué aún me buscas con tus mensajes?
¿Qué quieres de mí?
¡Dímelo pronto o te irás de mi vida para
siempre!
Cada mensaje tuyo me trae el recuerdo de
nuestros buenos y felices momentos. Total, que debería acordarme de los
momentos malos para olvidarte, pero así no es posible. Siento que el amor aún
vive en mi corazón. Y... ¿por qué? No quiero sentir más el dolor de mi alma
cuando pienso en ti. ¡Déjame, por favor!
Me pregunto en todo momento por qué es
más fácil recordar las cosas buenas y, además, soñar contigo de nuevo a mi
lado. Intento siempre pensar en los eventos que nos han hecho romper, teniendo
en cuenta que eran tristes y amargos, sin embargo, de ti no me olvido.
Mi corazón llora una vez más y todo lo
que quiero es estar contigo para siempre, solo que no puedo… ¿Por qué?
Bubu
"Campo de Flores"
Esta es una
historia de amor de almas gemelas en un pasado muy, muy lejano...
Había dos
jóvenes que vivían en un pueblo medieval y, desde niños, sabían que se amarían
para siempre jamás. Todos los días
iban a la escuela juntos, caminaban por las calles estrechas y tortuosas. A
veces, se paraban un rato para escuchar la música de unas mujeres vestidas de
blanco que tocaban sus arpas con la misma ligereza que la que tenían sus vestidos.
Otras veces,
caminaban hacia la escuela por los campos de trigo. Esta estaba ubicada
en la cima de una colina con vistas al campo de girasoles. Allí pasaban muchos momentos estudiando hasta que ellegaba la hora del almuerzo.
Cuando volvían
a la hacienda donde vivían, almorzaban y luego iban a trabajar al campo de
lavandas, que eran utilizadas para hacer perfumes. Cada verano,
se realizaba la cosecha y, después, las flores eran almacenadas en una casita
de piedra dentro de unos barriles de madera noble. Pasado algún tiempo, las flores eran apretadas
hasta que salía su esencia, la llamada alma de las flores, y solo entonces esta era
embotellada en recipientes de cristal para, acto seguido, ser transportada y
vendida en las tiendas del casco antiguo.
En invierno,
cuando los campos estaban nevados, ellos ordeñaban parte del ganado para así, con aquella leche, hacer el delicioso queso de la montaña. El amor de estos jóvenes crecía como
las flores del campo, sensible, inocente, perfumado…
El tiempo pasó
y, cuando ya tenían 20 años, resolvieron que era el momento de sellar el amor
que sentían uno por el otro. Así que,
llegado el día de la fiesta, sus padres invitaron a todos los campesinos de las
haciendas vecinas. La gente llevaba sus mejores ropas de fiesta medievales;
las mujeres iban vestidas con blusas rojas y faldas anchas, en los cabellos
pequeñas guirnaldas de flores perfumadas; los hombres se presentaron con sus ropas
tradicionales, como perfectos caballeros.
Había comida
regional: cerdos cocidos bajo la tierra, asado de cordero y sopa de calabaza.
Las mesas, hechas con troncos, estaban adornadas con muchas flores, todos
bailaban cogiéndose las manos formando una rueda alrededor de una gran hoguera que alentaba sus corazones.
De repente,
hubo un estruendo, sin duda era una señal de que la naturaleza anunciaba un
gran momento. Cuando todos se pararon, la sacerdotisa mayor del pueblo surgió del bosque y caminó hacia una mesa de piedra donde los jóvenes la
esperaban.
Así fue como empezó la
ceremonia, haciendo una reverencia ante los novios y levantando su puñal hacia el cielo. Pero de
repente lo bajó, le pidió a los jóvenes que acercasen sus manos e hizo un
pequeño corte en la punta del dedo de cada uno de ellos, consagrando así el
amor y la unión de sus almas para siempre.
Voladoira
Unas historias diferentes...sin duda, interesantes. Gracias a Bubú y a Voladoira. El amor siempre tiene muchas caras y formas.
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