¡El pasado que se fue y el futuro que vendrá!

Queridos lectores correveidileanos:

Hoy estrenamos una sección más, con trabajos realizados por los alumnos de español de nivel B que irán saliendo poco a poco aquí. Esperamos que disfrutéis con este recorrido por tiempos pasados, con una perspectiva interesante y creativa hacia los momentos futuros, que ellos están compartiendo con todos vosotros. Buena lectura y buen viaje en el tiempo...

Profa. Marta Pérez Rodríguez

¡El pasado que se fue y el futuro que vendrá!

Tuve una niñez muy feliz. Pasaba los días jugando en el patio trasero de la casa de mis padres. Imaginaba que el patio era una gran granja y que yo era una princesa que tenía un caballo blanco y que siempre llevaba una capa en la espalda con poderes especiales. Uno de esos poderes era volar cuando estaba en peligro. ¡Imaginaos!... el peligro en aquel tiempo era apenas imaginario.

Además, en la granja había muchos árboles frutales, me encantaba subir para coger las frutas, allí pasaba mucho tiempo comiendo las frutas y observando los pájaros y las mariposas azules. También me encantaba investigar cómo vivían las hormigas, ¡Uh, como eran organizadas! Era divertido hacer experimentos con ellas. A veces, cambiaba sus caminos, solo para ver si iban a perderse de las otras, pero enseguida se encontraban.

Hablaba con las plantas, abrazaba árboles y también tenía una amiga imaginaria que, en verdad, era un enorme cocodrilo hembra, verde y amarillo, que era una bruja con pelo largo y multicolor, ojos verdes y grandes. Ella vivía en una cabaña dentro de un árbol, preparaba pociones mágicas en su caldero, usaba las hierbas que cosechaba en la granja, era un olor maravilloso aquel que salía de su caldero.

Adoraba mojarme con la lluvia en verano y, después de la lluvia, corría hacia los arbustos de hinojo, donde las mariquitas hacían la fiesta. Cuando pienso en esto, puedo sentir el olor de la tierra mojada y de los arbustos de hinojo, ¡Qué buena fue mi niñez!

En el presente sigo haciendo algunas cosas que hacía, pero me gustaría hacer más... Todavía abrazo árboles y charlo con mis flores, pero ya no subo a los árboles para comer las frutas, ni tengo una capa mágica para huir del peligro. Me sigue gustando el olor de tierra mojada y estar alrededor de la naturaleza después de la lluvia, todavía camino descalza por el césped y me encantan las “pociones mágicas" de hierbas. También tengo una amiga bruja, una persona de verdad muy amable, y no un cocodrilo hembra.

¿El futuro? Solo podemos imaginarlo porque ahora el presente es todo lo que tenemos. El futuro es un misterio, pero si pudiera imaginarlo, lo imaginaría así: "Viviría en una cabaña en la montaña, cercada por la naturaleza, me despertaría con los pájaros cantando y el gallo cacareando que un lindo día empezó. Al despertar, miraría por una gran ventana el césped, todavía mojado por el rocío, y las lavandas bailando con el viento. Tomaría el desayuno bajo un árbol perfumado por las flores primaverales. Para el almuerzo cosecharía las verduras en el jardín. Para postre un delicioso dulce de frutas rojas cosechadas en el bosque. Sería una vida muy buena, podría pasarme las tardes leyendo, sentada en una silla en el balcón, por la noche reuniría a unos buenos amigos para cenar y después podríamos hacer una rueda cerca de una hoguera para cantar, charlar y contar unas buenas historias acerca de la vida que vendrá.

Alessandra Curcio de Souza - B1