El director Javier Fuentes-León, peruano de
Lima, estrenó su primera película en 2010, año en el que volvió a su país
después de una larga temporada en Estados Unidos, donde realizó una maestría en
dirección de cine en el California Institute of the Arts (CalArts). Para su
primer trabajo eligió un tema muy polémico en su país, así como en toda
Latinoamérica, la homosexualidad, y con esta temática controvertida, intenta
romper con los valores de una sociedad discriminatoria.
“Haber vivido mucho tiempo fuera de Perú me ha
permitido ver con una nueva perspectiva ciertos aspectos de la sociedad en la
que crecí, y constatar cómo muchas veces en ella (y en casi toda Latinoamérica)
se tergiversa el concepto de lo que significa ser “hombre”, y se reemplaza por
definiciones mucho más pobres y limitadas que tienen que ver menos con el honor
y la autenticidad y más con la masculinidad y la fuerza”.
Protagonizado por Tatiana Astengo, Manolo Cardona
y Cristian Mercado, el film tuvo una repercusión tan sorprendente que recibió
53 premiaciones en festivales nacionales y extranjeros, incluso fue el
representante de Perú en los Premios Oscar de 2011. Fue proyectado en Irlanda,
Francia, Bolivia y otra decena de países, como también traducido al chino y al
portugués.
Contracorriente es un drama romántico ambientado
en un rústico, tranquilo y religioso pueblo pesquero, donde vive Miguel, un
simple y respetable pescador, que tiene un secreto: mantiene una intensa
relación de amor con un forastero llamado Santiago, pintor homosexual asumido,
que pasa todos sus veranos en el pueblo. El escenario de esta intensa relación
de deseo es una playa rustica y desierta que abriga a los amantes en sus
momentos de intimidad. Las escenas de esta pasión son explícitas, sin embargo,
interpreto la desnudez y el sexo en la arena como símbolos de la pureza de los
sentimientos desprovistos de egoísmo, mezquindad y vanidad.
En toda la extensión del largometraje se
presenta una buena dosis de discriminación, pero el elemento más fuerte es el
prejuicio interno de Miguel que traba una pelea íntima entre las costumbres, la
tradición, la religiosidad y la familia, o sea, un gran conflicto entre lo
correcto y lo equivocado, así como se puede observar en la escena en la que lee
un texto de la Biblia: “A cualquiera que haga caer en pecado a uno de estos
pequeños que creen en mí, mejor le sería que lo echara al mar con una gran
piedra de molino atada al cuello. Si tu mano te hace caer en pecado,
córtatela. Es mejor que entres manco en la vida, y no con dos manos vayas a
parar al infierno, donde el fuego no se puede apagar. Si tu pie te hace
caer en pecado, córtatelo. Es mejor que entres cojo en la vida, y no con dos
pies seas arrojado al infierno.”
Todas estas cuestiones se intensifican cuando
Santiago desaparece en el mar tras una discusión con Miguel, para no volver
nunca más. En este momento, la película empieza a seguir la línea de la
narrativa fantástica que permite a los amantes vivir su amor de manera abierta,
pero el duelo por la ausencia del amado y la certeza de que ya no consigue
hacer feliz a todos los que ama, despierta en Miguel la necesidad de dignificar
la memoria de Santiago, aunque esto ponga fin a su matrimonio con Mariela y
conlleve a la pérdida del respeto de su comunidad.
Contracorriente es esto: una mezcla de
erotismo homosexual y amor verdadero; de dignidad e intolerancia; de respeto y
deseo. Un film que merece la pena ser visto para que cada uno construya su
propia opinión, descubra hasta dónde va su tolerancia y cuál es el tamaño de
sus prejuicios.
Cristiane Guerreiro
Ficha Técnica:
Título: Contracorriente
Dirección: Javier Fuentes-León
País: Francia, Alemania, Colombia, Perú
Año: 2009
Duración: 100 min.
Género: Drama
Reparto: Tatiana Astengo, Cristian Mercado, Manolo
Cardona
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