Este es el texto original que le dio la idea al
alumno Paschoal Pedote para escribir su artículo. Paschoal ha querido
compartirlo también. Él ha consultado la versión en papel. Aquí está la versión
digital:
"Cuéntalo al
revés" por HENRIQUE LAZO
Hasta que Paul Eckman, pionero en el estudio de
las emociones y sus relaciones con la expresión facial, demostrara la
universalidad de las expresiones humanas, se tenía establecido que dichas
expresiones eran una manifestación cultural y se aprendían. El sicólogo dedicó
cinco años de estudio en diferentes partes de África, Oceanía y Suramérica para
constatar que los seres humanos tenemos expresiones que son comunes a todos.
Estos estudios condujeron a una especialidad neurolingüística que detecta la
verdad que suministran las microexpresiones faciales que en su mayoría pasan
desapercibidos para el resto de los mortales. Son gestos involuntarios que
duran centésimas de segundo y que pueden revelar el estado anímico que queremos
ocultar. Cuando una persona miente, se producen en ella, súbitamente,
reacciones fisiológicas emocionales que demuestran que el rostro no puede
esconder en tan corto espacio de tiempo. Un cerebro humano normal reacciona de
forma autónoma e involuntaria ante cualquier estímulo, de tal forma que la
verdad queda escrita en el rostro de cada persona.
La mayoría de los jóvenes piensan que la verdad
y la honestidad son esenciales en las relaciones personales y creen que mentir
es inmoral y que el engaño es el responsable de los divorcios. Sin embargo, una
persona, en promedio, miente tres veces cada 10 minutos, como las típicas
excusas para justificar atrasos y olvidos u ocultar relaciones sentimentales
paralelas. Son estas claves, relacionadas con algún estado de ánimo común a
todas las culturas, capaces de revelar los verdaderos sentimientos aunque la
persona quiera ocultarlos. Eckman, las aprendió a descifrar -con tal éxito-,
que sus análisis se consideran más confiables que el polígrafo. Una forma de
advertir una mentira es pedirle a la persona que relate el mismo discurso pero
al revés. Como no existe memoria, tiene que inventarlo todo de nuevo, entonces
se pierde y no puede hacerlo. Para la ficción, donde la libertad de imaginar no
sólo es legítima sino necesaria, "la historia es la mentira de los
vencedores".
Extraído de:
http://www.eluniversal.com/opinion/090802/cuentalo-al-reves (2009)
Artículo interesante! Paschoal siempre nos brinda con nuevas informaciones y conocimiento.
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