Definición de Correveidile:

1. Persona que trae y lleva cuentos y chismes // 2. Blog de los amantes de la lengua de Cervantes


viernes, 2 de octubre de 2015

Entrevista a Hermes de la Torre - Jefe de Estudios del Instituto Cervantes de São Paulo

“Sueño con cosas cada vez más simples, ser feliz con cosas fáciles”.

Hermes de la Torre, el jefe de estudios y profesor de los cursos de formación de profesores del Instituto Cervantes de São Paulo, queda conmigo en un hermoso café cerca del Instituto para una entrevista tranquila, leve y descontraída, en la que habla de su carrera, su trayectoria profesional, sus conquistas, sus planes para el futuro y para el del Instituto con toda su simpatía, carisma y entusiasmo, características que solo se encuentran en los profesionales que desarrollan su trabajo con pasión y alegría. 
  


Lo primero que le pregunto a Hermes es… Tu formación es de Licenciado en Filología Hispánica, ¿qué te llevó a elegir esta carrera en especial?

Yo primero hice Filología Semítica, estudié árabe. En España, en mi tiempo, hacías tres años de filología común, o sea, Literatura, Crítica literaria y luego, en cuarto y quinto, se hacía la especialidad, entonces yo hice árabe y cuando estaba terminando el quinto de árabe, tuve una crisis profesional y pensé: “¿qué voy a hacer con esta carrera? No va a servirme para nada” y entonces empecé a hacer la especialidad hispánica.
  
P: ¿Cómo empezó tu trayectoria profesional en la enseñanza? ¿Todo fue planeado o fue un cúmulo de casualidades?

R: Cuando terminé la Filología me puse a hacer un Máster de Biblioteconomía y Documentación… un poco cuando estás en esa edad que no sabes muy bien lo que vas a hacer. Pero, cuando estaba en Hispánicas, ya tenía la idea de la enseñanza del español o dar clase en secundaria en España, como están la mayoría de mis compañeros. Pero me apetecía más a los extranjeros, por tener contacto con la gente de fuera. Entonces terminé el máster y luego empecé a dar clases y mi primer trabajo fue en Málaga, en una academia donde van, sobre todo, suecas. Mis alumnas eran casi todas mujeres de 18 y 22 años que van a Málaga pagadas por el Gobierno sueco. Y así empezó. Luego estuve en Granada, estuve también en la Universidad, un año en una Academia, trabajé en una Asociación de escuelas de idiomas en Europa.
  
P: ¿Cómo empezó tu carrera en el Instituto Cervantes? ¿Dónde fue?

R: Me presenté al Instituto y luego saqué la plaza de profesor en el Instituto Cervantes del Cairo. Estuve cuatro años en Cairo, pedí traslado y me fui al país de mis sueños, que era Irlanda (lo sigue siendo). Ahí me quedé y pensaba quedarme. Lo que pasa es que llegó un momento que… me gusta dar clases, ser profesor y todo, pero quería ir un poquito más allá y, de alguna manera ofrecer mi experiencia a la Institución. Entonces me presenté a la oposición para Jefe de estudios y después de ocho años en Irlanda, y con todo el dolor de mi corazón, me fui a Varsovia como Jefe de estudios. Estuve cinco años y ahora estoy aquí. Y no puedo estar más de cinco años como Jefe de estudios; como profesor sí. En Brasil ya llevo uno, me quedan cuatro años.

P: ¿Cuál es tu opinión sobre Brasil, en términos generales, su gente, su cultura, su historia, su política? ¿Crees que, de algún modo, es posible hacer una comparación entre Brasil y España o entre Brasil y los países donde has vivido? ¿Cuál fue el país más fácil para adaptarte y por qué?

R: Yo tengo capacidad de adaptación porque viví en muchos sitios y antes de vivir fuera he viajado mucho, por eso tengo esta capacidad. Me quedo con las cosas buenas de cada sitio. Entonces, me llamó la atención y me gustó mucho en el principio la gente, era muy fácil la relación con la gente y sigue siéndolo. Yo, en un año aquí, tengo más amigos de lo que hice en Polonia en cinco, pero también piensas que en Polonia había cinco meses que casi no hacías nada porque estaba nevando. Entre los meses de enero y marzo a las cuatro de la tarde es noche, y algunas noches con menos veinte grados, la gente casi no salía de casa, y aquí es todo más fuera, forma más parte de mi cultura. Echaba de menos siempre en Irlanda y en Polonia tomarme una caña, por ejemplo, y aquí se puede hacerlo. Es un país alegre. ¡A mí me encanta! Solo puedo decir cosas positivas de Brasil, hasta ahora.
  
P: ¿Has tenido la oportunidad de conocer a los autores brasileños?

R: Apenas leo cositas de Literatura como, por ejemplo, relatos. Por los cronogramas que tenemos continuamente no me queda tiempo y en Cervantes son muchas horas, estoy metido ahí todos los días, muchos sábados también trabajo. Sin embargo, Nélida Piñón me gusta mucho, he leído Gabriela Cravo y Canela de Jorge Amado. Lo que pasa es que para mí es fundamental leer en inglés, hace veinte años que leo en inglés, entonces, es parte de mí de alguna manera.
Ahora, por ejemplo, voy a empezar, en dentro de quince días, un Máster de Recursos Humanos. El jefe de estudios viene de la filología, del mundo de la docencia, esto es parte de mi trabajo, pero no es todo. Digamos que en esta parte necesitas más, aunque ya hice formación cuando me estaba preparando para la jefatura porque te lo piden. Si eres buen profesor y llevas muchos años en el extranjero pasas a ejercer un trabajo que no tiene mucho que ver con la docencia.

P: ¿Cuál de los dos trabajos es más difícil, trabajar con personas o en el área académica?

R: Lo más difícil es trabajar con personas. A mí me gusta la gente, pero es más difícil siempre, principalmente cuando tienes que tomar decisiones. Soy una persona que intento negociar y tal, pero hay muchos momentos en los que eres tú el que tiene que decidir y no te tiene que importar lo que piensen los demás. Sin embargo, hay otros momentos en los que sí, que podemos charlar. Eso es lo más complicadillo. Por ejemplo, en mi anterior destino tuvimos problemas a causa de la crisis y bajó el número de alumnos y los profesores tenían un poco de miedo, “¿qué va a pasar con el trabajo?” “¿Van a continuar necesitando a los profesores?” Y tú tienes que saber hasta qué punto puedes pedir. Yo tengo que ser consciente de las circunstancias para pedir más o menos, por eso intento tener esa empatía, ponerme en el punto de vista del otro, y eso espero no perderlo. Todo eso es muy difícil, pero más bonito, y aprendes mucho de la psicología humana. Los años de aula que he pasado me han enseñado mucho de psicología. Tú llegas a una clase y ya captas la energía de la gente y ahora digamos que llego junto al punto de vista de los profesores, una visión más de arriba.

P: Comparando a los estudiantes de todos los países en los que has estado trabajando, ¿cuáles son, según tu opinión como docente, los más estudiosos y cuáles tienen mayor facilidad para aprender español?

R: A ver, en este momento esta cosa ya no me llama tanto la atención, porque llevo un año aquí, pero cuando llegué, por ejemplo de Polonia, en un curso de Formación, me llamaba la atención que en Polonia el nivel es más elevado. Son mucho más rigurosos, mucho más exigentes. Paradójicamente, a pesar de la proximidad de la lengua… No sé si es algo cultural, pero aquí el nivel educativo, en general, no es tan alto.
  
P: ¿Quizá la proximidad de la lengua nos da una falsa idea de mayor facilidad para aprender español?

R: Pero lo mismo que nos pasa a nosotros. Cuando llegué a Brasil no podía comunicarme y hoy la gente me entiende, aunque no hable tu idioma. Ahora ya estoy conociendo un poquito más de portugués, claro que recurriendo al “portuñol”. La proximidad es una ventaja y un inconveniente, pues nos hace confiarnos. Tiene algo que ver con el sistema educativo que me parece un poco proteccionista, claro que los alumnos de Cervantes no tienen nada que ver, pero el alumno no lo puede pasar mal. Yo creo que hay que seguir la exigencia, la disciplina. Hablo con mis compañeros, con otros profesores, y me comentan que a los alumnos no les gusta presentar trabajos. Nosotros estamos trabajando, la gente viene aquí en su tiempo libre… me da la sensación como que a la gente le gusta lo fácil. Es una impresión, no quiero hacer un estereotipo.

P: ¿Cuál es el mayor desafío en los cursos que el Instituto Cervantes imparte para la Formación de profesores?

R: El mayor desafío es hacer con que todas las Instituciones estemos juntas, porque todos tenemos la misma misión, que es la difusión del español y la formación de profesores con calidad. La misión del Instituto es esta. El afán del Instituto es trabajar con las Universidades, con cursos de Formación, actualización didáctica, Fórums de español, o sea, estamos trabajando con el apoyo del Director y esto me deja orgulloso, así como lo hicimos en Varsovia, realizando un trabajo de equipo. Siempre me ha gustado mucho trabajar con la formación de profesores.

P: Ya se sabe que en todas las profesiones hay buenos y malos profesionales, en la enseñanza del español sucede lo mismo. ¿Qué siente un docente/formador español al ver a una persona que no está suficientemente preparada enseñando su idioma? ¿Qué les dirías a los profesores que leen nuestro blog, para que se animen a invertir en su formación?

R: Lo que hago, si estoy en la formación profesional, es pensar en el nivel que le daría del DELE y hay veces que digo: esta persona es A2 en expresión e interacción oral, pero no puedo decir nada. Por un lado bien, porque la persona quiere formarse, pero luego no es consciente de su carencia y de las lagunas que tiene, entonces yo creo que cualquier profesional debe seguir trabajando. Por ejemplo, yo no doy clases de inglés y no he dado nunca, pero sigo leyendo en inglés y aprendiendo, pero eso nunca acaba y yo sigo formándome.
Mis creencias de ahora, el año que viene y en el otro van a variar, porque estamos en una sociedad distinta, estoy en un entorno distinto, los alumnos me van a hacer cambiar y todo eso forma parte del desarrollo profesional y de la misma manera hay que mirarse a uno mismo; por eso, creo mucho en las observaciones de clase, porque ahí vas a ser consciente y no tener susceptibilidad e inseguridad. Sigue formándote. Lo que pienso es que infravaloran un poco la profesión. Es una disciplina que merece todo el respeto del mundo, igual que la de un cirujano. Obviamente, no tenemos la vida de la persona en las manos, o sea, si metemos la pata no tiene tanta repercusión, pero tenemos que ser serios porque cualquiera no puede enseñar español.

P: Aprovechando que estamos viviendo un momento especialmente delicado en relación a los movimientos migratorios, ¿has sentido un aumento en el número de personas que buscan el trabajo de profesor de español?

R: Sí… en Europa yo recibía currículos prácticamente todos los días y algunos muy buenos. Personas con Máster en ELE que venían de nuestro país porque en España la profesión no está bien pagada. Y luego recibía currículos, por ejemplo, de químicos, y algunos de ellos les echaban valor y motivación y hacían el curso de formación y había gente que llegaba a formarse, y gente muy buena, que luego hacían el Máster. Pero hay gente que no, y esto me enfada, porque ante todo también soy profesor, o sea, están infravalorando los años que yo llevo formándome y los que me quedan por formarme. Es una disciplina que tiene toda una regla. Formamos a personas, porque nuestros alumnos, cuando están en clase, aprenden valores, cultura, conocimiento de lengua y tal, entonces es un trabajo precioso. Además hay gente que se dedica a dar clases particulares, infravalorando la profesión y bajando todos los niveles, incluso el económico, para que la clase sea aún más barata. Nos hacen la Pascua, y ya digo una expresión idiomática, al resto de los profesionales. Pero debo reconocer que hubo casos de gente que no tenía nada que ver con el ELE, ni con la Lengua, ni con la Filología, que han hecho un gran esfuerzo y están formados.

P: ¿Cuáles son tus planes, qué proyectos se espera que pongas en marcha en este tiempo que contaremos con tu presencia y dedicación en el Instituto Cervantes de São Paulo?

R: Los planes son presentarme al traslado y al que me den. Tengo posibilidades buenas como, por ejemplo, Tokio, o volver a Varsovia; Dublín también lo tengo y así puedo “volver a casa” porque Irlanda es mi casa, un poco. Sin embargo, todavía tengo mucho trabajo en Brasil, porque este centro es mucho más grande, más complicado y hay muchos proyectos.

Queremos consolidar los cursos de formación y actualización de profesores, el Fórum, hacer un poco la referencia y el punto de encuentro de profesionales de la enseñanza del español y luego consolidar también las relaciones con las instituciones académicas y universidades. Luego, otro proyecto dentro de la formación de profesores, que tenemos que llevar a cabo, es la formación en línea. En São Paulo hace falta por lo grande, lo extenso del Estado, y así llegaríamos a otras personas a las que no podemos llegar y que no pueden venir los viernes a las sesiones.

Queremos seguir ampliando el DELE. Este año tuvimos veinte colegios en Estado de São Paulo y llegamos a tener, en noviembre, mil quinientos alumnos de colegios solamente, o sea, seguir desarrollando el DELE dentro de la enseñanza regular. Desarrollar los cursos de español en línea para alumnos de sitios remotos o de São Paulo mismo que no pueden venir a clase.

Tenemos también proyectos internos con actividades para formar equipos y sentirnos parte de la misma institución, porque si no tenemos un equipo formado de profesores como Marta, Óscar y otros tantos, yo no puedo hacer las cosas. Puedo tener ideas fantásticas, ser creativo y tirarme a la piscina, pero si no tengo quien se tire a la piscina conmigo, las ideas no se consolidan. Otro punto es la comunicación con otros centros para el intercambio de materiales como, por ejemplo, los materiales del C2 que Marta está haciendo de manera divina. Cuando, a veces, me voy a las clases del C2 de los miércoles por la noche o de los sábados por la mañana veo esa sonrisa, esa felicidad… Si tú te levantas a las seis de la mañana para venir a clase un sábado… ¡es maravilloso! Porque trabajamos también por la satisfacción de los alumnos y que cuando vengan al Instituto encuentren un espacio agradable, porque la parte de conocimiento ya la ponemos. Podemos tener un programa fantástico, pero no saber llegar a la gente…, estar todo muy contralado, al milímetro, pero si tú no tienes profesionales que no sepan transmitirlo…, la gente no se entusiasma.

Para terminar, permíteme una pregunta algo más personal: Un profesional ya estabilizado como tú, ¿con qué más sueña en o para su vida?

R: Sueño con cosas cada vez más simples, ser feliz con cosas fáciles. Hombre, por supuesto también, no quedarme sin trabajo, seguir con el trabajo que tengo, ¡que me encanta!, un trabajo que implica conocimiento, factor humano, aportar, mejorar en la medida del posible, intentar que por lo menos la gente que esté conmigo esté bien e intentar hacer lo mejor que pueda y seguir aprendiendo, digamos en las dos facetas de mi trabajo que sería todo el tema docente, la académica y el tema de gestión de personas.

Entonces del resto sería eso: seguir formándome en esas dos vertientes y seguir intentando procurar bienestar y desarrollo, yo incluido. Desarrollarnos todos y crecer profesional y humanamente.

Y con una mirada algo soñadora termina nuestra charla, dejándonos la certeza de que todo el esfuerzo y la dedicación que ofrecemos, ya sea a nuestro trabajo o a nuestros estudios, nunca será algo desperdiciado, pues junto al desarrollo profesional viene el crecimiento humano, factor tan o más importante en la actual sociedad global tan carente de amor, paz, comprensión y justicia entre los hombres.

Cristiane Guerreiro Cagnin

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