Se estrena esta nueva sección llamada: "Ecos del Pasado" que recorrerá momentos importantes e inolvidables de la Historia de Brasil.
Era el 25 de enero de 1554 y, para inaugurar el colegio, situado en medio a una tribu de indios, doce o trece jesuitas celebraban una misa. Como la fecha era la de la conversión de San Pablo, a él se le dedicó la obra. Estaba fundada la ciudad que un día vendría a ser la mayor de América del Sur.
Era el 25 de enero de 1554 y, para inaugurar el colegio, situado en medio a una tribu de indios, doce o trece jesuitas celebraban una misa. Como la fecha era la de la conversión de San Pablo, a él se le dedicó la obra. Estaba fundada la ciudad que un día vendría a ser la mayor de América del Sur.
La idea fuera de Manuel da Nóbrega, sacerdote jesuita
portugués que soñaba con crear un mundo de pureza, lleno de ideales cristianos
y alejado de los valores mundanos que, según él, habían corrompido la sociedad
europea. Por lo tanto, quería enseñar a los indígenas sus creencias para que,
de este modo, pudiera crear su mundo nuevo. Así, surgió la idea del colegio.
El sacerdote anduvo de un canto a otro de Brasil, tierra
descubierta hacía cincuenta años y todavía no muy explotada, en búsqueda del
sitio ideal. Tras muchas andanzas, acabó por llegar al terreno donde hoy queda
el casco histórico de San Pablo, en el interior del país.
En verdad, no solo a la fe se debió toda la empresa. La
Corona portuguesa trataba de encontrar oro en Brasil, algo que, hasta entonces y durante los siguientes ciento cincuenta años, no resultaría en nada. Por lo tanto,
el intento del cura de adentrarse en el territorio brasileño también le agradaba
al Rey y a eso se achaca parte del éxito.
Además de los indios, ya vivía en la región un
portugués, probablemente un náufrago, que se había relacionado con ellos, tenido muchos hijos y, como era costumbre entre los nativos, desposado muchas mujeres. Su
nombre era João Ramalho y Nóbrega tuvo que tratar con él.
Sin duda, no fue nada fácil para el sacerdote, tan preocupado con
los valores cristianos, tener que aliarse con un hombre que representaba todo lo
que depreciaba. No obstante, sin la bendición del portugués por allí nada
lograría; con que, para amansar su remordimiento, lo casó con Bartira, la hija del
jefe de los indígenas locales. Los tres, tanto el cura como los novios, aún son
recordados por calles de la ciudad.
Por fin, entra el último personaje de esta historia,
el padre José de Anchieta, español y también jesuita que, a mando de Nóbrega,
fue responsable por celebrar la misa supracitada, en un colegio con
paredes de barro y techo de paja, con catorce pasos de longitud y diez de
ancho.
En medio de los miles de edificios de San Pablo, el colegio
aún existe y puede ser visitado, ahora con el nombre Pateo do Collegio, aunque
de la construcción original nada haya restado. Sin embargo, todavía se conserva una pared de barro de 1585 que, gracias a la reconstrucción realizada
en el Siglo XX, permite tener una idea de lo que allí un día se encontraba.
Quizá ni tan siquiera el propio Manoel da Nóbrega, el padre idealista, podía
sospechar que de su empresa, en el interior de Brasil, nacería la mayor ciudad
del país católico más grande del mundo y que, casi quinientos años después, el
simple colegio que creara continuaría en manos de la misma orden a la que
pertenecía.
De igual forma, es probable que ni en sus sueños más
utópicos el Rey de Portugal, Don Juan III, imaginara que un día, de la villa
que se originaría del colegio idealizado por Manoel da Nóbrega, saldrían los
hombres que hallarían las más grandes reservas de oro hasta aquel momento
descubiertas.
Así es la
historia.
Lipe de Vega
{Sobre el autor: Tal vez todos crean que tal estirpe del gran Lope
de Vega se perdió en los derroteros de la Historia, pero hasta el Blog Correveidile ha llegado de nuevo
la leyenda por medio de una rama perdida que desciende directamente del gran
dramaturgo español del siglo XVI y que se dedicará a reconstruir momentos de la
Historia de Brasil. Pero que lo sepan todos: Del gran Lope ha heredado solo el dominio
magistral del castellano y parte del nombre. Nada tiene de la naturaleza
coqueta de dicho escritor. En este tema de mujeres, está más para Carlos, el
Rey Emperador: ¡Hombre de un único amor!...}
Bibliografía:
TOLEDO,
Roberto Pompeu de. A capital da solidão. Rio de Janeiro: Objetiva, 2003.
http://www.pateodocollegio.com.br/cultura/pateo-do-collegio-linha-do-tempo/
Excelente recordatorio, Lipe de Vega. Te deseo suerte en tu nueva andanza.
ResponderEliminarCaro Lipe de Vega, ¡Bienvenido!
ResponderEliminarEn la condición de colega de estudios y vecino de blog, deseo que sigas por mucho y mucho tiempo en nuestra compañia.
Un texto magnifico. ¡Enhorabuena!
Lipe de Vega, me encantó tu texto sobre el Pateo do Collegio. Aprovecho para decir que allí, junto al museo de Anchieta, hay un café muy bueno donde se puede comer un pastel maravilloso, jejeje. Gastronomia también es Cultura y História. ;)
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