Hay cosas que no se perciben. Esta es
una de ellas.
Tengo una cosa que decir y no sé cómo
decirla. Mucho de lo que sigue puede ser, por lo tanto, incomprensible. La
culpa es mía. Lo que es incomprensible no es para que se perciba. No es por
falta de claridad. Seré muy claro. Yo mismo percibo poco lo que tengo que
decir, sin embargo tengo que decirlo.
Lo que quiero es hacer el elogio del
amor puro. Me parece que ya nadie se enamora de verdad. Nadie quiere vivir un
amor imposible, nadie acepta amar sin una razón. Hoy la gente se enamora por
una cuestión práctica, porque se puede. Porque son colegas y están allí mismo,
al lado, porque se llevan bien y no se aburren mucho. Porque tiene sentido.
Porque es más barato, a causa de la casa. A causa de la cama. A causa de los
calzoncillos, de los pantalones y de las facturas de la tintorería.
Hoy en día la gente firma contratos prenupciales,
discute todo de antemano, hace planes y, a la mínima “mierdecita”, entra enseguida
en el “diálogo”. El amor pasó a ser posible combinarse. Los amantes se han convertido
en socios. Se reúnen, discuten problemas, toman decisiones. El amor se ha
convertido en una variante "psicosociobioecológica" de camaradería.
La pasión que debía ser desmedida, es la
medida de lo posible. El amor se ha vuelto una cuestión de práctica. El
resultado es que las personas, en vez de enamorarse de verdad, se quedan
“prácticamente” enamoradas.
Quiero hacer el elogio del amor puro,
del amor ciego, del amor estúpido, del amor enfermo, del único amor verdadero
que hay, estoy harto de conversaciones, harto de comprensiones, harto de
conveniencias de servicio.
Nunca he visto parejas tan embrutecidas,
tan cobardes ni tan acomodadas como las de hoy en día. Incapaces de un gesto duradero,
de correr un riesgo, de un rasgón de osadía, son una raza de “telefoneadores” y
matones de cantina, malta del “está bien, todo bien”, bebedores de los grifos,
alcanzadores de compromisos, pusilánimes, don nadies, matadores del romance, “romanticidas”.
¿Ya nadie se enamora? ¿Ya nadie acepta la pasión pura, la saudade sin fin, la
tristeza, el desequilibrio, el miedo, el coste, el amor, la enfermedad que es
como un cáncer que nos come el corazón y que nos canta en el pecho al mismo
tiempo? (…)
Un
cierto anónimo
@umcertoanonimo
Traducción de Mei Santana
@umcertoanonimo
Traducción de Mei Santana
Meu, excelente trabajo! Y este es un texto muy interesante, que nos hace refletir! Enhorabuena
ResponderEliminarGracias, Erika. Besos.
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