Ibrahim Ferrer fue un cantante cubano que tuvo que empezar a trabajar muy temprano, como la mayoría de los cubanos. En su niñez, Ibrahim, aunque ya trabajaba, encontraba tiempo libre para algunas presentaciones como músico y cantante, por lo que con su primo formó el grupo Los jóvenes del son que tocaba en las fiestas del barrio, así comenzó a ganar su primer dinero. También participó en la formación de otras agrupaciones locales, como los conjuntos Sorpresa, Wilson y Maravilla, de Beltrán de Pacho Alonso.
La carrera de
Ibrahim Ferrer estuvo marcada por algunos hechos negativos, sin embargo, obtuvo
éxito con el álbum titulado El Platanar
de Bartolo, junto a la Orquesta Chepin
Choven, el grupo más conocido de Santiago de Cuba. A pesar de todo esto, en
la época su nombre era siempre dejado de lado, sobre todo, por las personas
responsables de la organización de los conciertos. Lo que está claro es que, en
cierto modo, Ibrahim continuó trabajando en sus proyectos musicales personales como,
por ejemplo, con la Orquesta Ritmo
Oriente, del gran maestro Beny Moré.
En 1991, Ibrahim
estaba triste y desilusionado con su carrera musical, en gran medida por falta
de reconocimiento del público y de la prensa, entonces, se retiró del mundo
musical y, durante algunos años, buscó refugio en proyectos que lo mantuvieron lejos
de los escenarios. No obstante, en 1998 Ry Cooder, productor musical estadounidense,
buscaba en Cuba un cantante de voz más suave para el bolero, por esta razón, Juan
de Marco González, director musical cubano y asesor de arreglos y grabación del
grupo Buena Vista Social Club, pensó enseguida
en Ibrahim.
En consecuencia, Ibrahim llegaría a formar parte de Buena Vista Social Club y cantaría la
gran mayoría de las canciones del álbum, que fue nominado para el Grammy, con
más de 5 millones de copias vendidas. En los últimos años de vida, estuvo de
gira por el mundo con los mejores músicos cubanos, incluso llegó a ser
reconocido por su gran talento en Japón, que es un país donde las personas
tienen la costumbre de mantenerse más lejos de los artistas.
Así que para
recordar un poco más a este gran cantante que, según Ry Cooder, era el Nat King Cole cubano, hoy seleccioné la canción de
Ernesto Duarte titulada “Cómo fue”, interpretada por Ibrahim Ferrer, con la participación
del pianista cubano Rubén González y la orquesta The Afro-Cuban All Stars, dirigida por Juan de Marco González.
Jorge Martins de Almeida
“Cómo
fue”
(Ernesto Duarte)
Cómo fue
no sé decirte como fue
ni sé explicarme que pasó,
ni sé explicarme que pasó,
pero de ti me enamoré.
Fue una luz
que iluminó todo mi ser.
Tu risa como un manantial
llenó mi vida de inquietud.
Fueron tus ojos o tu boca,
fueron tus manos o tu voz.
Fue a lo mejor la impaciencia
de tanto esperar tu llegada,
mas no sé, no sé decirte cómo fue
ni sé explicarme qué pasó,
pero de ti me enamoré.
Fueron tus ojos o tu boca,
fueron tus manos o tu voz.
Fue a lo mejor la impaciencia
de tanto esperar tu llegada,
mas no sé, no sé decirte cómo fue
ni sé explicarme qué pasó,
pero de ti me enamoré.
Fuente consultada:
www.americasalsa.com/biografias/ibrahim_ferrer.html
¡Este cantante tenía una voz increíble! Talento y voz que, afortunadamente, siempre se quedarán entre nosotros, aunque él ya no esté físicamente. Gracias, Jorge, por rememorarlo.
ResponderEliminarPizpireta, los grandes cantantes son inmortales...Gracias por tu comentario!!
ResponderEliminar¡Gracias, Jorge, por tus aportaciones!
ResponderEliminarBellísima canción. Me enamoré...
ResponderEliminarBravo!!!👏👏👏
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