En algunas versiones hay una
introducción declarando que la carta la escribió Einstein para una hija llamada
Lieserl. Se presenta como una de las más de mil misivas privadas que la hija
habría donado a finales de la década de los ochenta a la Universidad Hebrea, a
condición de que no las hiciesen públicas hasta pasados veinte años de su
muerte. Dicha institución no habría respetado el acuerdo y las publicó antes de
ese plazo. Hasta aquí es la historia que, más o menos, circula por Internet. En
otras versiones, la carta comienza incluso con un "Querida Lieserl",
aunque mayoritariamente circula sin este encabezamiento.
Antes de nada, me gustaría citar un
artículo de Katharine Rose, escritora norteamericana, que explica parte de su
propio trabajo para esclarecer este asunto. En una de sus partes menciona que
contactó con Diana Kormos-Buchwald, profesora de Física e Historia de la
Ciencia, del Instituto de Tecnología de California (Caltech), directora del Einstein Paper Projet y, como tal, gran
conocedora de los documentos que atañen a este personaje. Consultada sobre este
tema, la doctora Kormos-Buchwald le habría respondido lo siguiente:
"Este
documento (la carta a la que hacemos alusión) no es de Einstein. Las cartas
familiares donadas a la Universidad Hebrea no fueron entregadas por Lieserl,
sino por Margot Einstein, que era su hijastra. Muchas de aquellas cartas se
publicaron en el año 2006, en el volumen 10 de The Collected Papers of Albert Einstein, y en orden cronológico, en
los subsecuentes volúmenes".
Por consiguiente, la autoría de esta
carta que se reproduce a continuación está en entredicho pero, sea o no de
Einstein, es digna de ser leída por la belleza de su contenido. Por lo que deseamos
que los pensamientos de Einstein (¿?) sobre el significado del amor, sean un motivo
de reflexión para todos. He aquí la carta:
“A
Lieserl Einstein:
Cuando propuse la teoría de la
relatividad, muy pocos me entendieron, y lo que te revelaré ahora para que lo
transmitas a la humanidad también chocará con la incomprensión y los prejuicios
del mundo. Te pido aún así, que la custodies todo el tiempo que sea necesario,
años, décadas, hasta que la sociedad haya avanzado lo suficiente para acoger lo
que te explico a continuación.
Hay una fuerza extremadamente poderosa
para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es
una fuerza que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás
de cualquier fenómeno que opera en el universo y aún no haya sido identificado
por nosotros. Esta fuerza universal es el AMOR.
Cuando los científicos buscaban una
teoría unificada del universo olvidaron la más invisible y poderosa de las
fuerzas. El Amor es Luz, dado que ilumina a quien lo da y lo recibe. El Amor es
gravedad, porque hace que unas personas se sientan atraídas por otras. El Amor
es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y permite que la humanidad
no se extinga en su ciego egoísmo. El amor revela y desvela. Por amor se vive y
se muere. El Amor es Dios y Dios es Amor.
Esta fuerza lo explica todo y da sentido
en mayúsculas a la vida. Esta es la variable que hemos olvidado durante
demasiado tiempo, tal vez porque el amor nos da miedo, ya que es la única
energía del universo que el ser humano no ha aprendido a manejar a su antojo.
Para dar visibilidad al amor, he hecho
una simple sustitución en mi ecuación más célebre. Si en lugar de E= mc2
aceptamos que la energía para sanar el mundo puede obtenerse a través del amor,
multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión
de que el amor es la fuerza más poderosa que existe, porque no tiene límites.
Tras el fracaso de la humanidad en el
uso y control de las otras fuerzas del universo, que se han vuelto contra
nosotros, es urgente que nos alimentemos de otra clase de energía. Si queremos
que nuestra especie sobreviva, si nos proponemos encontrar un sentido a la
vida, si queremos salvar el mundo y cada ser siente que en él habita, el amor
es la única y la última respuesta.
Quizás aún no estemos preparados para
fabricar una bomba de amor, un artefacto lo bastante potente para destruir todo
el odio, el egoísmo y la avaricia que asolan el planeta. Sin embargo, cada
individuo lleva en su interior un pequeño, pero poderoso, generador de amor
cuya energía espera ser liberada.
Cuando aprendamos a dar y recibir esta
energía universal, querida Lieserl, comprobaremos que el amor todo lo vence,
todo lo trasciende y todo lo puede, porque el amor es la quinta esencia de la
vida.
Lamento profundamente no haberte sabido
expresar lo que alberga mi corazón, que ha latido silenciosamente por ti toda
mi vida. Tal vez sea demasiado tarde para pedir perdón, pero como el tiempo es
relativo, ¡necesito decirte que te quiero y que gracias a ti he llegado a la
última respuesta!
Recuerda que en los seres humanos el
exterior no siempre demuestra lo que en el interior se siente; así que cuida,
escucha, atiende, y sobre todo AMA. Hasta que tus fuerzas se agoten, y si te
agotas, descansa y vuelve a amar. Renueva los sentimientos y no desmayes. Sé feliz y haz feliz.
Tu padre,
Albert Einstein”
Dama de Castro
Fuente:
http://esnoticia.co/noticia-8765-el-amor-carta-de-albert-einstein-a-su-hija
Sin duda, la carta -sea o no de Einstein- invita a una profunda reflexión. Gracias, Dama de Castro.
ResponderEliminarMuita gente perde o amor de seus entes queridos justamente por não saber demonstrar o que sente; por ter vergonha de dizer esta pequena palavra que tem um peso enorme. EU TE AMO.
ResponderEliminar