"Un día perfecto" (2015)

La película Un día perfecto de Fernando León de Aranoa narra las condiciones terribles con las que se encuentra un equipo, formado por cinco personas, a la hora de realizar en una zona de guerra los cuidados necesarios para mantener el saneamiento y el abastecimiento de agua para las poblaciones cercanas. La primera tarea del equipo, que tiene como protagonistas principales a Benicio del Toro y a Tim Robbins, parece algo sencilla: tratar de sacar un cadáver de un pozo en una región de Kosovo.

Según parece, el cadáver lo ha tirado alguien para contaminar el agua y dejar sin abastecimiento a las personas que viven allí. Pero este hecho se convierte en una misión durísima, sobre todo, después de la intervención de la ONU por razones políticas, impidiéndole al grupo sacar el cadáver del pozo. Con toda esta situación, el grupo de saneamiento sigue intentando realizar su trabajo, pero sin perder el sentido del humor y eso aunque haya que convivir con las diferentes culturas y costumbres de las personas que habitan en la zona destruida por la guerra y enfrentar los procedimientos burocráticos impuestos por las autoridades políticas.

Este es el escenario perfecto del horror y del odio que muchas películas han narrado a través del cine en todo el mundo. Sin embargo, Un día perfecto va más allá en su narrativa filosófica porque, en cierto modo, despierta una manera diferente y humanitaria de ver los resultados de los conflictos armados. Hecho que, muchos de nosotros por no conocer las guerras, no valoramos.

En verdad, cuando pensamos en la guerra no prestamos atención a los pequeños detalles, sin los cuales no se mantiene la vida. Por otra parte, lo que tenemos que extraer como modelo es tanto la actuación como la manera de lidiar con la violencia que algunas personas son capaces de enseñarnos. Por ejemplo, en la película de Roberto Benigni, actor y director italiano, La vida es bella -que está ambientada en un campo de concentración-, su protagonista principal Guido hace todos los esfuerzos para que su hijo de cinco años crea que está en un campamento de verano, participando en un juego. El padre hace esto con la intención de preservar la inocencia de su hijo y así evitarle los traumas del horror practicado por los nazis.

En otras palabras, lo que quedará registrado, y que muy probablemente cambiará la manera de ver de mucha gente la violencia en la vida, es la visión filosófica que ha pasado esta película, Un día perfecto, basada en el sentido del humor y ambientada en bellos paisajes, aunque la realidad sea trágica y dura: como enfrentarse a los políticos y a sus procesos burocráticos con cuestiones humanitarias. Buscar soluciones, aunque parezcan imposibles, además de luchar contra los intereses comerciales que mueven muchas guerras en el mundo, constituyen hechos valiosos que esta cinta deja entrever a través del hacer artístico de su director y de los actores que, juntos, dieron vida a los personajes que construyeron un mirada filosófica diferenciada de los conflictos en el mundo, por medio de un objeto tan básico y barato como es una cuerda.

En resumen, la intolerancia humana, a lo largo de los siglos, siempre fue y será la causa principal de la violencia. Entonces, esta visión distinta de mostrar nuevas soluciones para resolver antiguos problemas nos lleva a reflexionar sobre el papel social de cada uno en la vida y, gracias a esto, quizá, algún día seremos seres humanos mejores, capaces de vivir en paz, así como viven muchos de los llamados "animales irracionales".

Película: Un día perfecto (España, 2015)

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