Ana de Mendoza y de la Cerda |
"Cuando
era niña tuve que aceptar que llevaría un parche en mi ojo durante toda la vida,
como consecuencia de un accidente de esgrima.
Ana con el parche |
Ruy Gómez de Silva, príncipe de Éboli |
Más
tarde me quedé viuda, sin consuelo, mi vida ya no sería la misma. Los primeros
años fueron terribles, todo lo que pasaba por mi cabeza era negarme a aceptar
que mi amor se había ido para siempre. Entonces,
decidí irme a un convento, para quedarme lejos de las intrigas de la Corte, porque
quería hacer lo que me apeteciera.
Antonio Pérez, Secretario de Felipe II |
Tiempo
después, necesitaba volver a mi vida porque deseaba nuevas aventuras. Volví a la
Corte, donde conocí a Antonio Pérez, del cual me enamoré locamente, pero este
era un amor prohibido porque su corazón ya tenía dueña.
Aunque
vivimos nuestra historia de amor, enseguida nos alejamos cuando nuestro romance
fue descubierto por Felipe II. Así que Antonio Pérez se fugó y yo me quedé presa
en el Palacio Ducal de Pastrana (Guadalajara), mustiándome cada día. Los días, los años pasaron y todo lo que yo
escuchaba era el "tic tac" del reloj, sin darme cuenta del paso de
los años…
Morí".
Detalle de la ventana con barrotes, desde donde Ana de Mendoza veía la plaza una vez al día, siempre a la misma hora, hasta que falleció en 1592. |
Bubu, Voladoira & Felipe
[Trabajo realizado con el estímulo del ejercicio propuesto en el Tema 9 del libro Tema a tema B1, editorial Edelsa].
Fragmento del programa 130 de Iker Jiménez (2008),
dedicado al misterio de la princesa de Éboli
Una historia algo triste, sobre todo al final. Muy bonito relato de las que podrían haber sido sus últimas acciones y pensamientos...
ResponderEliminarMuy interesantes los misterios que, hasta hoy, rodean a la princesa de Éboli. Me gustó el documental porque una descendiente de ella habla sobre lo que se sabe. Su libro debe de ser muy interesante... Felicitaciones!!
ResponderEliminarHay una película muy interesante, titulada "La conjura de El Escorial", protagonizada por Julia Ormond y con la intervención destacada de varios actores españoles y portugueses, en la que se relatan de modo ameno y bastante gráfico (pero sin olvidar que en parte son ficticios) los últimos años de vida de la princesa de Éboli, una de las mujeres más influyentes en la España que estuvo bajo el reinado de Felipe II.
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