El Sol
El Sol |
Junto con los asteroides,
meteoros, cometas y el polvo, el Sol forma el Sistema Solar, ejerciendo una fuerte atracción
gravitatoria sobre los planetas. El Sol los hace girar a su alrededor, puesto que contiene más del 99,8% de toda la materia del Sistema Solar.
Datos básicos
|
El Sol
|
La Tierra
|
Tamaño del radio ecuatorial
|
695 000 km
|
6 378 km
|
Periodo de rotación sobre el eje
|
25 a 36 días *
|
23,93 horas
|
Masa comparada con la Tierra
|
332 830
|
1
|
Temperatura media superficial
|
6 000 ºC
|
15 ºC
|
Gravedad superficial en la fotosfera
|
274 m/s2
|
9,78 m/s2
|
* El periodo de rotación de la
superficie del Sol va desde los 25 días en el ecuador hasta los 36 días cerca
de los polos. Más adentro parece que todo gira cada 27 días.
El Sol se formó hace unos 4 650
millones de años y tiene combustible para 5 000 millones más. Después,
comenzará a hacerse más y más grande, hasta convertirse en una gigante roja.
Finalmente, se hundirá por su propio peso y se convertirá en una enana blanca,
que puede tardar un trillón de años en enfriarse.
El Sol parece variar de tamaño con
el paso del día. Tanto en su salida como en su puesta, tenemos la impresión que es muy grande. Sin embargo, cuando alcanza su altitud máxima (denominada cenit) parece pequeño, ¿qué ocurre? Este es un caso típico de ilusión de
óptica.
Puesta de Sol |
Lo que sucede es que cuando sale o se pone, generalmente, hay objetos en la línea del horizonte, es así como se percibe el tamaño correcto de la estrella. En cambio, cuando está en su
cenit no hay objetos para efecto de comparación, de manera que el Sol parece que nos engaña, presentando una apariencia pequeña.
Cenit solar |
Según el Antiguo Testamento, el
arcoíris fue creado por Dios tras el denominado "Diluvio universal". En el relato
bíblico, este aparecería como una muestra de la voluntad divina y para recordarle a
los hombres la promesa hecha por el propio Dios a Noé de que jamás
volvería a destruir la tierra con un diluvio.
Arcoíris |
Un arcoíris es un fenómeno óptico y
meteorológico que consiste en la descomposición de la luz solar en el espectro
visible continuo del cielo, lo cual se produce por refracción cuando los rayos
del sol atraviesan pequeñas gotas de agua contenidas en la atmósfera terrestre.
Está compuesto por un arco multicolor, con el rojo hacia la parte exterior y el
violeta hacia el interior.
Hace más de tres siglos, Isaac Newton
logró demostrar, con la ayuda de un prisma, que la luz blanca
del Sol contenía colores: partiendo del rojo, pasando por
el naranja, el amarillo, el verde, el azul y el añil, hasta
llegar al violeta. Esta separación de la luz en los colores que
la conforman recibe el nombre de descomposición de la luz blanca. La
teoría completa del Arcoíris fue, sin embargo, anterior a Newton. Esta fue desarrollada
primero por Antonius de Demini, en 1611; luego fue retomada y refinada por René Descartes. Posteriormente, la teoría moderna fue propuesta, de forma inicial, por Thomas Young y, más tarde, elaborada en detalle por
Richard Potter y George Biddell Airy.
Colores del espectro visible |
Los rayos del Sol involucrados en la formación del arcoíris salen de las gotas de lluvia con un ángulo de
aproximadamente 138 grados, con respecto a la dirección que llevaban antes de
entrar en ellas. Este es el “ángulo del arcoíris”, que fue descubierto por René
Descartes en el año 1637. Como el ángulo de salida es de tan solo 138
grados, la luz no se refleja exactamente hacia su origen. Esto es lo que hace posible que
el arcoíris sea visible para nosotros, que no solemos encontrarnos de manera concreta entre el Sol y la lluvia. De modo que, siempre que nos colocamos de frente a
un arcoíris, el Sol estará detrás de nosotros.
Arcoíris en un bosque |
Cuando alguien mira un arcoíris, lo que
está viendo en realidad es luz dispersada por ciertas gotas de lluvia. Otra persona que se encuentre al
lado del primer observador verá luz dispersada por otras gotas. Por lo tanto, y aunque suene gracioso, puede decirse que cada persona ve su propio arcoíris, distinto (en un sentido estricto de la palabra) del que ven todos los demás.
Alguien que consiga elevarse un poco
sobre la superficie de la Tierra, se daría cuenta enseguida de que ciertos arcoíris
continúan por debajo del horizonte. Quienes escalan montañas altas han
logrado ver, en ocasiones, una buena parte de arcoíris circulares completos. Pero
ni tan siquiera las montañas poseen la suficiente altura como para poder
llegar a observar un arcoíris circular en su totalidad.
Los aviadores han informado algunas
veces haber visto genuinos arcosíris circulares completos, los cuales
curiosamente han pasado inadvertidos para los pasajeros de sus aeronaves. Esto
puede deberse a que las ventanas de los viajeros son muy estrechas y ofrecen un
campo de visión muy reducido, a diferencia del impresionante campo visual que
tiene el piloto.
El eclipse lunar perfecto
El diámetro del Sol es de
1 392 684 km, el de la Tierra es de 40 000 km y el de la Luna
es de 3 474 km. La distancia entre el Sol y la
Tierra es de 149 600 000 km. La distancia entre la Tierra y la Luna es de
384 403 km. En otras palabras, el diámetro del
Sol es 400 veces mayor que el diámetro de la Luna y la distancia entre la Luna y la
Tierra es casi 400 veces más pequeña que la distancia ente el Sol y la Tierra.
Eclipse total de Luna, del lunes en 28 de septiembre de 2015 Foto: Emilio Gálvez/Planetario de Madrid |
¿Qué significa todo esto? Cuando
los astros están perfectamente alineados, se garantiza que la Tierra cubrirá perfectamente a la Luna en los denominados eclipses. La sombra de la Tierra cubre el satélite y
este se queda de color rojizo. Sin embargo, cuando la Luna está
totalmente cubierta por la sombra, no desaparece de nuestra vista, ya
que los rayos del Sol refractados por la atmósfera terrestre le dan un
resplandor cobrizo.
El movimiento de la Tierra, alrededor del Sol, y de la Luna, en torno a nuestro planeta, provoca que en
ocasiones la sombra de un cuerpo celeste oculte a otro, causando un eclipse.
El de Luna tiene lugar cuando nuestro satélite entra dentro del cono de sombra
que la Tierra proyecta en el espacio, pero para que eso ocurra, es necesario que haya Luna llena.
Esquema del eclipse total lunar Foto: Planetario de Madrid |
Cuando no hay eclipse total de la Luna, eso es debido a la órbita elíptica del satélite. Eclipses lunares se producen cada 18 meses, pero en una misma localidad tan solo cada 400 años.
Conclusión
Los astros y las estrellas siempre
fueron motivo de admiración para el hombre. Desde los más primitivos hasta los más contemporáneos, el encanto por el Universo forma parte del acto de vivir. El dominio del clima, la
posibilidad de vida en otros planetas o la extinción de la humanidad son apenas
algunas de las razones para esta búsqueda sin fin por el conocimiento total y
absoluto de los cielos. Al final, El
Desiderata, un poema famoso de Max Ehrman, nos advierte que somos hijos del Universo y hermanos de las
estrellas. Sin duda, merecemos estar aquí.
Pepe Cocodrilo
(Adaptado de diversas fuentes)
¡Hola, Pepe!
ResponderEliminarLos temas sobre el cosmos siempre me hacen reflexionar.
Una vez leí que algunas estrellas están tan lejanas de nosotros y que, por eso, la luz de esas estrellas tarda tanto en alcanzar la Tierra que muchas veces estamos vendo estrellas que ya no existen más. Entonces vemos el brillo que fue emitido hace centenas, miles de años. Así que, cada vez que miramos a esas estrellas, estamos mirando hacia el pasado.
Impresionante, ¿no?
¡Gracias por otro excelente post astrofísico!