Era
un triste atardecer, se escuchaban campanas que sonaban desde lejos como si
fuera un augurio. Entró en la alcoba el escribano, acompañado por sus
auxiliares, y un cura para cumplir con las formalidades del testamento de Don
Quijote, que ya estaba muy enfermo. En su lecho de muerte declaró sus últimas voluntades:
a su fiel compañero Sancho Panza le pagaría por todos los años de dedicación y
le dejaría muchas cosas materiales. Por ello, le otorgó el gobierno de una
ínsula que, debido a su sencillez y fidelidad, lo merecía.
Al
ver a su amo tan enfermo, Sancho se puso muy triste, pues no estaba preparado
para presenciar la muerte de su amigo Don Quijote y, enseguida, le dio un
consejo. Le dijo que un hombre tiene que luchar por la vida, que no debe
dejarse morir ni darse por vencido, así que le suplicó que se levantara de la
cama para irse a buscar a su amada Dulcinea de Toboso.
En
medio de todo esto, Sancho le pidió perdón a su amigo y le sugirió que si Dulcinea lo
llegase a ver en aquel estado, que le echase la culpa a él, con el fin de que
ella no pensase que el mismísimo Don Quijote se había entregado a la enfermedad. Don Quijote
estuvo de acuerdo con lo propuesto y siguió con su declaración. Ya se mostraba
diferente, recobraba el juicio y se reconocía como Alonso Quijano, el Bueno,
así que acaba confesando su arrepentimiento y su verdad.
Destina sus haberes a
quien le corresponda y, en especial, a su sobrina a la que le regala la
hacienda en la que debería disfrutar intensamente, para así suplir todas sus necesidades.
Además, su sobrina deberá cumplir con todas las determinaciones que le ha
dejado; una de ella, será la de pagar el salario de su ama que tanto le había
sido fiel. Asimismo, le deja una cantidad en efectivo para que su ama se compre
un vestido.
Miguel Calero, diseñador |
Don Quijote manifiesta también el deseo de que su sobrina se case, pero desde que se conozca al novio y, preferentemente, que no sepa nada sobre libros de caballerías, de lo contrario perderá todo lo que le ha dejado. Como era posible imaginar, ahora Don Quijote abominaba por muchas razones los libros de caballerías. Así que, en el caso de que la sobrina se "mal casase", estos bienes deberían ser repartidos en obras pías a su voluntad. De este modo se cierra el testamento.
En ese momento, a Don Quijote le toma un desmayo y se tiende en la cama; en consecuencia, todos se alborotaran y enseguida acuden a su remedio. Don Quijote aún vivió tres días tras el testamento, aunque con constantes desmayos. Al fin llegó el último día de Don Quijote, después de recibir los santos sacramentos, se murió sosegadamente y de manera cristiana para la sorpresa de todos.
Mei
& Fernanda
{Preparatorio para el título de C2 español}
Otro precioso cuento que dialoga con el final del "Quijote" de 1615. Una manera elegante y discreta de volver a contar cómo pasó todo. !!Gracias, chicas!! Muy delicado final para tan gran caballero andante que ha recorrido no pocos siglos, como lectora me quedo feliz...
ResponderEliminarMuchas gracias Quijotina, por tus hermosas palabras.
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