Con semejantes referencias, es fácil comprender por qué se la considera
la rapaz más temible de todas las que pueblan el continente americano. Alcanza,
nada más y nada menos, los 70 km por
hora cuando vuela bajo el dosel arbóreo de la selva. Sin embargo, la
mayor parte del tiempo son aves silenciosas y tranquilas. La harpía es un ave prácticamente muda durante todo el año, a excepción
de la época de celo, en la que se convierte en un animal chillón al que puede oírsele
desde una distancia considerable.
Como
sucede con muchas otras especies de águila, las parejas se forman de por vida.
Estas construyen un gran nido sobre un árbol alto, a unos 50 o 75 metros del
suelo, a base de grandes palos; el nido puede alcanzar los 2 metros de diámetro,
en los casos más extremos. Para la construcción del nido utilizan, en general,
el área donde el tronco se bifurca en sus ramas principales.
La hembra suele poner un
huevo, a veces 2 (con intervalo de 1 día entre uno y otro), y lo incuba durante
cerca de 60 días. De hecho, es la hembra la que se encarga de incubarlo el 97%
del tiempo, mientras que el macho es el que la alimenta. Como también sucede en
otras especies de águilas, tan solo uno de los polluelos sobrevive, salvo casos
muy raros. Medio año después de su nacimiento comienza a volar,
aunque permanezca 2 o 3 años con su familia antes de independizarse de modo
definitivo. En general, pasan 3 años desde el nacimiento de un polluelo para
que la pareja vuelva a procrear, algo muy semejante a lo que ocurre con otras
águilas de tamaños y modos de vida similares.
Estas aves se encuentran en el nivel más alto
de la cadena alimenticia y desempeñan un importante rol en el equilibrio de
ecosistemas. Se trata de controladores naturales de otras poblaciones de
animales, de los cuales se alimentan. Si llegasen a desaparecer se produciría
un desequilibrio en esta cadena alimenticia, con la proliferación de mamíferos,
herbívoros y omnívoros que, viviendo en grandes grupos, reproduciéndose sin
control y al no tener suficientes alimentos, invadirían granjas cercanas
provocando grandes daños en cosechas y graves enfermedades, afectando de
inmediato al ser humano.
Estas aves se encuentran en el nivel más alto
de la cadena alimenticia y desempeñan un importante rol en el equilibrio de
ecosistemas. Se trata de controladores naturales de otras poblaciones de
animales, de los cuales se alimentan. Si llegasen a desaparecer se produciría
un desequilibrio en esta cadena alimenticia, con la proliferación de mamíferos,
herbívoros y omnívoros que, viviendo en grandes grupos, reproduciéndose sin
control y al no tener suficientes alimentos, invadirían granjas cercanas
provocando grandes daños en cosechas y graves enfermedades, afectando de
inmediato al ser humano.
El águila harpía se encuentra en la lista de especies en serio peligro de extinción, aunque se desconoce el número total de ejemplares
debido a lo difícil que es de detectar. Sus principales amenazas son la
destrucción de su principal hábitat (la selva amazónica, que lleva años siendo
atacada, o los bosques tropicales americanos en general). Además, en muchas
ocasiones son cazadas para servir como alimento, ser empleada en el preparo de
medicamentos con sus uñas y manteca, por ser muy requerida en la confección de
artesanías, ser utilizada en instrumentos musicales debido a los huesos de sus
patas y alas (usados en gaitas o instrumentos de viento) o por simple –y triste–
curiosidad.
Se
conocen representaciones de esta poderosa águila en el arte precolombino chavín
y olmeca. También se sabe que existe en Ecuador una tribu, los huaorani,
que la veneran como si fuera una divinidad y tienen la costumbre de adornar
tanto sus brazaletes como sus coronas de guerra con plumas de esta ave,
creyendo que les otorgará protección y fuerza. Esta es una tribu nómada que, en
los casos en que posean algún ejemplar, lo llevan consigo allá a donde vayan,
alimentándola y respetándola como si fuera un dios.
En
siglos anteriores hubo viajeros y exploradores que decían de ella cosas como
que "eran enormes como ovejas grandes", que “en los restos de sus
comidas se podían encontrar, a menudo, restos humanos" o que "eran
capaces de destrozar el cráneo de un hombre de un solo picotazo". No
obstante, solía ser frecuente que los viajeros fueran más imaginativos de la
cuenta sobre aquello que veían en sus viajes y, según se ha ido demostrando,
todos estos testimonios son infundados.
Para resumir…
Dueña
indiscutible de los cielos de América Central y de las zonas tropicales de
América del Sur, el águila
harpía, (Ave Nacional de la
República de Panamá), es la más imponente que puede observarse. Considerada una de las
especies rapaces de mayor tamaño, se destaca por su destreza en el vuelo y sus
atributos como cazadora, lo que la convierte en un animal único. Sin embargo, estamos ante una
especie muy vulnerable que enfrenta muchos peligros y que hoy en día se
encuentra amenazada por la actividad, indolencia e ignorancia humana.
Consultas bibliográficas y citas:
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