¿Te perdiste la primera parte?
B.C.: Cecília, afirmas que en la vida es importante tener
independencia, ¿Crees que es necesario tener un mentor(a), en el cual se confíe
cuando inicias los estudios de canto?
CECÍLIA: Sí,
yo pienso que es algo muy importante. En verdad, esa es la característica que
me sustenta en esta carrera, porque yo empecé poniendo mi voz en manos de un profesor
en Londrina, después también lo hice en Campinas y así por delante. Tuve muchos
profesores, pero siempre fui fiel a cada uno de ellos; recuerdo que siempre cumplía
con mis clases correctamente, confiaba en ellos aunque también seguía mi intuición,
de cierto modo.
Por
ejemplo, si a veces pensaba cosas como: “Esto no está siendo bueno para mí, no estoy sintiéndome
bien, a mí no me gusta ese o aquel punto, hay algo aquí que no me está ayudando”.
Entonces hacía una reflexión individual, después a veces la compartía con mis
amigos, los cuales en ocasiones confirmaban que algo no iba bien, y en ese
momento era cuando decidía cambiar de profesor, puesto que siempre tuve esa
independencia y lo he hecho con mucha honestidad. Yo les decía a mis mentores: “Profesor, te
agradezco todo lo que hemos hecho hasta aquí, pero siento que en este momento
necesito buscar a otro profesor” y así partía.
Al
principio sentía mucha inseguridad, esto siempre es difícil, pero creo que
todos los alumnos de canto van a notar que este es un punto crucial; en mi caso
particular, buscaba honestidad. Era como terminar una relación, puesto que se
trataba de una relación semanal con aquel profesor. Alguno puede hasta
enfadarse, a otro puede que no le guste, pero siempre que volvía a verlos intentaba
ser cordial, siempre les agradecía, pero confieso que, en verdad, no es nada fácil.
Yo miro hacia mi pasado y percibo una relación siempre cordial con los
profesores con los cuales me encontré en mi camino. A veces en aquel
determinado momento era algo un poco pesado, pero al final todo salía bien.
B.C.: ¿Cómo concilias tu vida personal con la profesional?
CECÍLIA:
Bueno, es un proceso diario. Siempre intento organizarme, ¡aunque no me considere
la persona más organizada que conozco! Pero siempre busco mejorar e intento
hacer planes en ese sentido. Valoro mucho mi vida personal, mis amistades, por
lo que priorizo los momentos en familia y me considero una persona presente
siempre que me es posible. La idea es intentar mantener una cierta calidad en
estos encuentros.
Por
ejemplo: mi abuela va a completar 92 años y viajar a Uberaba para visitarla no
siempre es posible, puesto que muchas veces hay eventos durante ese período del
año. Eso siempre me molestaba un poco, por ser un evento importante en el que
toda la familia se reúne para celebrarlo. Sin embargo, intentaba ir a visitarla
siempre que me era posible, aunque no fuera exactamente en su cumpleaños.
Al
mismo tiempo, intentaba que fueran momentos felices y de calidad con mi
familia. Siempre los llamo y cuando estoy con ellos intento mantener el 100% de
mi atención en aquel momento. Descubrí, entonces, que esto funciona bien, aunque
no pueda estar con ellos en momentos de celebración o festividades especiales,
en mitad de la semana o a finales de mes intento ir y participar de algo, o si no
me invento algún encuentro con toda la familia y esta es mi manera de
organizarme.
B.C.: Hablando de familia, ¿Está entre tus planes el ser
madre? ¿Cómo crees que se puede compatibilizar todo en tu profesión?
CECÍLIA:
Confieso que no sé, pero sí que pienso en tener hijos, aunque no en este momento.
Creo que solo cuando eso suceda tendremos mi marido y yo la certeza de cómo
será. Porque lo que pasa es lo siguiente: la carrera es algo vital, pero la
familia también es muy importante y forma parte de nuestra felicidad. ¡Eso es
algo que debe ser considerado! No puedo decir que vaya a abandonar la carrera
para dedicarme de modo integral a la familia, sobre todo si consideramos que
hay ejemplos exitosos y mi madre es uno de ellos. Ella siempre trabajó mucho,
pero logró conciliarlo con las cuestiones familiares, aunque me consta que no
fue fácil.
Asimismo
hay otro aspecto importante y es el hecho de que vivimos en otra generación. La
generación de nuestros padres y abuelos fue una en la que la mujer tenía que
cuidar de la casa y de los hijos, pero esa realidad ha cambiado y ahora las
mujeres pueden compartir esa responsabilidad con su marido.
Tengo colegas
que tienen 2 o 3 hijos y los llevan a los ensayos. Hay casos en los que ambos
son cantantes y comparten las tareas, cuando uno ensaya, el otro cuida de los
niños. No es fácil, pero es un trabajo en equipo. Yo sé que cuando mi esposo esté
más atareado en su carrera, tendré que sostener yo todo lo que pueda, porque él
también me ayuda mucho ahora, entonces creo que él va a conseguir ayudarme
cuando tenga que ir a un concierto, por ejemplo.
Eso es
lo que idealizo… ¿es perfecto? No existe realidad perfecta y en algún momento
uno tiene que hacer elecciones. Yo leí una entrevista con una cantante famosa
que hablaba sobre eso: su hija estaba en la escuela, se enfermó y ella tenía
una serie de conciertos. Entonces ella pensó: “¿Qué puedo hacer? ¡Forma parte
de la vida!”.
Yo
pienso que el ser humano en general busca la felicidad, busca realizarse como
tal, esto está en nuestro subconsciente de una manera muy fuerte y, a veces,
nos concentramos en el trabajo como una gran pasión o en nuestra familia o en los
hijos o en la relación afectiva, pero para mí el equilibrio es necesario porque
hay momentos en los que la carrera puede ser muy frustrante y otros en los que el
compañerismo y la felicidad que buscamos en nuestras vidas estarán allí,
entonces el equilibrio es muy importante.
B.C.: Podrías hablar un poco del escenario operístico en
Brasil, ¿Cuál es tu opinión?
CECÍLIA:
Bueno, Brasil todavía tiene que avanzar mucho. Pienso que el canto lírico,
considerando el enfoque de este momento, es la punta del iceberg en varios
aspectos. Brasil tiene un problema muy serio de educación básica, entonces si
yo tengo ese problema, la ópera es un ápice del arte. En ella están incluidos
el ballet, la música, el canto lírico, la escenografía, el vestuario, las artes
plásticas y visuales… ¡Son muchas cosas! Las producciones de ópera de los
grandes teatros son muy caras, entonces, en cierto modo, tenemos una perla del Arte
en nuestras manos, pero mientras Brasil tenga un problema de educación básica,
no vamos a ver eso. Este es un problema muy profundo, entonces es ingenuo por
mi parte el pensar y querer que la ópera crezca en Brasil.
¡Quiero
que muchas cosas crezcan por aquí! La enseñanza básica, la alfabetización, el número
de niños en la escuela… porque si un niño no aprende a leer, ¿cómo van a
concebir un programa de concierto? ¿Cómo va a saber qué es el Magnificat, dónde surgió o quién es Sebastián
Bach? Asimismo, no entenderá por qué es tan importante y está incluido en el
programa del Teatro municipal de São Paulo.
Entonces
es muy importante que la ópera camine para abrir puertas a las personas, pero es
necesario que exista un trabajo en la base de la educación de las personas, de
manera que puedan entender y buscar la ópera. Pero es como comenté, estamos en
un mundo contemporáneo, las cosas ya no son como en el siglo pasado y deben
caminar juntas. Yo hice un trabajo interesante en las bibliotecas de São Paulo,
circulando por varias de ellas en la ciudad, con un programa de música francesa
y brasileña, con conciertos breves, muy didácticos, donde explicábamos cada
poema, cada pieza, dónde había surgido cada canción, quiénes eran los
compositores, etc.
Este fue
un trabajo cien por cien didáctico, porque estábamos seguros de que las
personas no conocían las canciones, y esa fue una manera de llenar parte de un vacío
que existe, pero también fue posible observar que a las personas les gusta ese
tipo de música, e incluso, en ese primer contacto, tenían ganas de conocer más.
Es por eso que pienso que los artistas deben ser más flexibles para dar conciertos
más accesibles, de manera que ofrezcan un mayor acceso a la cultura, dialogando
incluso con otras Artes.
Un momento de la entrevista... |
B.C.: Pero para eso hay que educar, ¿no?
CECÍLIA: Sí,
¡es necesario! Lo ideal es que ocurra en todas las escuelas, bibliotecas y
proyectos culturales, ¡eso es muy importante! En todos los conciertos didácticos
que ofrecimos siempre había alguien que decía que se había quedado encantado
con las explicaciones. Nosotros preparábamos comentarios simples, de manera que
pudieran llegar hasta todo tipo de público, pero siempre relacionando el
concierto con la cultura brasileña. Por ejemplo, hacíamos preguntas como: ¿Qué
es una melodie française? o ¿Qué es
la bossanova? Así podíamos explicar que
el poeta de la canción es como un Vinícius de Moraes para nosotros. Así que eso
es lo importante, siempre intentar relacionarlo todo.
B.C.: Entonces, hacéis esa inclusión y esa
descentralización para que el público sepa, por ejemplo, quién es Beethoven…
CECÍLIA: Sí, en
Brasil existe la cultura de que la música clásica y las artes clásicas, en
general, son cosas que pertenecen a la élite. Este concepto está incrustado en
nuestra cultura, pero eso está cambiando con la ayuda de algunas iniciativas, un
ejemplo es una región llamada Heliópolis, en São Paulo, donde se ha creado una Orquesta
Sinfónica (OSH), entre otras actividades. Otro ejemplo es el proyecto “Guri”. Lo que pasa es que, de manera
general, esa cultura existe, pero nosotros también tenemos que cambiar esa
realidad, incluso la postura del propio artista. Por ejemplo: si soy una
artista renombrada, que ha ganado premios en Europa, pero vivo en Brasil, debo
comprender la realidad del país en el que trabajo, buscando establecer un
puente entre la sociedad en la que vivo y el arte que hago. ¡Entonces la
responsabilidad del artista es gigante!
Detalle del barrio Heliópolis |
Solamente
añadir e insistir en que la responsabilidad del músico contemporáneo es
aproximar esas diferentes realidades. Parece utópico hablar de esto, pero es
algo que siempre debe ser discutido. Cada vez que me encuentro con mis amigos
cantantes y músicos, siempre hablamos de esto porque a mí me gusta tratar estos
temas. Sin duda, hay cosas que se deben cambiar porque hay lugares fabulosos como
la Sala São Paulo o el Teatro Municipal, entre otras tradicionales casas de ópera
en Brasil, que deben darse a conocer más. Nosotros tenemos muchos artistas
talentosos y mucha gente que es muy buena cantando.
B.C.: Así que, en cierta manera, has roto ese circuito yendo
a las bibliotecas y llegando hasta las afueras de la ciudad. ¿Crees que eso
traerá un buen retorno a tu carrera?
CECÍLIA: Creo
que sí y, entonces, vuelvo a la cuestión de la independencia, sobre todo si
quiero cantar y tengo un repertorio ya listo con mi profesor. Lo ideal es que este
repertorio alcance al mayor número de personas posible. Si el artista no tiene
la oportunidad de cantar en una sala de conciertos reconocida, esto no puede
parar al artista, él mismo debe crear nuevos espacios musicales, aunque sean
más simples y modestos, pero esto tiene que suceder.
Por
ejemplo, ya dimos conciertos en Escuelas de música, SESC, SESI, salas de
conciertos particulares, bibliotecas, Casas de cultura (sobre todo aquellas que
tienen propuestas de dar a conocer a artistas nuevos, con conciertos menores y
más simples). Esto es muy importante no solo porque propicia que el artista pueda
poner en práctica su repertorio y su hacer musical, sino también porque permite
que el Arte alcance a un público nuevo.
Una de las intervenciones de descentralización |
Además,
es fundamental decir que el artista no puede deshacerse de nadie, o sea, no importa
si en mi concierto hay una persona o 400 aplaudiéndome, siempre tengo que hacerlo
lo mejor posible. Primero porque la música es la música y tiene que ser hecha
con amor, segundo porque aquella persona es muy importante por ser tu realidad
y la verdad es que está allí para verte. Todo esto cambió mi modo de entender la
carrera de canto lírico.
Un artista
famoso mundialmente tiene una carrera, pero otro que da conciertos en una
biblioteca pública también la tiene porque aquel público necesita a aquel
cantante y su Arte. Tal vez un día esa persona llegue a lo más alto o tal vez
no, pero lo que importa de verdad es que la música existe y que los
profesionales están haciendo cosas, muchas de ellas maravillosas.
Entrevista realizada por
Alexsandro Macedo y Carlos Jiménez
con la colaboración de Juliana de Almeida Sarti
¿Te quedaste con ganas de saber más?
No te pierdas la última parte...
Cecília todavía nos reserva alguna sorpresa.
ResponderEliminarCecília tem uma linda voz. Tem uma excelente técnica vocal. Tem presença de corpo. Tem estilo próprio. Pela sua dedicação, pelo seu empenho, tem tudo para se transformar na grande dama da ópera no Brasil, com profunda repercussão internacional. É um orgulho de sua cidade Uberaba. Precisamos de pessoas como Cecília para que ajude o Brasil a prestar mais atenção na música lírica. Temos grandes compositores brasileiros nesta área bem como centenas de grandes mestres da ópera em todos os períodos que já se estende por mais 400 anos. Viva Cecília.