Definición de Correveidile:

1. Persona que trae y lleva cuentos y chismes // 2. Blog de los amantes de la lengua de Cervantes


miércoles, 21 de agosto de 2019

"Caballeros templarios: Monjes y guerreros"



Los Templarios surgieron como un grupo de caballeros que velaba por la seguridad de los peregrinos a Jerusalén, pero con el tiempo se convirtieron en una de las órdenes más poderosas del mundo e incluso en la principal potencia económica de Europa.

"En el año 1095, el Papa Urbano II decide intervenir directamente en Tierra Santa, convocando una cruzada con el objetivo de garantizar la seguridad de los peregrinos al sitio, seguridad que estaba resultando muy dudosa por el descontento musulmán. En una maniobra que parece más política que religiosa, se auxiliaba al Imperio Bizantino, que había solicitado apoyo debido al constante asedio turco, mientras que a la vez se ponía fin a muchas luchas internas en distintos lugares de Europa y unía a cristianos bajo una misma bandera, la Cruz".

Tras varias batallas, en 1099 la primera Cruzada finalizó tomando Jerusalén. En el año 1100 se proclamó Rey de Jerusalén a Balduino I. Años más tarde, en 1118, el caballero francés, Hugo de Payens, y el caballero flamenco, Godofredo de Saint-Adhemar, decidieron impulsar la fundación de una orden monástica, cuya finalidad sería la custodia de los peregrinos y la guarda de los peligrosos caminos que conducían a los lugares de peregrinación.

Esta idea se materializó con el nombre de "Orden de los Pobres Soldados de Cristo". En un principio se mantuvieron solos, pero después estarían apoyados y sustentados por el Rey, que no disponía de muchos recursos para proteger los caminos. Se les concedió un lugar donde establecerse, cerca del antiguo templo de Salomón, y algún tiempo después acabarían disponiendo de todo el complejo como sede, que daría nombre a la orden. Tras muchos y largos trámites eclesiásticos, la orden fue aprobada formalmente por la Iglesia en 1129, momento en el que se escribieron sus normas y reglas.

Las reglas de la Orden del Temple

Bernardo de Caraval, definía en De laude novae miliae, el espíritu que regiría esta Orden:

·       La disciplina es constante y la obediencia es siempre respetada: se va y se viene a la señal de quien posee autoridad; se viste lo que él distribuye y no se va a buscar fuera alimentos ni vestiduras
·       ...llevan una vida en común sobria y alegre, sin hijos ni esposas
·       ...jamás se les encuentra ociosos ni curiosos
·       ...Detestan los Dados y el Ajedrez
·       .... No practican cacerías
·   ...llevan el pelo cortado al ras, nunca se peinan, raras veces se lavan, la barba hirsuta y descuidada

En pocos años la Orden experimentó un importante aumento, tanto de bienes y propiedades como de efectivos en sus filas. Además de los testamentos y donativos que recibían, también estaban las grandes fortunas de los nobles que entraban a formar parte de la Orden. También podían recaudar dinero en todas las iglesias de occidente, una vez al año. Obtenían grandes beneficios comerciales con todo el excedente que obtenían de sus granjas y encomiendas.

El valor de los Templarios en la guerra contra los sarracenos se hizo proverbial. Cuando los musulmanes conquistaron la Tierra Santa, los caballeros del Temple se instalaron en Chipre. A partir del siglo XII se establecieron en las zonas fronterizas de Cataluña, Aragón, Navarra y Castilla, posición que les permitió participar en las conquistas de territorios musulmanes.

Asimismo, eran igual de eficientes con las cuentas como con las armas y la mayoría de los reyes les confiaban sus tesoros. Así, a finales del siglo XII nació el primer banco transaccional, del que se tienen noticias. Alrededor de 1170, la Orden se extendía por toda Francia, Alemania, España y Portugal, por lo que apenas 50 años más tarde era el imperio económico, militar, político, religioso y científico más importante de Europa con:

·       9000 encomiendas (granjas y casas rurales)
·  Un ejército de 30 000 caballeros (sin contar escuderos, sirvientes, artesanos y albañiles)
·       Más de medio centenar de castillos
·       Una flota propia de barcos (con puertos privados)
·       La primera banca internacional

No obstante, los Caballeros Templarios, renunciaban a todo tipo de bienes personales, siendo la Orden la propietaria de todas las posesiones. Los Templarios tenían prohibido compartir el caballo y las reglas de la Orden estipulaban que cada Caballero Templario debía disponer de tres caballos.

La Orden fue condescendiente con otras concepciones religiosas, lo que les llevo en muchas ocasiones a ser considerados herejes u apóstatas, algo tan poco creíble que solo resultaba posible en una sociedad como la medieval, donde la escritura estaba confiada a los Monasterios y los hechos eran propagados mediante lenguaje oral.

Por consiguiente, enjuiciar hoy en día a la Orden del Temple, supone devolverles el papel y rango que les corresponde: Una Orden que sería la admiración de cualquier empresa actual y unos caballeros que resultarían ser unos trabajadores modelos, puesto que eran: "
 Defensores del Cristianismo, Tolerantes con otras Religiones, Impulsores de la Libertad, Promotores del progreso social, Pioneros en el fomento de la escritura e investigación, Creadores de la Logística, Creadores de un Sistema bancario internacional, Financieros de las campañas en los Santos Lugares y Financieros de los Reyes". 


En la actualidad, la Orden del Temple se consideraría una empresa multinacional modelo, con una ética y valores sociales inigualables. La Orden del Temple se adelantó al menos 800 años a la mentalidad de sus coetáneos. El éxito de los Templarios a nivel moral se encuentra muy vinculado a las gestas que realizaron durante el resto de las Cruzadas, lo que les daría fama mundial. La pérdida de la Tierra Santa marcó el principio del fin de la Orden, añadiendo a eso los recelos que causaban entre las altas esferas, debido a su poder y secretismo. Su pecado fue centrarse en la búsqueda de la perfección y olvidarse de que la envidia y codicia que generaban sus éxitos sería la causa de su destrucción. La Orden estaba preparada para alcanzar grandes metas, pero no había previsto recursos para la lucha contra la bajeza moral de los humanos.

De este modo, Felipe IV de Francia, que estaba muy endeudado con la Orden, comenzó una campaña de desprestigio con el objetivo de adquirir las posesiones templarias, por lo que empezó a presionar al Papa Clemente V. En 1307, un gran número de templarios fueron arrestados, torturados y quemados en la hoguera. Antes de ejecutarlos se les obligaba a confesar falsos crímenes y herejías, con el fin de manchar la imagen de toda la Orden.  El 13 de octubre de 1307, (viernes) es la fecha que el Rey de Francia eligió para la desaparición de la Orden del Temple. Así fue como acabó una Orden y nació la superstición del día de mala suerte.


En Francia, en 1314, más de 15000 caballeros del Temple fueron arrestados, sin previo aviso ni más razón que un mandato real, y condenados a la hoguera, entonces a partir de ese momento sus bienes pasaron a la corona. Un fuerte aliado de Felipe IV fue el visir Nogaret, maquiavélico personaje que ideó el plan para la destrucción de la Orden. También se produjo la circunstancia de que, en un plazo de dos años, murieron misteriosamente dos Papas (es curioso que ambos fuesen enemigos del rey de Francia) y acabó ocupando el trono papal Clemente V, una persona débil y manejable, que acató todas las pruebas presentadas contra los caballeros templarios: herejía, ritos blasfemos (como escupir y pisar la cruz en las iniciaciones de los caballeros), sodomía o adoración de falsos ídolos demoníacos.

Nunca se pudieron demostrar tales acusaciones, aunque se conservan testimonios de caballeros templarios confesando lo que sus verdugos querían,  claro está que bajo el poder de torturas inhumanas. Después del dictamen emitido por el Concilio de Viena, entre el 16 de octubre de 1311 y el 3 de abril de 1312, el Papa Clemente V suprimió la Orden del Temple.

En Aragón, el proceso inquisitorial se saldó con la dispersión de la Orden después de proclamarse su inocencia en un Concilio celebrado en 1312 en Tarragona; en Valencia, los bienes de la Orden sirvieron para fundar una nueva Orden, la de Montesa, en 1317. En Cataluña y Aragón, sus bienes fueron a parar a los caballeros hospitalarios y en Castilla a la corona.


En abril de 1310, los templarios empezaron a ser llevados a la hoguera en las proximidades del convento de Saint-Antoine (quemaron a unos cincuenta y cuatro hombres), por orden del monarca de Francia. Además, siguieron quemándose a templarios por distintos puntos de Francia, sin esperar a que se dictaran sentencias definitivas. Unas veces eran los obispos los que firmaban las órdenes y otras, en cambio, el inquisidor general Guillermo de París, fiel servidor de Felipe IV.

El propio Jacques de Molay (XXIV Gran Maestre), fue quemado vivo el 19 de marzo de 1314 (tras siete años de prisión y tortura), frente al gran monumento gótico Notre Dame. Allí se retractó públicamente de cuantas acusaciones se había visto obligado a admitir, proclamó la inocencia de la Orden e invitó a los culpables de todo aquello a unirse, en el plazo de un año, al juicio de Dios. Esta maldición se cumplió y tanto el Papa Clemente V como el visir Nogaret y el rey Felipe IV murieron antes de finalizar el año, todos por causas naturales.

Después de la extinción de la Orden, cayó sobre Europa una etapa verdaderamente catastrófica; el continente se sumió en múltiples guerras (período conocido como la Guerra de los Cien Años).

Sellos y símbolos Templarios

Vestimenta y Armadura de los Templarios

Imagen 1
La armadura de los Templarios era muy ligera, comparada con las de la época, estaba orientada a conseguir una caballería ligera y una gran movilidad como infantería. La vestimenta era muy completa y estaba preparada para soportar tanto los rigores del frío como del calor.

Aunque la vestimenta era buena, debemos tener en cuenta que no siempre era posible que los caballeros templarios, procedentes de centro y norte de Europa, se adaptasen a las condiciones de extremo calor de los santos lugares, Egipto, Tánger o el Sur de la Península Ibérica. El equipo usado por los Caballeros Templarios, hacia 1120, estaba compuesto por una cota de mallas y un casco (Imagen 1).

Treinta años después, en 1150, se añadió a la cota de mallas el escudo alargado y la oriflama (Imagen 2). Sin embargo, un siglo después, en 1250, ya se aprecia el cambio hacia la típica armadura del siglo XIII, que incluía el calzado de malla y el yelmo cerrado (Imagen 3).

Imagen 2
Imagen 3

El armamento habitual portado por los Templarios en Tierra Santa, a lo largo de los siglos XII y XIII, superaba ampliamente los 40 kilos y requería un vigor extraordinario para soportarlo y manejarlo con soltura. Además, no hay que olvidar que el caballo también iba acorazado y protegido.

En conclusión

Los Caballeros Templarios en su condición de monjes guerreros, defendieron y ayudaron a propagar la fe cristiana. No obstante, la mayor huella que dejaron fue su incomparable habilidad empresarial, la cual no cabe duda de que estaba muy por delante de su tiempo. Tal habilidad fue la fuente de su prestigio y, al mismo tiempo, motivo de codicia de gente muy poderosa, lo que acabó por decretar su extinción. Una paradoja cruel que insiste en sobrevivir hasta el presente.


Pepe Cocodrilo


Consultas bibliográficas y citas:
https://redhistoria.com/breve-historia-de-los-templarios/
http://www.ordendeltemple.com/
http://platea.pntic.mec.es/~rmartini/historia.htm
http://www.e-torredebabel.com/historia/templarios/origen-templarios.htm
http://franrecio.com/misterio/caballeros_templarios_breve_historia.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario