"De la maleta a su propio Imperio (I)": Charla con la empresaria brasileña Dani Max

El mañana depende de ti, tú decides si vas a seguir en la garúa o si vas a poner tu cara al sol.
 ¡Jamás desistáis de luchar contra la garúa!

Dani Max

Dani Max, nombre más que apropiado para definir la grandeza de esta mujer que supera el calificativo de especial y cuya trayectoria de vida es capaz de encantar, a la par que emocionar a cualquiera, sobre todo por su capacidad de superación. En tiempos difíciles como los actuales, su historia merece y debe ser compartida con nuestros lectores, como símbolo de esperanza y fe de que las oportunidades, los reinicios y la felicidad están ahí, ¡basta con salir a la lucha y creerlo! 

Con dieciséis años de trayectoria profesional, una amplia sonrisa, una belleza exótica, un aura y una alegría que llenan cualquier ambiente, Dani empieza su narrativa contando que su luz le abrió muchos caminos, pero también que eso, a veces, le creó dificultades en virtud de la envidia y de la molestia que causaba en la gente. Su personalidad expansiva y su postura auténtica, según ella misma relata, ya le habían costado algunas oportunidades de trabajo. Sin embargo, siempre ha preferido decir lo que piensa a tolerar ciertos tipos de malos tratos y falta de respeto. Para ella, mantener su dignidad ha sido un punto esencial, puesto que siempre ha tenido como mayor ejemplo a su madre, Samara, quien la acompañó durante la entrevista que concedió al Blog Correveidile el pasado mes de diciembre de 2017 en la ciudad de São Bernardo do Campo (São Paulo, Brasil), dejando en evidencia que la simpatía y la belleza forman parte de la familia. 

Samara, a la derecha, al lado de una de las entrevistadoras,
 durante uno de los momentos más emotivos.

Dani nos cuenta que la necesidad de educar a su hijo, Fabricio, y la dificultad financiera fueron sus dos grandes muelles propulsores, los que le hicieron no tener miedo de abordar a la gente en la calle para vender sus productos de una manera irreverente, volviendo a la época en la que empezó como sacoleira[1]. Relata que se ganaba la simpatía de sus clientas, por hablarles con alegría y cordialidad, elevando la autoestima de esas mujeres, dándose cuenta así de que tenía habilidad para las ventas.

También contó que, mientras tanto, su carrera como emprendedora sufrió diversos percances e interrupciones, puesto que ya había hecho un poco de todo en la vida: fue dependienta en una cafetería, cajera dentro de una furgoneta, vendedora de frutas en la plaza pública, entre muchas otras profesiones, ya que desde muy temprano (con tan solo nueve años), tuvo que trabajar duro para ayudar a su familia. Para ella, cada una de esas actividades han sido fundamentales para adquirir experiencia y más habilidad para hacer frente a aquel que sería su público en el futuro.  

Según la entrevistada, el divisor de aguas en su vida fue el episodio ocurrido en un período de mucha dificultad financiera, cuando le fue negada la posibilidad de comprar al fiado leche para su hijo. Narra, con gran detalle y mucha emoción en la voz, la conversación seria que mantuvo con su madre, Samara, quien llamó su atención hacia la responsabilidad que tenía de educar a su hijo y, sobre todo, la necesidad de que saliese de aquella condición de victimismo y letargo, que había que ir a la lucha para cambiar esa situación. Dani cuenta que las palabras de su madre le calaron profundamente y que ese momento fue muy impactante; entonces se dio cuenta de que tenía que salir de la tristeza profunda en la que se encontraba y luchar por su hijo, que dependía de ella, puesto que, al final, estaba en sus manos cambiar su destino para construir su propia historia. 

En ese mismo período fue cuando, nuevamente impulsada y apoyada por su madre, Dani, que vivía en una chabola ubicada sobre una alcantarilla, con un olor indescriptible y era visitada a menudo por ratas –lo cual le angustiaba muchísimo porque su hijo era apenas un bebé– decide vender sus productos en la calle a las personas, una vez que cambiar de vida no era más que una cuestión de elección. 

Afortunadamente, Dani contó con la ayuda de personas especiales, así que, además de su progenitora, estaba su exmarido, cuya identidad prefirió no desvelar aunque lo recordó con mucho cariño, como esa persona que le dio excelentes ideas sobre cómo poner en marcha sus planes. Relató también que con la ayuda de, por aquel entonces su compañero de vida, compraron un coche, modelo Ford Escort, con el que se situaban en la calle, abrían el maletero y allí exponían sus productos para la venta: pendientes, pintalabios, pestañas postizas, entre otros. 

Para mejorar su atención, decidieron algún tiempo después poner una iluminación para vender también por la noche. Enseguida compraron un toldo para poder quedarse en el punto de venta también los días de lluvia. Tras algún tiempo, Dani comenta que ya tenía su clientela fija en la calle, que estaba situada cerca del DER, donde era conocida como “Dani de la barraca". Con todo, la pequeña estabilidad que había conseguido trajo también los primeros retos, que enfrentaba con fe y con la certeza de que no estaba sola.

(Continuará...) 

Dama de Castro & Duquesa
@blogcorreveidile 
@dani_tagaragada

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[1] Nota de las Entrevistadoras (NE): Persona que vive de comprar mercancías a precios bajos en sitios específicos y las transporta (dentro de maletas, bolsas y similares) para venderlas, pero al por menor, de manera informal, a diferencia de los pequeños centros comerciales. 

¿Quieres saber cómo terminó la entrevista? 

¡No te pierdas el final, pinchando aquí...!

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