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martes, 27 de diciembre de 2016

"Betinho, la solidaridad como profesión"

El 9 de agosto de 1997, "en paz, tranquilo, sin dolor ni sufrimiento", a los 61 años, murió el sociólogo brasileño Betinho. Cerrando su dura batalla contra el SIDA, fallecía de hepatitis C, adquirida, como el SIDA, en una transfusión de sangre. En la temporada de Navidad, en la que el espíritu de la bondad y la solidaridad nos rodean con más intensidad, Betinho es de aquellas personas que nos hacen falta, aún más en un país tan lleno de desigualdades como Brasil. 

Ya han pasado 23 años desde que se fundó la “Ação da Cidadania”, una ONG que trató de formar una gran red de movilización nacional para ayudar a los 32 millones de personas que, según los datos del IPEA, estaban por debajo de la línea de la pobreza. Este es un movimiento social basado en un concepto simple: la solidaridad, que todos podemos ejercerla. 


Construido en la época del Movimiento por la Ética en la Política, la “Ação da Cidadania contra a Fome, a Miséria e pela Vida” se ha convertido en el movimiento social más reconocido en Brasil. Su principal línea de acción es una extensa red de comités locales, en su mayoría compuestos por líderes de la propia comunidad a la que atiende, pero con la participación de todos los sectores sociales. 

Los comités desarrollan actividades regulares en las áreas de salud, educación, cultura y generación de empleos y rentas, por lo que grupos de ancianos, mujeres, niños y jóvenes se benefician en las comunidades donde actúan. Las actividades se definen por medio de los comités, para la satisfacción de las demandas de la comunidad, y ellos juegan el papel de los agentes locales de ciudadanía, por consiguiente son los principales actores sociales de esta red. 

Herbert José Sousa, apodado Betinho, nació el 3 de noviembre de 1935 y fue el tercer hijo de una familia de ocho hijos, incluyendo al dibujante Henfil y al músico Chico Mario. Su infancia estuvo marcada por diversos acontecimientos inusuales. En los primeros días de vida, tuvo hemofilia, una enfermedad que impide la coagulación de la sangre. Durante su infancia, pasó ocho años viviendo en una prisión, donde su padre trabajaba.

Herbert J. Sousa comenzó su actividad política en la Juventud Universitaria Católica, en Belo Horizonte (Minas Gerais, Brasil). Por aquel entonces, estudiaba en la Universidad de Minas Gerais, donde se graduó en Sociología, en 1962. Luego trabajó en el Ministerio de Educación y Cultura y en la Superintendencia de la Reforma Agraria, siempre intentando hacer algo bueno para los que más lo necesitaban.

Después del golpe militar de 1964, Betinho se involucró en la resistencia contra la dictadura. Pasó siete meses en Uruguay y enseguida, de vuelta en Brasil, trabajó como obrero en la ciudad de Mauá, en São Paulo. En 1971, Herbert J. Sousa se exilió y vivió en varios países. En Chile, por ejemplo, enseñó en la Facultad de Ciencias Sociales de América Latina y fue consejero del presidente Salvador Allende, derrocado en 1973 por el general Augusto Pinochet. Escapando de la dictadura chilena, Betinho se exilió en Canadá y acto seguido en México. Hizo, entonces, un doctorado y fue profesor de la Universidad Autónoma de México (UAM).

La vuelta del exilio
Con la amnistía política en 1979, Betinho regresó a Brasil convirtiéndose en un símbolo de resistencia política. Dos años más tarde, fundó el IBASE (Instituto Brasileiro de Análises Sociais e Econômicas). Herbert J. Sousa fue uno de los primeros intelectuales en abogar en nombre de Organizaciones No Gubernamentales (ONG’s), que no dependían ni del Estado ni del sector privado. También fue uno de los fundadores de la Campaña nacional para la reforma agraria. En 1990, el Movimiento “Terra e Democracia” que estaba liderado por él reunió en Flamengo (Rio de Janeiro) a miles de personas que luchaban por la democratización de la tierra.

A Herbert J. Sousa le confirmaron el diagnóstico de la contaminación por el VIH -el virus que causa el SIDA- en 1986, y que contrajera en una de sus numerosas transfusiones de sangre debido al tratamiento de la hemofilia. En 1987 fundó la ABIA, una asociación para luchar por los derechos de las personas que vivían con el VIH o pacientes que tenían SIDA (Síndrome o conjunto de enfermedades que debilitan el sistema inmunológico en los portadores de VIH). Betinho dirigió esta organización durante once años.

Chico Mario, Henfil y Betinho

La enfermedad también afectó a su familia: en un año (1988), Betinho perdió a dos hermanos víctimas del SIDA. La mejor forma de lidiar con esta nueva enfermedad fue hablando de ella. Herbert J. Sousa comenzó una gran campaña en los medios de comunicación para iluminar a la gente acerca de la enfermedad. En 1991, Betinho ganó el “Global 500”, el Premio del Programa de las Naciones Unidas (UNEP), por su lucha en defensa de la reforma agraria y de los derechos de los indígenas.

Al año siguiente, Betinho dirigió el “Movimento pela Ética na Política”, que culminó con la destitución del presidente Fernando Collor, en septiembre de ese mismo año. Este movimiento plantó las bases del antes mencionado: “Movimento Ação da Cidadania contra a Fome, a Miséria e pela Vida”. Debido a la participación de Betinho, el problema del hambre y la pobreza se hizo visible y concreto para todos los brasileños.

Herbert J. Sousa abrió varios frentes, especialmente en su relación con los medios de comunicación. En 1993, fue considerado como "El hombre de ideas del año" por el periódico Jornal do Brasil. Sin embargo, Betinho siguió estando en activo hasta el final de su vida, afirmaba que su estado de VIH+ le obligaba a "celebrar la vida todos los días".

Cuando murió, ya muy debilitado por el SIDA y la hepatitis a los 61 años, dejó dos hijos: Daniel, hijo de su primer matrimonio con Irles Carvalho, y Henry, hijo del segundo matrimonio con María Nakano, con la quien vivió durante 27 años. 

En 2006 se estrenó la película brasileña Três irmãos de sangue, basada en la vida de los hermanos Betinho, Henfil y Chico Mario. El 18 de agosto de 2010, la Comisión de Amnistía concedió a la familia de Betinho una compensación mensual, más una cantidad retroactiva, a causa de la persecución política sufrida por él durante la dictadura militar, demostrada por los documentos encontrados en los archivos del antiguo DOPS (Departamento de Orden Político y Social). Su viuda, María Nakano, también recibió el derecho a una pensión vitalicia. 

Durante su vida, publicó varios libros, entre los que se destacan:
  • Estreitos Nós (Crônicas). Editorial Garamond
  • Em fefesa do interesse nacional (Colección de textos de diversos autores). Editorial Paz e Terra.
  • No fio da navalha (biografia). Editorial Revan.
  • A cura da AIDS (Ensayos sobre el SIDA y Políticas de Salud). Editorial Relume Dumará.
  • Ética e cidadania (Entrevista). Editorial Moderna.
  • A lista de Alice (Crônicas). Editorial Companhia das Letras.
  • Como se faz análise de conjuntura. Editorial Vozes.
  • O Estado e o desenvolvimento capitalista no Brasil (En coautoria con Carlos A. Afonso). Editoria Paz e Terra.
  • A zeropéia (infanto-juvenil). Editorial Moderna.
  • A centopéia que pensava (infanto-juvenil). Editorial Moderna.
  • A centopéia que sonhava (infanto-juvenil). Editorial Salamandra.
  • A centopéia que cantava (infanto-juvenil). Editorial Salamandra.  

El legado que dejó ya ha superado las barreras del tiempo y de su presencia física. La continuidad de su lucha se refleja en los diversos proyectos que siguen activos hasta hoy, veinte años después de su muerte, en la “Ação da Cidadania”.


Un periodista escribió una vez que: “Herbert José de Souza, simplesmente Betinho, encarnou, nos seus quase 62 anos de vida, no corpo franzino e no olhar expressivo, a expectativa de um projeto de Brasil democrático, humanista, solidário”. Lo que pasa es que Betinho ultrapasó la simple expectativa y la transformó en una búsqueda real. 

“A cultura apareceu para construir no campo arrasado, para levantar do chão tudo que foi deitado. O que importa é alimentar gente, educar gente, empregar gente. E descobrir e reinventar gente é a grande obra da cultura. Uma obra que será nossa. Será porque a cultura continua a pensar, discutir, reunir, transformar. A arte sabe e quer dizer mais, muito mais. A arte tem o poder de transformar, nem que seja primeiro na ficção, na imaginação”. Herbert J. Souza "Betinho"

Mariana B.
Bloguera Biográfica

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