Agujeros negros
Los
agujeros negros son cuerpos celestes en cuyo
interior existe una concentración de masa lo suficientemente elevada como para
generar un campo
gravitatorio tan fuerte que ni siquiera la radiación electromagnética (La luz)
puede escapar de su proximidad cayendo inexorablemente en el agujero.
La gravedad de un agujero negro, o
“curvatura del espacio-tiempo”, provoca una singularidad
envuelta por una superficie cerrada, llamada horizonte de sucesos.
Esto estaba ya previsto por las ecuaciones del campo de Einstein. El horizonte de
sucesos separa la región del agujero negro del resto del universo y es la
superficie límite del espacio a partir de la cual ninguna partícula puede
salir, incluyendo los fotones. Dicha curvatura es estudiada por la relatividad
general, la que predijo la existencia de los agujeros negros y la que fue su primer
indicio.
Agujero negro |
Se llama
“horizonte de sucesos” ya que el único suceso que puede ocurrir una vez pasada
la frontera es el de seguir cayendo en el agujero, puesto que no hay velocidad posible suficientemente grande como para
escapar de la atracción gravitatoria, ni tan siquiera a la velocidad de la luz se
puede escapar (Aproximadamente 300 000 kilómetros por segundo).
Un campo de estas características
puede corresponder a un cuerpo de alta densidad con una masa relativamente
pequeña, como la del Sol o inferior, que está condensada en un
volumen mucho menor, o a un cuerpo de baja densidad con una masa muy grande,
como una colección de millones de estrellas en el centro de una
galaxia.
El concepto de agujero negro lo desarrolló el
astrónomo alemán Karl Schwarzschild, en 1916, sobre la base de la teoría de la
relatividad de Albert Einstein. El radio del horizonte de sucesos de un agujero
negro de Schwarzschild solamente depende de la masa del cuerpo: en
kilómetros es 2,95 veces la masa del cuerpo en masas solares, es decir, la masa
del cuerpo dividida por la masa del Sol. Si un cuerpo está eléctricamente
cargado o está girando, los resultados de Schwarzschild se modifican. En la
parte exterior del horizonte se forma una "ergosfera", dentro de la
cual la materia se ve obligada a girar con el agujero negro. En principio, la
energía solo puede ser emitida por la ergosfera.
Según la relatividad general, la
gravitación modifica con intensidad el espacio y el tiempo en las proximidades de
un agujero negro. Cuando un observador se acerca al horizonte de sucesos desde
el exterior, el tiempo se retrasa con relación al de los observadores a distancia,
deteniéndose por completo en el horizonte, sin embargo, se sostiene que para
la materia que está acercándose al horizonte de sucesos el tiempo transcurre de manera habitual cayendo inexorablemente al agujero negro.
La gravedad de un agujero negro puede
atraer el gas que se encuentra a su alrededor, que se arremolina y calienta a
temperaturas de hasta 12 millones de grados Celsius, esto es, una temperatura 2000 veces mayor que la superficie del Sol.
¿Cómo se forma un agujero
negro?
Los agujeros negros proceden de un
proceso de colapso gravitatorio que fue ampliamente estudiado a
mediados de siglo XX por diversos científicos, particularmente por Robert
Oppenheimer, Roger Penrose y Stephen Hawking, entre otros. Hawking, en su libro Historia
del tiempo: del Big Bang a los agujeros negros (1988), repasa algunos
de los hechos mejor establecidos sobre la formación de agujeros negros.
Este proceso comienza después de la
muerte de "un gigante rojo" (una estrella de 30 o más veces la masa del
Sol), entendiéndose por muerte la extinción total de su energía. Tras varios
miles de millones de años de vida, la fuerza gravitatoria de dicha estrella comienza
a ejercer fuerza sobre sí misma, originando una masa concentrada en un pequeño
volumen hasta convertirse en una enana blanca. En este punto, dicho proceso
puede proseguir hasta el colapso del mencionado astro por la autoatracción
gravitatoria y que termina por convertir a esta enana blanca en un agujero
negro. Esta acción acaba por reunir una fuerza de atracción tan fuerte que
atrapa hasta la luz en este.
En palabras más simples, un agujero
negro es el resultado final de la acción de la gravedad extrema llevada hasta
el límite posible. Esa misma gravedad, que mantiene a la estrella estable, la
empieza a comprimir, hasta tal punto que los átomos comienzan a aplastarse. Los
electrones en órbita se acercan cada vez más al núcleo atómico y acaban
fusionándose con los protones, formando más neutrones. El resultado final es una estrella de neutrones. En este punto, dependiendo de la masa de la
estrella, el plasma de neutrones dispara una reacción en cadena irreversible y la gravedad aumenta muchísimo al disminuirse la distancia que había
originalmente entre los átomos.
Tipos de agujeros negros
Existen
tres tipos de agujeros negros: el de masa estelar, los microagujeros, también llamados agujeros negros primordiales, y los supermasivos.
· Agujeros negros de masa estelar. Se forman
cuando una estrella de masa 2,5 veces mayor que la del Sol se
convierte en supernova e implosiona. Su núcleo se concentra en un volumen muy
pequeño que cada vez se va reduciendo más. Este es el tipo de agujeros negros
postulados por primera vez dentro de la teoría de la relatividad general.
· Los agujeros negros primordiales o microagujeros negros. Se trata de objetos hipotéticos, algo más
pequeños que los estelares. Si son lo suficientemente pequeños, pueden llegar a
evaporarse en un período bastante corto mediante la emisión de radiación
de Hawking. Este tipo de entidades físicas están postulados en algunos enfoques de
la gravedad cuántica, pero no pueden ser generados por un proceso
convencional de colapso gravitatorio, el cual requeriría masas superiores a
la del Sol.
· Los agujeros
negros supermasivos son los que existen en el centro de las galaxias y hacen girar a estas con varios millones de masas
solares. Estos se hallarían en el corazón de muchas galaxias y se formarían en el mismo
proceso que daría origen a los componentes esféricos de las galaxias.
Historia de los
descubrimientos de los agujeros negros
En 1994, el telescopio espacial Hubble proporcionó sólidas
pruebas de que existe un agujero negro en el centro de la galaxia M87. La alta
aceleración de gases en esta región indicaba que debía haber un objeto o un grupo
de objetos de 2,5 a 3500 millones de masas solares.
El físico inglés Stephen Hawking sugirió que muchos agujeros negros podían haberse formado al comienzo del
Universo. De ser así, muchos de estos agujeros negros podrían estar
demasiado lejos de otra materia para formar discos de acreción detectables, e
incluso podrían componer una fracción significativa de la masa total del
Universo. En reacción al concepto de singularidad, Hawking declaró que los
agujeros negros no se colapsan de esa manera, sino que forman "agujeros de
gusano" que se comunican con otros universos diferentes al nuestro.
Un agujero negro de masa lo suficientemente pequeña puede capturar un miembro de un par electrón-positrón
cerca del horizonte de sucesos, dejando escapar al otro. Esta partícula sustrae
energía del agujero negro, provocando la evaporación de este. Cualquier agujero
negro formado en los comienzos del Universo, con una masa menor de unos pocos
miles de millones de toneladas, ya se habría evaporado, pero los de mayor masa
pueden permanecer.
En enero
de 1997, un equipo de astrofísicos estadounidenses
presentó nuevos datos sobre los agujeros negros. Sus investigaciones se
extendieron a nueve sistemas binarios de estrellas, emisores de rayos X. En
cinco de los nueve casos, cuando el material de la estrella de menor masa
golpeaba la superficie del otro objeto, este emitía una radiación brillante en su
superficie: se trataba de una estrella de neutrones. En las otras cuatro
binarias, en las que se creía que había agujeros negros, la radiación
emitida por el segundo objeto era mínima: la energía desaparecería a través del
horizonte de sucesos. Estos datos constituyeron el conjunto de pruebas más
directo (aunque no definitivo) de la existencia de agujeros negros.
En junio
de 2004, en una galaxia distante (a
12700 millones de años luz), se descubrió un agujero negro supermasivo en el
centro de dicha galaxia. El objeto se denominó "Q0906+6930" y es 16 mil
millones de veces más masivo que el Sol y tiene una masa del 3% de la
vía Láctea, realmente una cifra impresionante. Técnicamente a este tipo de
agujero supermasivo se lo denomina "Blazar".
¿Imposibilidad teórica de los agujeros
negros?
Los agujeros negros contienen toda la
masa de la estrella en un punto matemático, que es lo que se conoce como
singularidad. Einstein nunca aceptó eso, sino que pensaba que la masa debería
ocupar una región finita, aunque fuera pequeña, y por eso se opuso a la
existencia de agujeros negros, que nadie llamaba así entonces, se conocían
como "singularidades de Schwarzschild". El nombre de black
hole lo propuso (10 años después de la muerte de Einstein) el físico norteamericano Wheeler.
Dado que los datos experimentales no
permiten discernir cuál de las dos teorías
(la de relatividad general de Einstein o la relativista de la gravitación de
Logunov) es la correcta, pues ambas coinciden para la mayoría de los hechos
observacionales bien comprobados, no puede darse por garantizado que los
agujeros negros sean una consecuencia necesaria de la gravitación.
En 1995 un equipo de
investigadores de la UCLA, dirigido por Andrea Ghez, demostró
mediante simulación por ordenadores la posibilidad de la existencia de agujeros
negros supermasivos en el núcleo de las galaxias. Tras estos cálculos, mediante
el sistema de óptica adaptativa, se verificó que algo deformaba los
rayos de luz emitidos desde el centro de nuestra galaxia (la Vía Láctea).
Tal deformación se debe a un invisible agujero negro supermasivo que ha sido
denominado "Sagittarius A". Entre 2007 y 2008 se iniciaron una serie de experimentos
de interferometría a partir de medidas de radiotelescopios, para
medir el tamaño del agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea, al
que se le calcula una masa 4.5 millones de veces mayor que la del Sol y una
distancia de 26000 años luz (unos 255000 billones de km con respecto a la Tierra). El agujero negro supermasivo del centro de nuestra
galaxia actualmente estaría poco activo, ya que ha consumido gran parte de la
materia bariónica que se encuentra en la zona de su inmediato campo
gravitatorio y que emite grandes cantidades de radiación.
La formación de microagujeros negros
en los aceleradores de partículas ha sido informada, pero no
confirmada. Por ahora, no hay candidatos observados para ser agujeros
negros primordiales. El 11 de febrero de 2016, la
colaboración LIGO anunció la primera observación directa de ondas
gravitatorias, generadas por la fusión de dos agujeros negros de masa estelar. Esto supuso, además, la presencia de dos agujeros negros
fusionándose.
¿Qué destino enfrentarías si
cayeras en un agujero negro?
Esto podría
pasarle a cualquiera. Tal vez estás tratando de encontrar un nuevo planeta
habitable para la humanidad, o quizá solo saliste a dar un largo paseo y
resbalaste. Sean cuales sean tus
circunstancias, en algún momento podemos encontramos frente a la
pregunta: "¿Qué sucede cuando
alguien cae en un agujero negro?" Probablemente pienses que acabarías aplastado o tal vez hecho añicos, pero la realidad es mucho más extraña que todo eso.
En el instante en el que entraras
en el agujero negro, la realidad
se dividiría en dos. En una de ellas serías incinerado inmediatamente. Y
en la otra te sumergirías en el agujero, totalmente ileso. Y es que los
agujeros negros son lugares en los que las leyes de la física que conocemos pierden sentido. Vas a tener que tener
un poco de paciencia para entenderlo...
Agujeros de gusano
En Física, un agujero de gusano, también conocido
como puente de Einstein-Rosen (y
en algunas traducciones españolas como "agujero de lombriz"), es una hipotética característica topológica de
un espacio-tiempo, (un túnel que conecta dos puntos del espacio-tiempo, o dos Universos
paralelos, un portal de corta duración que
dura solo un breve momento y que une dos agujeros negros en diferentes lugares)
descrita en las ecuaciones de la relatividad general,
que esencialmente consiste en un atajo a través del espacio y del tiempo.
Un modelo de espacio-tiempo 'doblado' ilustra cómo se podría formar un puente agujero de gusano con, al menos, dos bocas que están conectadas a una sola garganta o tubo |
Un agujero de gusano tiene por lo menos
dos extremos conectados a una única garganta, a través de la cual
podría desplazarse la materia. Hasta la fecha no se ha hallado ninguna evidencia
de que el espacio-tiempo conocido contenga estructuras de este tipo, por lo que
en la actualidad es solo una posibilidad teórica en la ciencia, aunque matemáticamente sean posibles.
El primer científico en advertir la
existencia de agujeros de gusano fue el austríaco Ludwig Flamm, en 1916.
Se les llama así porque se asemejan a un
gusano que atraviesa una manzana por dentro para llegar al otro extremo, en vez
de recorrerla por fuera. Así, los agujeros de gusano son atajos en el tejido
del espacio-tiempo que permiten unir dos puntos muy distantes y llegar más
rápidamente que si se atravesara el Universo a la velocidad de la luz.
Según la teoría de la relatividad
general de Einstein, los agujeros de gusano pueden existir, ya que tienen una entrada
y una salida en puntos distintos del espacio o del tiempo. El túnel que los
conecta está en el hiperespacio,
que es una dimensión producida por una distorsión del tiempo y la gravedad. Hay dos clases de agujeros de
gusano:
· Los agujeros de gusano del intrauniverso conectan
una posición de un universo con otra posición del mismo universo en un tiempo
diferente. Un agujero de gusano debería poder conectar posiciones distantes en
el universo por plegamientos espacio-temporales, de manera que permitiría viajar
entre ellas en un tiempo menor que el que llevaría hacer el viaje a través del
espacio normal.
· Los agujeros de gusano del interuniverso asocian
un universo con otro diferente y se denominan “agujeros de gusano de
Schwarzschild”. Esto permite especular sobre si tales agujeros de gusano
podrían usarse para viajar de un universo a otro paralelo. Otra aplicación de
un agujero de gusano podría ser el viaje en el tiempo. En ese caso, sería un
atajo para desplazarse de un punto espacio-temporal a otro.
¿Se puede viajar en el
tiempo?
Una cosa es que existan los
agujeros de gusano y otra muy distinta que puedan utilizarse para viajar en el
espacio y el tiempo. La novela Contacto, de Carl Sagan, proponía un
viaje a través de un agujero de gusano y esto hizo que muchas personas lo creyeran
posible, pero es tan solo ciencia ficción.
Los científicos creen que un
agujero de gusano tiene una vida muy corta, se abre y vuelve a cerrarse con rapidez. Toda materia quedaría atrapada en él o, aunque consiguiera salir por
el otro extremo, no podría volver. Evidentemente, tampoco se podría elegir
adónde llegar. Según la relatividad general, sería posible viajar al futuro,
pero no al pasado. Si se pudiera viajar al pasado, se podría alterar la
Historia, por ejemplo, haciendo que nunca naciera alguien. Sería algo imposible.
En la actualidad, la teoría de
cuerdas admite la existencia de más de tres dimensiones espaciales (hiperespacio),
pero esas dimensiones extra estarían compactadas a escalas
subatómicas (según la teoría de Kaluza-Klein), por lo que parece muy
difícil, cuando no imposible, aprovecharlas para emprender viajes en el espacio y
el tiempo. Sin embargo, el notable cosmólogo
británico Stephen Hawking ha argumentado que dicho uso no es
posible.
Eric Christian, de la NASA escribió: "Un agujero de gusano no es realmente una forma de retroceder en el tiempo, es un atajo, para que algo que está muy lejos esté mucho más cerca". Aunque la adición de materia exótica en un agujero de gusano podría estabilizarlo, hasta el punto de que pasajeros humanos pudieran viajar de forma segura a través de él, todavía existe la posibilidad de que la adición de materia "normal" fuera suficiente para desestabilizar el portal.
Eric Christian, de la NASA escribió: "Un agujero de gusano no es realmente una forma de retroceder en el tiempo, es un atajo, para que algo que está muy lejos esté mucho más cerca". Aunque la adición de materia exótica en un agujero de gusano podría estabilizarlo, hasta el punto de que pasajeros humanos pudieran viajar de forma segura a través de él, todavía existe la posibilidad de que la adición de materia "normal" fuera suficiente para desestabilizar el portal.
Conclusión
En primer lugar, los agujeros negros existen y hay evidencia de ello, pero los agujeros de gusano no, no se tiene evidencia de ellos, y por ende no existen, son hipotéticos. Los científicos son capaces de detectar y hacer un seguimiento de un agujero negro, lo cual es imposible con los agujeros de gusano.
En primer lugar, los agujeros negros existen y hay evidencia de ello, pero los agujeros de gusano no, no se tiene evidencia de ellos, y por ende no existen, son hipotéticos. Los científicos son capaces de detectar y hacer un seguimiento de un agujero negro, lo cual es imposible con los agujeros de gusano.
Un agujero negro se forma de modo natural tras un hecho, tan simple, como la muerte de una estrella en el universo. Por
otro lado, un agujero de gusano se formaría como algo anormal en sí, tras una
hipotética anomalía en la curvatura
del espacio-tiempo o una brusca torcedura en la dimensión superior
de la curva de dicho espacio-tiempo. Sin duda, son demasiadas hipótesis y habrá que
esperar a años futuros para refutarlas (o no) científicamente, pero la sola
posibilidad de que se puedan formar es, ya de por sí, fascinante.
Pepe Cocodrilo
(Adaptado de diversas fuentes)
Gracias Pepe Cocodrilo, por explicarnos tan bien el término "agujeros de gusano" del que un día charlamos en clase. Un beso enorme,
ResponderEliminarQuerida Marta, buenas tardes.
EliminarSi no me equivoco, creo que esta fue una pregunta de nuestra adorable Sissi.
Creo que no es elegante dejar sin la debida respuesta a una emperatriz.
Beso cariñoso a ambas.
¡Hola, Pepe!
ResponderEliminar¡Gracias por las explicaciones tan claras y educativas!
Estos asuntos sobre el universo son fascinantes – bien así la posibilidad de que no haya solamente este en que estamos. Así que me dejó muy curiosa la idea de que un agujero de gusano pueda servir de puente a universos distintos y, con eso, la idea de que estamos en un universo dentro de un multiverso.
Pero mientras no consigamos desplazarnos a otros universos, ¡ya me deja encantada poder visitar tu pantano y leer sobre asuntos tan interesantes!
¡Hola Sissi!
EliminarBienvenida a este humilde pantano...
Tu elegiste la palabra más adecuada para definir al universo,¡fascinante!
Cuanto a tu duda, es posible que un agujero de gusano pueda interconectar a dos
universos. En términos teóricos, todo es posible.
Seguramente el futuro nos reserva sorpresas.¡A ver!
Beso cariñoso.