El Museo de Arte Moderna de
São Paulo (que a partir de este punto llamaré MASP) tiene el acervo más
importante de América Latina, pero no estamos hablando apenas de un museo, sino
de una verdadera obra de arte arquitectónica con líneas rectas, hechas de
hormigón y cristales, firmada por Lina Bo Bardi. La sensación que tenemos, cuando lo miramos de lejos, es la de que flota en el aire, porque son cuatro columnas las que sostienen a este
rectángulo gris y rojo.
Se trata de una institución
particular sin fines lucrativos que fue fundada por el empresario brasileño Francisco
de Assis Chateaubriand Bandeira de Melo, más conocido como "Assis Chateaubriand". Primeramente
el museo fue abierto en el Centro de la ciudad de São Paulo, en la calle 7 de
Abril, para después pasar a ser reconstruido en la actual dirección. Ahora,
esta joya está ubicada en pleno corazón financiero, en la Avenida Paulista de
esta metrópoli.
El MASP cuenta con obras de
artistas tan renombrados como: Di Cavalcanti, Monet o Jheronimus Bosch "El Bosco" (foto), entre muchos
otros. Pero no solo de obras reputadas vive el museo, hay también obras anónimas
que no por eso dejan de ser magníficas.
En el primer piso está el
acervo permanente, donde las obras se exhiben sobre bases hechas de hormigón y se
exponen sobre un cristal; algo que, desde mi punto de vista, las hace flotar
entre los pasillos informales. Admirar las obras es como entrar en un viaje
cronológico por el tiempo y por los estilos marcados de cada época.
El jardín de las Delicias, 1490-1500, la obra más afamada de J. Bosch "El Bosco" |
Además de las obras de la
sección permanente, están las itinerantes también. En el mes de enero, por
ejemplo, estaban las obras de Pedro Figari, pintor uruguayo, que además de ser muy
coloridas y estar realizadas sobre cartón, abordaban la vida de la población
negra en su país. Sin duda, este tipo de visitas siempre merecen la pena.
Por fin, cuando hablamos del
MASP tenemos que decir que no es solamente un museo, sino también debemos hacer
justicia a esta obra arquitectónica y a la función que cumple porque, aunque no
te gusten los museos ni la arquitectura, es posible almorzar deliciosamente con
un lindo paisaje y, después, disfrutar de la vista bajo su patio libre.
Voladoira
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