El Museo
pedagógico Dr. João da Silva Carrão (Americana, São Paulo)
Este es un sitio que visité algunas veces cuando era niño, era una época en la que a los chicos, en las
escuelas de la región, nos incentivaban a conocer y divulgar la cultura e
historia de nuestra ciudad. Así que esta era una casa muy grande, con varios cuartos, en los que yo
entraba y salía, con escaleras de madera que me gustaba mucho subir y bajar
hasta cansarme. Además, había herramientas y utensilios de época para atrapar a los esclavos.
Un lugar muy bello y grande, donde se podía apreciar el encuentro de aguas entre ríos, uno con agua verde y otro con agua roja y barrosa.
El Museo Histórico
Municipal Dr. João da Silva Carrão está instalado en la sede de la antigua Hacienda
Salto Grande, que se encuentra en la confluencia de los ríos Atibaia y Jaguari,
naciente del río Piracicaba, en la ciudad de Americana (São Paulo, Brasil), originaria
de la concesión de Sesmaria, en 1790. La casa principal, que hoy alberga el Museo, fue construida en taipa de
pilón (barro y paja entrelazados con madera), con estructura y
fundaciones en madera de ley.
A pesar de la
influencia de la arquitectura portuguesa, es posible encontrar rastros de otras
escuelas, como la griega o la italiana. Otro punto que llama la atención a los
ingenieros es que, tan pronto como llegan al lugar, hay una perfecta similitud
entre los laterales del edificio, que es un cuadrilátero exacto, con techo en
cuatro aguas, y la preocupación del constructor Manoel Teixeira Villela, el
primer dueño de la casa, en dejarlo imponente. Parece que el terreno fue
escogido para que quien llegara ahí, a la región, pudiera verlo sin ninguna
barrera.
Sus paredes llegan a
tener un metro de espesor y hasta 12 metros de altura libre de planta. Hay
vigas que pesan más de una tonelada. Dicen que la forma redondeada e irregular
de las tejas originales se debe al hecho de que eran moldeadas en los muslos de
los esclavos que fabricaban estas durante la construcción del caserón. Según la
opinión de los arquitectos de la región, es asombroso pensar que esas maderas
fueron levantadas por las manos de los esclavos de la época, sin ningún tipo de
equipo auxiliar. Los vidrios que adornan las ventanas de la casa también llaman la
atención, por haber venido de Europa, en una época en la que el vidrio era un signo
de riqueza extrema, incluso para la más alta nobleza de la recién independiente
República Federativa del Brasil.
Un poco de Historia
La hacienda Salto
Grande fue un importante territorio en los diversos períodos de su ocupación
con diferentes producciones agrícolas. Asimismo, fue propiedad privada hasta la década
de los 70, cuando asumió su coordinación el Ayuntamiento Municipal de Americana (São Paulo), para constituir la sede del Museo. El Museo posee un acervo diversificado, entre
documentos, objetos y maquinarias; además, cuenta la historia de la
consolidación de la ciudad, del desarrollo y la cultura de la comunidad
local, así como de los diferentes períodos que el caserón vivió.
El área en la que se
ubica la hacienda Salto Grande fue ocupada desde mediados del siglo XVIII cuando era
una Sesmaria (parcelas de tierras dadas por la Corona portuguesa a personas que
se establecían en una determinada localidad) y, ya en posesión de Domingos
de la Costa Machado, que fue uno de los pioneros de la ocupación del territorio
hoy comprendido entre las ciudades de Campinas y Piracicaba, efectivamente podría
ser el lugar donde se originó la futura ciudad de Americana, tal y como se conoce hoy.
Sin embargo, en 1799, las tierras son adquiridas por Manoel Teixeira Vilela, que inicia la construcción del solar, que fue concluido alrededor de 1810, e intensifica la producción, haciendo de la hacienda una de las principales productoras de caña de azúcar de la región. Posteriormente, en 1835, bajo la administración de Antônio Manoel, hijo de Manoel Teixeira Vilela, pasa a ser cultivado el café en la finca.
En 1870, parte de la
hacienda Salto Grande es adquirida por Francisco de Campos Andrade. En 1873, la misma es desmembrada y uno de sus lotes es adquirido por Antonio de Souza
Queiroz. En 1887, se inicia la ocupación de parte de esas tierras por
inmigrantes italianos que llegaron a la localidad para trabajar en el cultivo
del café, viviendo en colonias cercanas y dentro de la hacienda, bajo el liderazgo
de Joaquim Boer. En ese mismo período, y coincidiendo con el fin de la Guerra de Secesión en
Estados Unidos y el incentivo dado por Don Pedro II para atraer mano de obra
extranjera especializada en el cultivo del algodón (producto este cada vez más
valorado en el mercado externo), se fomentaría la inmigración norteamericana
hacia el interior paulista. En 1907, la familia Müller adquirió la propiedad, entonces la hacienda adopta el policultivo o policultura y la cría de ganado lechero y de corte. Ya en
1908, comienza la construcción de la central hidroeléctrica de Salto Grande,
concluida en 1911.
En el año 1944, João
José Abdalla compra la hacienda, siendo este el último propietario del caserón.
En 1946, la casa sede pasa a funcionar como almacenes, consultorios médicos y
odontológicos. No obstante, en la
granja se retoma el cultivo de la caña de azúcar hasta 1960, época en que se
inicia la construcción de la usina que nunca fue utilizada para su fin
original. En 1971, tras la
acumulación de deudas, la familia Abdalla llega a un acuerdo con el ayuntamiento y
el caserón pasa a ser un Museo.
El Museo fue cerrado en
2002 para la visita pública. A través de la Ley Rouanet y con la participación
de grandes empresas de la región, en 2008 el ayuntamiento de la ciudad inició
una amplia reforma del Museo, que empezó por el tejado. AUn así, debido a varios problemas, la
reforma no avanzó y desgraciadamente está paralizada y sin previsión para que
se termine.
Yo me quedé muy triste
al visitar hoy este sitio y ver el gran abandono en el que se encuentra, pero mantengo la esperanza de
verlo totalmente reformado y disponible para que las personas conozcan parte de la historia del interior paulista.
El Museo Histórico está en la Av. Nicolau João Abdalla, nº 5005, Salto Grande - Americana, São Paulo (Brasil) |
Adilson Cezar Luiz
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