En
1900, en la rocosa isla griega Antikythera,
un equipo de buscadores de esponjas marinas encontró los restos de una
galera romana, la cual había naufragado en medio de una tormenta hacía 2000
años, cuando el Imperio romano empezó a conquistar las colonias griegas en el
Mediterráneo.
Durante la recuperación del buque, a 60 metros de profundidad,
fue descubierto el objeto más intrigante de la historia de la tecnología. Se trata de un
dispositivo metálico que consiste en una compleja combinación de engranajes y que se remonta al siglo II a. C. Los rayos X han demostrado que, entre los 82
fragmentos de bronce localizados (hoy depositados en el Museo
Arqueológico Nacional de Atenas), se incluyen al
menos 30 tipos distintos de engranajes.
Mecanismo de Antikythera en el Museo Arqueológico de Atenas Alkis Konstantinidis - Reuters |
En la parte frontal del mecanismo (un cajón de
madera de unos 33 centímetros de altura, 18 de ancho y 8 de profundidad) había
dos círculos, uno
para el zodíaco y otro para el calendario egipcio. En las placas de la puerta, surgen
unas 2 000 letras que están consideradas como un hipotético manual de uso. En
las últimas décadas, los científicos han utilizado la tecnología más innovadora
para intentar descifrarlo; sin embargo, y debido a su complejidad, su completa
funcionalidad así como la finalidad de su uso, no están claras del todo.
Varias
teorías han sido propuestas por los investigadores hasta el momento. Algunos consideran que el
mecanismo de Antikythera es la primera computadora analógica fabricada por el
hombre, utilizada para fines que irían desde el
cálculo de las posiciones de los cuerpos celestes, hasta determinar (con
exacta precisión) eclipses solares y lunares.
Reconstrucción del mecanismo de Antikythera |
"Si
no lo hubieran descubierto en 1900, nadie se habría imaginado, ni siquiera
creído, que algo así existía... ¡Es tan sofisticado!", afirmó el
matemático Tony Freeth. "¡Imagínate:
alguien, en algún lugar de la antigua Grecia, hizo una computadora mecánica!", apuntó el físico griego Yanis Bitzakis quien, como Freeth, forma parte del equipo
internacional de investigación del asombroso artefacto. "Es un mecanismo
de una genialidad realmente sorprendente", añade al fin Freeth. ¡Y no están exagerando! Tuvieron que pasar unos 1500 años antes
de que algo que se aproximara al mecanismo de Antikythera volviera a aparecer, en la
forma de los primeros relojes mecánicos astronómicos en Europa.
El
primero en examinar con detalle los 82 fragmentos recuperados fue el físico
inglés, y padre de la cienciometría, Derek J. de Solla Price. Empezó en la década de los 50. A finales de esta, en 1959, Price publicó sus estudios en la prestigiosa revista Scientific American (An ancient greek computer) En
1971, junto con el físico nuclear griego Charalampos Karakalos, tomó imágenes
con rayos X y rayos gamma de las piezas. Así descubrieron
que había 27 ruedas de engranaje dentro y que era mucho más complejo.
Los
expertos habían logrado datar con considerable precisión algunas de las piezas anteriores encontradas entre el año 70 y 50 a. C. Pero un objeto tan extraordinario no podría ser de esa época. Quizás era mucho más moderno y, por casualidad, había caído en el mismo sitio, pensaban. Price adivinó que contar los
dientes en cada rueda podía dar alguna pista sobre la función de la máquina, por lo que usaron imágenes bidimensionales. Las ruedas se superponían, lo que dificultaba la
tarea, pero logró establecer dos números: 127 y 235. "Esos dos números eran muy importantes en
la Grecia antigua", señala el profesor
emérito de Astrofísica de la Universidad de Cardiff, Mike
Edmunds.
Partes del Mecanismo de Antikythera AP (Archivo Clarín) |
¿Es posible que intentasen seguir el movimiento de los cuerpos celestes? La idea
era tan revolucionaria y avanzada que Price dudó de la autenticidad del objeto.
"Si los antiguos científicos griegos podían producir estos sistemas de
engranaje hace dos milenios, toda
la historia de la tecnología de Occidente tendría que reescribirse",
resaltó Freeth.
¿Los
griegos habrían sido capaces de meter astronomía y matemáticas complejas en un artilugio
y programarlo para que siguiera el movimiento de la Luna? El número 235 que había encontrado Price
era la clave del mecanismo para calcular los ciclos de la Luna. No
obstante, también sabían que 19 años solares son casi exactamente 235 meses
lunares, un ciclo cuyo nombre es metónico (una
forma de aproximar los periodos de orbitación de la Tierra y la Luna). "Eso
significa que, si tienes un ciclo de 19 años, a largo plazo tu calendario va a
estar en perfecta sintonía con las estaciones". Como confirmándolo, en uno
de los fragmentos del mecanismo de Antikythera
encontraron el ciclo metónico.
Réplica del mecanismo de Antikythera |
El otro
número, 127, le sirvió a Price para entender otra función relacionada con
nuestro satélite natural: el
aparato también mostraba las revoluciones de la Luna alrededor de la Tierra. Tras
20 años de intensa investigación, Price concluyó que ya había resuelto el
acertijo. Sin embargo, quedaban piezas del rompecabezas por encajar.
El equipo
internacional de investigación logró convencer a Roger Hadland, ingeniero de
rayos X, para que diseñara y llevara al Museo Arqueológico Nacional en Atenas una
máquina especial para hacer imágenes tridimensionales del mecanismo. Así que valiéndose
de otro aparato. que realzó los escritos que cubren buena parte de los
fragmentos, los investigadores encontraron una referencia a los engranajes y a
otro número clave: 223, que era el número de otra de las ruedas del
artilugio.
Tres siglos antes de la Edad de
oro de Atenas, los antiguos astrónomos babilonios descubrieron que después de 223 lunas tras un eclipse (18
años y 11 días, conocido como un ciclo de saros), la Luna y la Tierra vuelven a
la misma posición de manera que probablemente se
producirá otro parecido.
Resulta
que el mecanismo podía ver el futuro, es decir, podía predecir eclipses. Y no solo el día, sino también la hora, la dirección en
la que la sombra cruzaría y el color del que se iba a ver la Luna.
Detalle del funcionamiento |
Según el profesor de Física de Universo Xenofón
Musás, “en el mecanismo de Antikythera y en sus inscripciones está todo el conocimiento en materia de
física, ingeniería, astronomía y matemáticas del siglo I a. C. (...) Para fabricarlo era necesario un muy buen conocimiento de
ingeniería y astronomía,
inimaginable tratándose de un período situado 1700 años antes de la
revolución científica de los siglos XVI y XVII", destacó el profesor Edmunds.
"Es realmente increíble que un científico de esa época descubriese cómo usar
ruedas de engranaje de bronce para rastrear los complejos movimientos de la
Luna y los planetas", comentaba sorprendido Freeth. Pero... ¿quién
fue esta persona? "Solo un matemático tan brillante como Arquímides podría haber
diseñado el mecanismo de Antikythera",
opinaba Freeth.
Lo cierto
es que Arquímides estaba en Siracusa cuando las tropas romanas del general
Marco Claudio Marcelo la conquistaron. Siracusa fue saqueada y sus tesoros
enviados a Roma. El general Marcelo tan solo se llevó dos piezas consigo, ambas eran de Arquímides, según su propio testimonio. Por lo que este equipo de investigadores piensa que eran versiones anteriores del mecanismo.
Tras años de investigaciones,
los astrónomos, arqueólogos e historiadores que han trabajado para desentrañar
los misterios de este objeto, no dejan de hacerse preguntas. Una vez entendido cómo funciona,
la cuestión ahora es saber por qué no dejó una huella mayor en la evolución
científica y tecnológica.
De manera resumida
Lo que está claro es que el mecanismo de Antikythera consta de, al menos, 37
ruedas dentadas de precisión, hechas de bronce, con las que se podrían calcular
con exactitud posiciones y movimientos astronómicos, recrear la órbita
irregular de la Luna y, quizás, establecer la
posición de planetas. No hay una continuidad, al menos que
se sepa hasta ahora, en torno al mecanismo de Antikythera: se
trata de un objeto único de una complejidad y desarrollo técnico sorprendentes.
Sus
avanzadas características le han valido el nombre de "OOPArt" (Out Of Place Artifact), una
denominación que los amantes del misterio dan a objetos que no parecen encajar
con su momento histórico. El hecho de pensar que un artefacto de semejantes
características fuera creado por los griegos, hace más de 2000 años, da mucho que
pensar. Tal vez estemos ante una civilización mucho más cercana a la nuestra de lo
que podamos imaginar. El misterio está servido...
Pepe
Cocodrilo
Notas
bibliográficas y citas:
Wow, Arquímedes, el gran sabio. ¿Cómo fue posible que no lo vi en los medios como algo extraordinario? Ni siquiera se anunciaron los intentos que científicos posteriores trataron de imitar para entender su funcionamiento. (Eso lo leí de aquí https://www.geoenciclopedia.com/que-es-el-mecanismo-de-antikythera/). La BBC también hizo un artículo del tema muy interesante, pero fue este el que leí primero. Gracias por la información.
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