El pasado domingo hubo
algunas cosas que completaron mi día. Por la mañana, me desperté a las 9
(nueve), tuve suerte, porque mi hija se despierta muy temprano, pero el domingo
no, se despertó después de mí, a las 9:30 (nueve y media).
Mi mujer, mi hija y yo fuimos a la
panadería a desayunar juntos, después fuimos en coche al parque que queda lejos
de nuestra casa.
Llegué al parque a las 11:00 (once),
entonces me puse a caminar alrededor del lago que había allí. Después, comimos juntos,
tiramos piedras pequeñas al lago, nos sentamos en la hierba con algunos
aperitivos y oímos el concierto de los cantantes Luciana Mello, Leo Maia y Wilson
Simoninha, todos brasileños, hijos de grandes cantantes de Brasil ya fallecidos.
¡Fue muy guay nuestra tarde!
Salimos del parque a las 06:00 (seis) y el
sol aún brillaba en el cielo, fuimos a tomar un “açaí” (una fruta típica de
Brasil) y solo después volvimos a nuestra casa.
Cuando llegamos, fui a ducharme y a duchar
a mi hija, pero a ella le gusta más bañarse, ¡no pasa nada!, se quedó durante
un buen rato en sus juegos de baño; mientras eso, mi mujer y yo hacíamos los
preparativos para el lunes, al día siguiente volvíamos a la rutina de una buena
semana del trabajo.
Al final del día, nos acostamos los tres
en nuestra cama – mi hija pudo quedarse con nosotros – vimos la tele hasta que
el sueño nos sorprendió a todos. Fue un domingo que me encantó, por lo que
puedo decir que fui muy feliz.
Ademir
Oliveira
Tantos domingos desde que escreví a esa redacción. Tan buen releerla.
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