Para empezar
este tema quiero reflexionar un poco sobre el trabajo del emprendedor social. Esta persona que “dedica su tiempo y esfuerzo
para promocionar y solucionar, de modo innovador, los problemas que hay en la
sociedad en la que vivimos, en vez de derivar los problemas y necesidades de la
sociedad a los sectores público o privado, los emprendedores sociales buscan e
identifican lo que no funciona y lo resuelven, cambiando el sistema y
diseminando la solución, haciendo con que otras sociedades sigan ese nuevo
rumbo y beneficiando así a muchas personas más”.
El emprendedor
social tiene que presentar ideas sencillas, que se comprendan muy fácilmente,
que sean éticas e intente con ello obtener apoyo de la mayoría de las personas
para adoptar e implementar su idea. A menudo suele decirse que el emprendedor
social es un reclutador masivo de “Changemakers
locales”, un modelo que enseña a los ciudadanos que pueden hacer lo que quieran
cuando canalizan su energía y trabajan juntos por eso.
A lo largo de
las dos últimas décadas, el sector social ha descubierto algo que el sector
privado ya sabía hacía mucho tiempo: “No hay nada tan poderoso como lo de una
idea nueva en las manos de un emprendedor social”.
El daño psicológico a las víctimas de
delitos violentos
Día a día la
violencia sigue creciendo en las grandes ciudades. En el Estado de São Paulo (Brasil),
por ejemplo, según datos oficiales, en el mes de septiembre de 2016 hubo más de
35 467 casos de delitos violentos como: robo violento, asesinatos, violaciones,
etc. Además de sufrir mucho en el momento del suceso, estas víctimas ven sus
vidas truncadas para siempre y, en algunos casos, los daños son aún peores. A
seguir, se presenta una relación de algunos de los daños psíquicos, citados por
expertos en psiquiatría, derivados de delitos:
1. Sentimientos negativos, humillación, vergüenza, culpa o
ira
2. Ansiedad
3. Preocupación constante por el trauma, con tendencia a
revivir el suceso
4. Depresión
5. Pérdida progresiva de confianza personal, como consecuencia derivada de los sentimientos de indefensión y desesperanza experimentados
6. Disminución de la autoestima
7. Pérdida del interés y de la concentración en actividades que antes eran gratificantes
8. Cambios en el sistema de valores, especialmente de la
confianza en los demás y la creencia en un mundo justo
9. Hostilidad, agresividad, abuso de drogas
10. Modificación de
las relaciones: Dependencia emocional, aislamiento, etc.
11. Aumento de la
vulnerabilidad, con temor a vivir en un mundo peligroso, y pérdida de control
sobre la vida
12 . Cambio drástico en
el estilo de vida, con miedo a acudir a los lugares de costumbre o una necesidad
apremiante de trasladarse de domicilio
13. Alteraciones en el ritmo y el contenido del sueño
14. Disfunción sexual
13. Alteraciones en el ritmo y el contenido del sueño
14. Disfunción sexual
Hay casos reales
donde personas que creían haber superado los traumas psicológicos vuelven a
sufrirlos días, meses o incluso hasta años después. Por lo tanto, es muy
importante tratar este tema con mucha seriedad y respeto.
Marcelo de Feijó
Mello de 51 años, nació en São Paulo (Brasil), es médico, profesor y tiene dos
doctorados en Psiquiatría. Actualmente es el presidente del Instituto PROVE, una
organización originada en la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp). En
2010, Marcelo Mello fue nombrado y galardonado como “Emprendedor social del
futuro”, de este modo, el PROVE (Programa de atención e investigación de
violencia) se vio reconocido también.
Tras sufrir un
robo violento, cuando cenaba en un restaurante con su familia, Marcelo Feijó de
Mello, que desde 2008 ya trabajaba en la recuperación de personas que sufrían -según
el mismo apuntaba- “violencia social” (causada de modo intencional por otra
persona), rompió las fronteras de la Universidad y empezó a trabajar en la
calle ayudando a la gente con el diagnóstico de este tipo de violencia,
tratando y acompañando a sus pacientes, en un intento de recuperarlos y
mantener un contacto periódico por el bien de la salud psíquica de estas víctimas
sociales.
Afortunadamente,
ya son más de 6 000 atendimientos en la ciudad de São Paulo. Mello también
trabaja con capacitación de profesionales de la salud, por lo que el PROVE está
asociado con la Cruz Roja Internacional, además de con otras asociaciones y
programas como son: “Adopte una escuela”, “Ámbito escolar no violento” o “CAPS
Itapeva”.
El PROVE está situado en la Calle Borges Lagoa, 570. Vila
Clementino, São Paulo (Brasil).
Jack
Fuentes
Jack, bom dia, sempre surpreendendo. Muito interessante este texto, pois além de ser elucidativo é também uma forma de utilidade pública (rica fonte de informação) sobre profissionais que atuam no atendimento especializado à vítimas da violência e, que desenvolvem traumas e que necessitam de tratamento específico o que infelizmente a grande maioria das pessoas desconhece. Obrigada, Parabéns !
ResponderEliminarMuy interesante, Jack. ¡Felicidades! Mil besos,
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