El
Gacetero
El
proceso de cura ha empezado. Los adolescentes se reúnen
por primera vez con el maestro que promete cambiarles la vida. Es un acto de
coraje enfrentarse solo a seres que tienen tantos y tan diversos problemas.
Seguro que uno ayudará al otro porque, por lo que
parece, el trabajo de Hugo será
demostrar la importancia de vivir en grupo, por esta razón, usará la
terapia de grupo. Sin
embargo, necesitará que
se forme un equipo cuyos miembros se fíen
de cada uno, sin miedo, sin prejuicios y con mucha empatía hacia el prójimo.
¿Logrará
Hugo su objetivo? A ver...
El
primer encuentro salió fatal. Un desastre, diría
yo. No tengo duda de que YO
no volvería
al día siguiente. Pero, Hugo
tiene perseverancia y necesita a sus adolescentes. Me parece que él
se ve reflejado en ellos y,
por lo tanto, sabe que ellos
le necesitan. Tal vez necesite
reparar un error del pasado y esa sería
la oportunidad de no cometer otro. Desde otro
punto de vista, como
es un adicto, le gusta la adrenalina de estar de forma constante frente a un
desafío,
para olvidarse de sus problemas o incluso de sí
mismo, probablemente.
Puede que sea un orgulloso y
crea que solo él
puede mostrarles la salida a los adolescentes. Una salida que está
buscando desde hace tiempo. ¿Le
ayudarán
los alumnos a encontrar una solución
a sus problemas?
Aún
es muy
temprano para obtener respuestas tan rápidas.
Se trata de un personaje muy complejo, difícil
de descifrar, así como
sus rebeldes alumnos. Pero, en este capítulo, se desvela uno de sus traumas. Su amiga, la joven con la
que comparte el piso, y él vivieron un acto violento en un centro educativo, en
los EE. UU., donde daban clase de español. Un alumno entró en el Instituto
disparando, hiriendo y matando a aquellos que se cruzaban en su camino. Uno de
los proyectiles alcanzó a la amiga de Hugo, dejándola parapléjica. Ahí está el
motivo por el que se desesperaba cuando oía un sonido parecido al de un disparo
y la relación fraternal que mantenía con su amiga. Esa historia de sus vidas ha sido contada a los alumnos rebeldes para que entiendan a dónde se puede llegar
cuando uno se dejar llevar por lo malo, la indiferencia y la falta de respeto a
la vida. La vida está llena de elecciones, pero su amiga no eligió
estar en una silla de ruedas, aunque sí eligió seguir adelante con alegría y
amor, no dejando que ese hecho terminase con sus sueños.
El chico que
disparó
en el centro estadounidense tenía un hermano gemelo, hijo de una familia de
clase media, sin problemas graves. Entre tanto, en un cierto momento, uno de
los gemelos sigue el camino del estudio y destacar por su desarrollo escolar, en
cambio, el otro se hunde en un mundo oscuro de violencia, exclusión social y
revuelta. O sea, el mal no es algo físico, si no psicológico y, tal vez, esté
relacionado con el carácter del individuo. En este sentido, hay que prestar
atención a los cambios de humor o de comportamiento, para salir rápido de ese
momento de oscuridad y, si no se logra, hay que buscar ayuda. Aunque ese
discurso fue para todos, los alumnos siguieron con el plan de hacerle una jugarreta
durante la clase con Hugo, coordinada por una de las chicas, la que influye y
manipula a sus colegas por el placer de tener el poder. Me espantó el hecho de
que ninguno de los alumnos se interpuso para evitarlo. Me pregunto entonces: ¿Estarán
envueltos/involucrados en el mal y ya no sentirán empatía por/hacia el otro?
Yo ya tengo una respuesta para esta pregunta, querido lector. Pero, me gustaría que vieras este capítulo para que tengas tu propia conclusión sobre el tema. A veces, no tengo esperanza cuando veo y vivo situaciones como estas, que el capítulo nos presenta, ¡Ojalá HIT cambie mi punto de vista!
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