“Baile de máscaras”
Este capítulo presenta varios hechos que se pueden discutir y sobre
los que reflexionar, en relación a las chicas del Instituto. Pero he decidido
hablar sobre una estudiante en particular y su crisis para resolver un lío en
el que se ha metido. Su nombre, Flavia. Sí, la chica que se enamoró de Tomás y
planeó huir con él al final de la temporada 1. No obstante, él no cumplió su
parte: la dejó sola con un mensaje que decía que se casase con su prometido
porque no podría darle el futuro que se merecía. Así lo hizo, ella se casó y
ahora ha descubierto que está embarazada.
Hasta aquí, algo normal para una joven casada: constituir una familia,
generando hijos para la prosperidad. Ese era el pensamiento de la sociedad del
inicio del siglo XX, la mujer tenía su papel, el de cuidar de la familia,
dejando de lado sus sueños y planes tanto personales como profesionales. La
mujer, por lo tanto, debería dedicarse al hogar tan pronto como tuviese su
primer hijo, siendo el marido el proveedor de la familia. Ese sería el que
trabajaría para obtener un sueldo y éxito en su trayectoria laboral. Esta era
una situación muy cómoda para las mujeres, pero no para Flavia, una mujer joven
que vislumbraba un futuro diferente de ser madre. Su plan era seguir estudiando
hasta lograr la licenciatura de Derecho. Por supuesto, soñaba con ser una exitosa
abogada, así que tener un hijo en ese momento terminaría con su sueño, por lo
tanto, debe buscar una solución, ya que su esposo no le dejará seguir estudiando
si se convierte en madre.
La pobrecita Flavia se hunde en una crisis existencial. ¡Qué duda!
¿Seguir con el embarazo y desistir de su sueño? No es una pregunta fácil de
responder, ya que la sociedad en la que vive es machista, no teniendo la opción
de adaptar las actividades laborales con la maternidad. No buscó ayuda, apoyo ni
tampoco discutió el problema con alguien. Por su cuenta y riesgo, buscó un
sitio donde le pudieran practicar un aborto. Como no conocía ese mundo más
oscuro, consultó a Inés, que le indicó la dirección, pensando que sería para
una amiga de Flavia. Sola, insegura y con miedo, fue hasta el destino que
resolvería su angustia y así volvería su vida a lo normal ,como estudiante y
futura abogada. El capítulo termina con la llegada de Flavia a la Academia, sintiéndose
mal y desfalleciendo en los brazos de sus amigas.
Con esa escena, no se sabe si Flavia se sometió al procedimiento quirúrgico. Lo que destaco aquí no es discutir si se debe legalizar o no el aborto, sino reflexionar sobre el papel secundario de la mujer en la sociedad. Poco importan sus deseos, sueños y planes como mujer, madre y profesional. Una vez casada, la mujer pierde el derecho de ser lo que quiera, debiendo vivir bajo el mandato de su esposo. En busca de su libertad, Flavia va hasta el extremo sacando una vida de su vientre porque no desea ser una mujer de la década de los 20, sin valor ni futuro. Su desesperación es tan grande que arriesga su propia vida: prefiere morir a vivir sin esperanza. Y tú, querido lector, ¿Qué harías si estuvieras en el lugar de Flavia? Creo que no podemos renunciar a luchar por una sociedad más igualitaria, humanitaria y sin prejuicios. ¡Seamos determinados y valientes! Usemos las máscaras (sociales) solo para bailar...
Cervantito, el perro
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