Capítulo 12: “Ser
Mujer”
Mujeres, mujeres… ¡A veces son tan inseguras! Se maquillan para aumentar su belleza, puesto que así creen que van a llamar la atención de sus parejas y conquistarlas. No obstante, estas no notan esos detalles. Claro que buscan a una mujer bonita, pero también que sea divertida, alegre, que les encante con su sonrisa, su mirada… algo más que una cara pintada. Así que las mujeres se maquillan para competir las unas con las otras, como si estuviesen en un concurso de belleza. En verdad, deberían embellecerse para sí mismas, pero incluso así tienen que dejar florecer su belleza interior.
Mujeres, mujeres… ¡A veces son tan inseguras! Se maquillan para aumentar su belleza, puesto que así creen que van a llamar la atención de sus parejas y conquistarlas. No obstante, estas no notan esos detalles. Claro que buscan a una mujer bonita, pero también que sea divertida, alegre, que les encante con su sonrisa, su mirada… algo más que una cara pintada. Así que las mujeres se maquillan para competir las unas con las otras, como si estuviesen en un concurso de belleza. En verdad, deberían embellecerse para sí mismas, pero incluso así tienen que dejar florecer su belleza interior.
Las chicas de la
Academia están aprendiendo a ser mujeres en una sociedad machista de inicios
del siglo XX. La superficialidad predomina durante este periodo en el que la apariencia
es más importante para mantener las relaciones sociales. La propaganda y las
revistas de moda para mujeres exaltan esto. Divulgan lo que a los hombres les
gusta en una mujer. Las jovencitas, que quieren tener un novio, deciden seguir
estas normas y dejan a las maestras indignadas con este comportamiento. Al
final, desean que sus alumnas piensen por sí mismas y que no sigan las reglas
impuestas por una revista de perfil machista, que atiende a los deseos de los
hombres y no a los de las mujeres.
Cambiando de tema,
el capítulo vuelve a narrar el drama de Ángela. ¡Pobrecita! Cómo los autores
maltratan a este personaje o yo creo que han perdido el hilo de su historia.
Ángela está viviendo sola, pues ha contado a su marido que tenía una amante.
Con un sentimiento de traición, sale de casa con sus hijos. Es extraño que la
protagonista no haya entrado en una crisis existencial por este evento, que la
hizo vivir en completa soledad: sin amante, sin hijos, sin marido, sin hogar. Antes
estaba en conflicto porque mantenía un trato amoroso homosexual y tenía miedo
de que la relación fuese revelada. Como madre, intentó todo el tiempo ver a sus
hijos ya que no podía vivir sin ellos. Su marido la trataba con la descortesía
esperada. Sin embargo, antes, demostraba amabilidad y comprensión con su
esposa.
Por causas de la
vida, Ángela vuelve a ver y convivir con sus hijos. Su marido, vencido por el
cansancio de tener triple jornada de actividades, le pide que regrese. No conseguía
cuidar de los niños (¡Son 5, por Dios!), trabajar y estudiar. Se había dado
cuenta de que no podría seguir la vida así y le gustaría terminar sus estudios.
Una pregunta surge entonces: ¿Sería, David, su marido, egoísta y un agiotista
de la situación financiera de Ángela? Pobre mujer, ¡Qué destino eligió!
Para concluir,
Teresa está a punto de entender la relación de su padre con Roberta. El hecho
es que él conocía a su familia y había establecido relaciones comerciales que
no tuvieron éxito. Parece que los Peralta estaban envueltos en estos negocios.
La muerte de su padre, habría sido una venganza. ¿Por qué su padre tenía un
papel con el nombre de Roberta y su dirección en Sevilla? Estas preguntas aún
no fueron respondidas, ¡qué el próximo capítulo las revele!
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