Capítulo 10: “Déjalo ir”
La
muerte es algo natural que forma parte del ciclo de la vida. No obstante,
seguimos ignorándola y sufriendo cuando perdemos a un ente querido. El sentimiento
de pérdida y el de la certeza de que nunca más veremos a la persona que amamos,
provoca una mezcla de cólera, angustia, miedo, tristeza y vacío. Este último,
además, seguramente nunca más será ocupado.
El
capítulo 10 aborda tanto la reflexión sobre la muerte como la relación que
tenemos con este momento de la vida. El luto no es algo fácil de sobrellevar,
sin embargo, es necesario porque no podemos negar que el ser amado ha dejado de
existir. La historia nos invita a acompañar la marcha de Candela, que recibió
la noticia de que su hermana se había muerto.
Esta fue una de las pocas alumnas
del Instituto que obtuvo éxito, pues estaba estudiando en la Universidad. Era
una joven de 20 años que transmitía alegría, así como también inspiraba a todos.
De una manera desafortunada, su muerte provocó tristeza en las maestras y
alumnas. Candela no supo vivir el duelo, cambiando su comportamiento ante la
vida.
Bienaventuradamente no estaba sola, puesto que sus amigas estuvieron presentes, intentando ayudarle a superar este momento bastante difícil. Así que fue muy bonito ver el compañerismo entre las chicas para acogerla y vivir juntas el duelo. No hay duda de que este apoyo fue fundamental para que Candela superase su dolor sin desesperación. Soportar la intensa pesadumbre de la pérdida es un proceso duro, pero no tiene que ser vivido de modo solitario.
Bienaventuradamente no estaba sola, puesto que sus amigas estuvieron presentes, intentando ayudarle a superar este momento bastante difícil. Así que fue muy bonito ver el compañerismo entre las chicas para acogerla y vivir juntas el duelo. No hay duda de que este apoyo fue fundamental para que Candela superase su dolor sin desesperación. Soportar la intensa pesadumbre de la pérdida es un proceso duro, pero no tiene que ser vivido de modo solitario.
Doña
Luisa había perdido a su marido, algo que la marcó profundamente. Tal vez esto
pueda explicar su rigidez y, al mismo tiempo, la dulzura y comprensión que muestra con sus colegas y alumnas. Su hijo tenía razón al decirle que debía dejar el pasado atrás y ver el futuro con más alegría y color. No obstante,
vivía bajo los recuerdos de su vida, de cuando estaba casada con su esposo. En
verdad, no había aceptado su muerte, viviendo todavía ese duelo. Considerando
la decepción con su hijo, cambió radicalmente su vida: rompió los lazos
familiares y “lo dejó ir todo”, incluso su pasado.
Ahora
hablemos de otros dos personajes. Teresa y Ramón están enamorándose, pero la
maestra tiene un espíritu libre que no combina con el de su pareja. Por el
contrario, Ramón es romántico, por eso busca una relación amorosa con compromiso y no
una aventura. ¿Cuál será su futuro? No lo sabemos… La Academia acogió
a Tomás, el hijo de la familia Peralta, que está trabajando allí como
auxiliar de Ramón. Su presencia ha provocado celos y ha despertado pasiones… ¿Qué futuro tendrá este chico?
Cervantito, El Perro
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