Reflexiones sobre “El lápiz del carpintero”, de Manuel Rivas

Escrita por Manuel Rivas, el autor gallego más traducido a otros idiomas en su época, El lápiz del carpintero es una novela que cuenta una historia de amor que ocurrió durante los años de la Guerra Civil Española (1936 – 1939), entre un joven médico republicano, llamado Daniel Da Barca, y Marisa Mallo, la hija de un exmafioso español dotado de preceptos totalmente opuestos a los del médico. Sin embargo, a lo largo de la lectura, más que ver el retrato de una historia de amor, tenemos expuestos los males de un período de oscuridad por el que atravesó la población española y durante el que se llevó a cabo todo tipo de torturas como resultado del posicionamiento político de oposición al gobierno de Franco.

Pocos años después del lanzamiento del libro de Rivas, se realizó una adaptación para las pantallas de cine, más específicamente en el año 2003, de manos del director Antón Reixa. La base de esta adaptación me parece estar muy cerca de la base de la novela escrita por Rivas, donde tenemos los tipos sociales muy bien retratados, especialmente el guardia civil llamado Herbal, responsable por la tortura y el exterminio de parte de los presos políticos, grupo que incluía al doctor Da Barca.

Sin embargo, para intensificar la emoción y atraer la atención de los espectadores hacia la película, a veces la personificación de los personajes está al borde de la exageración. La admiración malsana de Herbal por Marisa, por ejemplo, es casi pesada en las escenas en las que aparece en la pantalla. Esta, sin embargo, no me parece ser la única razón por la cual este personaje en particular se convierte en un adulto afectado, toda una infancia problemática también sirve para reforzar su personalidad absurdamente insana. 

Estos y otros detalles se pueden notar fácilmente después de leer el trabajo de Rivas y ver la película. En mi opinión, la magia de las páginas escritas por el autor gallego se destaca con relación a la adaptación al cine, aunque la película también tenga unas características de obra maestra. A los lectores, les indico las dos obras, pero personalmente me quedé encantada con "El lápiz de Rivas".

Juliana de Almeida Sarti