Cuadro de Cândido Portinari |
Rio, a 15 de octubre de 1946
Querido Candidito:
Estoy contento con el éxito de tu
exposición, de la que llegan aquí los primeros ecos. Y más contento aún porque no
fue ninguna sorpresa. Era algo que yo ya esperaba, el éxito previsto por tus
amigos, el reconocimiento mundial inevitable de la gran obra que vienes
realizando, como tu propio destino. Eres la alegría y el honor de nuestro
tiempo y de nuestra generación. No sé si sabría decírtelo en persona, pero me lleno
de coraje en esta carta para exteriorizar una convicción que es de todos tus
compañeros, los cuales se sienten elevados y explicados en tu obra. Sí, mi
estimado Candidito, fue en ti que logramos conseguir nuestra expresión más
universal, y no apenas por la resonancia, sino más bien por la misma naturaleza
de tu genio creador que, aunque permaneciera ignorado o negado, nos salvaría
para el futuro.
Te echamos mucho de menos y yo, que soy
un hurón y un solitario, ni por ello dejo de recordar aquellas buenas charlas
en Cosme Velho, cerca de tus cuadros. El ambiente aquí es el mismo que dejaste;
el mismo, o tal vez un poco peor. Vivimos, como siempre, en la falta de un rumbo seguro y poca gente comprende los
sucesos. No hay señal de mejora de la crisis económica y sigue la crisis
política, con una ilusoria efervescencia democrática en torno a las próximas
elecciones estatales. Ilusoria porque los partidos dominantes continúan haciendo
el viejo juego, de cara a los nuevos tiempos. Una cosa triste.
Recién fundamos el Ateneo García Lorca,
para la difusión de la cultura española, en solidaridad con la gente de España y
tú fuiste incluido en el Consejo Consultivo de la Institución, de la que me
hicieron presidente provisional. La idea es buena y podrá prosperar, si el
grupo trabaja con perseverancia. Ciertamente contamos con tu apoyo y con tu
colaboración. ¿Vale?
Vi en mano de Landucci pruebas de las galeradas (excelentes) de tu álbum que aparecerá en Londres, creo que con la
introducción de Aníbal. Pienso que va a salir algo decente.
Me gustaría mucho que me enviaras
algunas de las críticas más interesantes que aparezcan sobre la exposición. Dales
a María, Inês y a João Cândido el abrazo de Dolores, María Julieta y el mío.
Los anhelos amigos de tu viejo.
Traducción de Mei Santana
Hablar de Drummond y Cándido es hablar del arte, pensamiento, sentimiento, etc.
ResponderEliminarLa tarde tal vez fuera azul si no hubiera tantos deseos.(traducido por mí)
Carlos Drummond de Andrade
Bravo, Mei. Como siempre, ¡un trabajo sobresaliente! Besos desde Montevideo,
ResponderEliminarGracias Marta!
ResponderEliminar¡Es una carta muy preciosa! Y un verdadero encanto poder leerla.
ResponderEliminar¡Gracias, Mei!