—¿No te enteraste, Lourdes?
—¿De qué, Vera?
—¡Madre mía! Fue muy fuerte
lo que pasó.
—Pues no, no me he enterado.
—Entonces, debes de estar
pensando en las musarañas, Lourdes, pues todo el mundo en el barrio se ha
enterado.
—Pero, ¿es algo muy grave,
Vera?
—Grave, grave, diría que no.
Pero que es un chisme de alto voltaje, sí.
—¡Madre mía! Debe de haber sido muy fuerte, Vera, estás tan impresionada con lo ocurrido. Me estoy
quedando con curiosidad.
—Entonces, amiga mía, voy a
contártelo todo. Presta mucha atención.
—Soy todo oídos, Vera, siempre y cuando no sea un cotilleo.
—Imagínate, Lourdes, si puede ser un cotilleo. No me gustan los chismes. ¡Dios me libre! Es apenas algo que sucedió y
que todo el mundo está sabiendo. Hasta me pareció extraño que no lo supieras.
—Ah, Vera, sabes que soy una mujer de mi casa, casi no salgo, difícilmente me entero de lo que pasa.
—Pero yo también, Lourdes,
soy mujer de mi casa, sin embargo, hay cosas que son imposibles que la gente no
sepa.
—¿Hace tiempo que sucedió
eso, Vera?
—Dios mío, ni te cuento, hace ya como cuatro meses.
—¿Y solo fue descubierto
ahora?
—No, la gente ya desconfiaba
antes, pero sabes como es, ¿verdad? Sin estar seguros, no se puede decir nada.
—Entiendo, Vera, así es. Si
no se tiene seguridad, no se puede hablar porque sería cotillear, ¿verdad? Y yo odio los chismes, Vera.
—Yo también, Lourdes. El chisme es
un mal que echa todo a perder.
—Pero, ¿qué pasó, Vera?
—Lourdes, no quieras ni saber.
¿Sabes aquella chica?
—¿Cuál, Vera?
—Ana, la hija de Lucy.
—Sí, sé.
—Dios mío, ni te cuento,
Lourdes.
—¿Recuerdas que su primo vino
a vivir con ellas?
—Oí algo en la época.
—Entonces, cuando Lucy no
estaba en casa, los dos estaban teniendo una aventura.
—Vera, no me lo lleves a mal,
pero eso no me interesa.
—Espera, Lourdes, es que
no sabes el final.
—¿Qué final?
—Ella se quedó embarazada de él.
—Eso es tan natural, Vera.
—¡Madre mía! ¿Crees que es
natural, Lourdes? Eres muy moderna. En mi tiempo eso podía causar hasta la muerte.
—Pero, Vera, ¿cómo estás segura de que ella realmente está embarazada?
—¿No observaste? ¡Ella está
gorda! Cosa de embarazada, sabes. Y todo el mundo está comentando.
—Mira, Vera, discúlpame,
pero me enteré de que ella engordó porque está pasando por un momento
difícil en su vida, un momento de depresión.
—¡Dios mío! Eso no lo sabía,
Lourdes. ¡Pobrecita!, ¿en serio? ¡Qué pena!
Adenildo
Lima
Traducción
Mei Santana
Adenildo Lima, nació en Colonia Leopoldina, una pequeña ciudad ubicada en el interior del Estado de Alagoas, Brasil. Llegó a São Paulo en 1998, donde reside hasta hoy. En 2016 participó de la 24ª Bienal Internacional del Libro de São Paulo (Brasil). Adenildo es escritor, poeta, ponente y profesor universitario. Como licenciado en Letras, hizo su maestría en el área de Educación y una especialización en Gestión de Políticas Culturales, en la Universidad de Girona (España). Hasta el momento ha publicado cuatro libros, entre ellos, el más reciente es O copo e a água (Cuento infantil, 2ª ed., 2017) y A parteira (Poema narrativo, 2013), con prefacio de Isabel de Andrade Moliterno. En 2017 se postuló para el asiento 37, de la Academia Brasileña de Letras (ABL), que antes estaba ocupado por el poeta Ferreira Gullar.
Si te gustó, no te pierdas "Joaquín", cuento inédito en español de Adenildo Lima.
Adenildo Lima, nació en Colonia Leopoldina, una pequeña ciudad ubicada en el interior del Estado de Alagoas, Brasil. Llegó a São Paulo en 1998, donde reside hasta hoy. En 2016 participó de la 24ª Bienal Internacional del Libro de São Paulo (Brasil). Adenildo es escritor, poeta, ponente y profesor universitario. Como licenciado en Letras, hizo su maestría en el área de Educación y una especialización en Gestión de Políticas Culturales, en la Universidad de Girona (España). Hasta el momento ha publicado cuatro libros, entre ellos, el más reciente es O copo e a água (Cuento infantil, 2ª ed., 2017) y A parteira (Poema narrativo, 2013), con prefacio de Isabel de Andrade Moliterno. En 2017 se postuló para el asiento 37, de la Academia Brasileña de Letras (ABL), que antes estaba ocupado por el poeta Ferreira Gullar.
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