Definición de Correveidile:

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domingo, 13 de noviembre de 2016

"Ecos del pasado en España 1"

Los alumnos de C2-sábado preguntan a especialistas de Historia y Literatura españolas sobre temas relacionados con la República española, la Guerra Civil y la Dictadura franquista. He aquí los resultados de este encuentro...


Lipe de Vega pregunta…

Al contrario de en otras dictaduras de la misma época, la franquista duró más de treinta años, ¿a qué se debió su éxito?
Decía Franco que todo estaba atado y bien atado. La represión fue muy brutal, sobre todo en los primeros veinte años, y eso imposibilitó un movimiento interior de contestación al régimen. También le favoreció a Franco la situación internacional de Guerra Fría. El odio del dictador hacia todo lo comunista y masón hizo que las potencias democráticas occidentales, aunque condenaran el régimen franquista, en muchas ocasiones miraban para otro lado, en especial los Estados Unidos. Franco les venía bien como un país occidental cuyo régimen (dictadura de derecha) era todo lo contrario al soviético (aunque este era una dictadura también, pero de izquierdas). Ejemplos de esta “permisividad” son los acuerdos sobre las bases norteamericanas instaladas en nuestro país y la entrada de España en la ONU.

¿Si el bando republicano hubiese perdido las elecciones de 1936, cree que hubiera habido guerra?
El bando republicano no perdió las elecciones d 1936. Quien las perdió (dentro también de la República) fue la CEDA, un grupo de partidos de derecha, que había gobernado los dos años anteriores, de 1934 a 1936. El ganador fue el Frente Popular, una coalición de partidos de izquierdas.
Puede ser que el triunfo del Frente Popular avivase los intentos golpistas, pero la guerra civil no fue la consecuencia de estas elecciones, sino el golpe de Estado. Si este hubiese triunfado en toda España no hubiese habido guerra civil, y lo mismo hubiera ocurrido si hubiese fracasado en todos los sitios.

¿De qué acusaban a Lorca para justificar su muerte?
De colaborar con la II República en el bando de izquierdas, de criticar a la burguesía, sobre todo a la granadina, de ser homosexual y de pertenecer a una familia pudiente que tenía veleidades artísticas y que había tenido problemas de lindes de tierras con otros terratenientes.


Sissi pregunta…

¿En algún momento, tras la Guerra Civil o el Franquismo, hubo algún juicio de los delitos cometidos tanto por el bando de los sublevados como por el bando de los republicanos?
Juicio, lo que se dice juicio, que yo sepa no ha habido. Lo que sí se está intentando desde la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica es devolver la dignidad a las personas que fueron víctimas de la represión franquista.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) surgió a raíz de la exhumación de una fosa común en la que se encontraban los restos de 13 republicanos civiles asesinados por un grupo de pistoleros falangistas el 16 de octubre de 1936. Ocurrió en la localidad leonesa de Priaranza del Bierzo, en el mes de octubre del año 2000. Numerosas personas acudieron al lugar de la excavación para pedir ayuda en la búsqueda de desaparecidos. Y un grupo de personas decidieron crear la Asociación para prestarles esa ayuda.
Desde entonces, con la colaboración de numerosas personas, han podido ayudar a decenas de familias a recuperar los restos de sus seres queridos y a cientos de ellas a conocer el destino que corrieron sus familiares. Se trata de algo que hasta ahora no había hecho por ellos una democracia que tras la muerte de Franco construyó una transición fundamentada en el olvido, consolidado en la Ley de Amnistía aprobada, en octubre de 1977, con los votos de la izquierda mayoritaria en el Congreso de los Diputados. Esa ley dice en su Artículo 2.f que quedan incluidos en la amnistía “los delitos cometidos por funcionarios y agentes del orden público contra el ejercicio de los derechos de las personas”. De ese modo quedaba declarado impune cualquier delito o violación de los derechos humanos cometida antes del 15 de diciembre de 1976.
Para todo ello desde el año 2000 trabajan desde la Asociación para dignificar nuestro pasado, pedir justicia a los que la merecieron y no la tuvieron, y profundizar en nuestra democracia.

Considerando que la Iglesia Católica en España tomó parte en la Guerra Civil, ¿cuál fue la posición del Vaticano?
Según el diario oficial de la Santa Sede, el entonces secretario de Estado vaticano expresó sus "simpatías" hacia quienes defendían "los principios del orden y de la civilización cristiana". Por tanto, está claro que el Vaticano estaba a favor de los sublevados, sobre todo, tras la quema de iglesias por parte de los “rojos”, violaciones de monjas, etc.

Como Lorca ya era bastante conocido, tal vez podría haberse exiliado tras el comienzo de la Guerra Civil. ¿Hay alguna explicación de por qué no lo hizo?
A él le ofrecieron ayuda las embajadas de Colombia y Méjico, porque sabían que corría peligro en España. Sin embargo, Lorca pensaba que en Granada no iba a tener ningún problema. Todos los veranos los solía pasar allí con su familia para festejar la onomástica de su padre y la suya propia, y consideró que ese año de 1936 no tenía que ser diferente, a pesar del clima bélico que se respiraba en España y del estallido de la guerra tras el golpe de Estado. Su decisión tan atrevida le costó la muerte, como ya sabemos.


Jack pregunta…

Las muertes de José Castillo, por el lado republicano, y Calvo Sotelo, por el lado de los sublevados, ¿fueron los disparadores de la Guerra civil española?
José del Castillo Sáenz de Tejada (Alcalá la Real, Jaén, 29 de junio de 1901 - Madrid, 12 de julio de 1936) fue un militar español que se destacó durante la II República Española. Sería su asesinato junto con el asesinato del diputado derechista José Calvo Sotelo los que la historiografía ha considerado como detonantes de la Guerra Civil española. La conspiración militar en realidad había comenzado en el momento mismo de ganar las elecciones el Frente Popular.

¿Se puede decir que Buenaventura Durruti fue el mayor símbolo obrero durante la Guerra civil?
Buenaventura Durruti fue un legendario luchador anarquista, que llegó a Madrid el 14 de noviembre de 1936. Una semana más tarde moriría debido, casi con seguridad, al disparo accidental de un fusil en su coche cerca de la Ciudad Universitaria, pero lejos del escenario de los combates. Circuló el rumor de que lo había matado un francotirador rebelde. Muchos anarquistas acusaron a los comunistas de haber asesinado a su líder. Los comunistas replicaron que había sido asesinado por sus propios hombres, que le odiaban debido a su determinación de imponer disciplina. Las recriminaciones mutuas en torno a su muerte proporcionaron un motivo más a la dura confrontación que ya había entre ellos. Evidentemente, es una de las grandes referencias del anarquismo español, un luchador para instaurar en España el comunismo libertario. Con la llamada Columna Durruti luchó denodadamente contra el fascismo. Visto desde este punto de vista, podríamos decir que si no fue el mayor símbolo obrero durante la Guerra Civil, sí fue uno de los más importantes. Sin embargo, no hay que olvidar otras personalidades en este ámbito de la lucha obrera, como: Francisco Largo Caballero, Ascaso, Luis Araquistain, y otros…etc.

Los sublevados que se autodenominaron “nacionales” ganaron la Guerra civil y España, durante ese tiempo, se convirtió en un país retrasado con respecto al resto de Europa durante más de 30 años, pero eso sí, se mantuvo unificado. ¿Cómo estaría España hoy si los republicanos hubieran ganado la guerra?
Dar una respuesta a esta cuestión es jugar un poco a las adivinanzas. Es difícil preverlo, pero creo que tendríamos una situación parecida a la actual, aunque con mayor antelación de tiempo. Es decir, el Estado de las Autonomías se habría impuesto, posiblemente de una forma asimétrica. Las llamadas “nacionalidades históricas’ (Cataluña, País Vasco, Galicia, y quizás Andalucía, tendrían un grado de autonomía mayor con respecto al resto, algo parecido a lo que ocurre en Italia, donde cinco regiones gozan de un estatuto especial. Creo que España estaría igualmente unificada, pero con los nacionalistas dando continuamente la lata.


La Duquesa pregunta…

Después del término de la dictadura franquista en España, ¿hubo una "Comisión de la verdad" para aclarar los crímenes cometidos durante este período?
Más de 130 000 personas desaparecidas, 2 500 fosas comunes por exhumar, decenas de miles de niños robados. Ochenta años después, estos crímenes del franquismo aún están vivos en las mentes de muchas personas en nuestro país y siguen esperando una reparación que el Estado les niega.
Un país no puede estar preparado para entenderse a sí mismo sin una historia verídica que sea accesible a las nuevas generaciones. Por eso, se inició a través de Convocatoria Cívica, una petición al Parlamento para la creación de una Comisión de la Verdad sobre los crímenes del franquismo, al igual que se ha hecho en muchos otros países de nuestro entorno para situaciones similares. Una Comisión que, por cierto, ha sido recomendada por la ONU después de la reciente visita a España de su Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas e Involuntarias. Los pasos posteriores, una vez recopiladas las firmas, serán gestionados por la Plataforma por la Comisión de la Verdad a la que Convocatoria Cívica pertenece.

¿Los militares fueron o no castigados por los crímenes que practicaron? ¿Y los opositores del régimen?
El 14 de diciembre de 2006, varias asociaciones de familiares de víctimas del franquismo presentaron denuncias ante la Audiencia Nacional por presuntos delitos de detención ilegal, cometidos por motivos políticos durante 1936 y los años subsiguientes en diferentes puntos geográficos del territorio español. Posteriormente, se añadieron las de otras entidades, memorialistas o sindicales, hasta sumar 22 denuncias a fecha de 6 de octubre de 2008. Desde distintos lugares, se pretendía esclarecer la realidad de unos hechos que podían ser calificados como crímenes contra la humanidad.
Todas las denuncias presentadas ante la Audiencia Nacional se basaban en que a partir del 17 de julio de 1936 se ejecutó un plan sistemático y preconcebido de eliminación de oponentes políticos mediante muertes, torturas y desapariciones forzadas. Hechos que supusieron la detención y posterior desaparición de miles de personas.
Es evidente que durante la Guerra Civil se produjeron detenciones ilegales y desapariciones forzadas en las zonas donde el golpe militar triunfó. En ocasiones, cuando se habla de tales hechos, no queda del todo claro si las desapariciones se dieron durante todo el conflicto armado y la posterior posguerra en todo el territorio, o únicamente se produjeron en algún momento concreto y en zonas determinadas.
Esta definición es totalmente aplicable a los terribles hechos que se produjeron durante la Guerra Civil, y especialmente a los acaecidos durante los primeros meses del conflicto. Fue en este periodo cuando se produjo la mayor parte de detenciones forzadas y posteriores desapariciones de hombres y mujeres en las zonas donde los golpistas se impusieron a la legalidad republicana. Una vez pasados los primeros meses, las desapariciones y muertes arbitrarias dejaron paso, a excepción de casos aislados, a la actuación represiva de la “justicia” militar. A partir de este momento, los sublevados dejaron constancia documental de las detenciones, encarcelamientos, juicios, sentencias, ejecuciones e inhumaciones de las víctimas, por lo que la definición de desaparición forzada no se podría aplicar a tales casos en su sentido estricto.
Como consecuencia de todo esto, podemos afirmar que los militares no han sido castigados por sus crímenes, al menos hasta el momento, aunque la tarea para la Recuperación de la Memoria Histórica está en ello; y, por otro lado, los opositores al régimen sufrieron todo tipo de vejaciones: persecución, cárcel, exilio, etc.

¿Hubo una Ley de amnistía? ¿Esta fue general o parcial?
El proceso de amnistía de los condenados por el franquismo fue temprano, inmediatamente anterior al proceso constitucional, intenso, difícil, y no aceptado por toda la sociedad española. La coronación del Rey, una semana después de la muerte de Franco, fue acompañada de un primer indulto con el que se pretendió vincular a la nueva monarquía con el concepto de reconciliación.
De modo que el indulto general con el que Juan Carlos de Borbón abrió su reinado sirvió como acicate a la reclamación de amnistía que dio origen a una permanente movilización durante el primer semestre de 1976: colegios de médicos y de abogados, rectores de universidad, jueces y fiscales, ayuntamientos, asociaciones de vecinos, incluso la conferencia episcopal; no hubo ningún partido, ningún organismo unitario, ningún sindicato, que no reivindicara en sus programas y en sus convocatorias la amnistía total como primer requisito para avanzar hacia la democracia. El clamor por la amnistía lo llenaba todo y se convertía en una demanda permanente: libertad, amnistía y estatuto de autonomía fueron las consignas repetidas una y mil veces en las decenas de manifestaciones convocadas hasta la dimisión/destitución de Carlos Arias como presidente del gobierno.
Dos importantes normas de amnistía se sucedieron en este periodo histórico. En julio de 1976 (Real Decreto Ley 10/1976, de 20 de julio) el Gobierno de Suárez concedía la primera amnistía. En el entorno del movimiento pro amnistía, esa primera medida fue acogida como un primer paso de superación de la guerra, aunque también se consideraba muy limitada e insuficiente. En octubre de 1977, el Parlamento nacido de las elecciones de junio aprobaba la Ley 46/1977, de 15 de octubre, de Amnistía, de mayor amplitud. Desde el punto de vista jurídico, la amnistía acogía tanto a quienes habían sido objeto de instrucción, condena, sanciones o cumplimiento de penas de prisión, como a quienes no, y consideraba que los hechos imputables ya no eran delito. En definitiva, no había perdón porque el hecho condenado o sancionado nunca hubiera tenido que ser considerado delito. Así, los beneficiarios podían exigir su rehabilitación e incluso una indemnización económica por los daños ocasionados.
La Ley de Amnistía solo tuvo dos “agujeros negros”: no se podían acoger a ella ni los militares de la Unión Militar Democrática ni las personas acusadas de haber colaborado en la interrupción voluntaria de un embarazo. Ambas exclusiones demuestran el poder e influencia que todavía tenían en aquellos momentos el Ejército y la Iglesia.
En definitiva, hubo una ley de amnistía temprana, poco después de la muerte del dictador, y, en cierto modo, parcial por las dos excepciones a que hacemos referencia arriba: la de los militares de la Unión Militar Democrática y la de los médicos que habían practicado el aborto, ya que la ley del aborto todavía no se había promulgado en España. En consecuencia, todos los abortos practicados durante el franquismo eran considerados como un crimen. 

2 comentarios:

  1. Una vez más, agradecemos la presencia de estos tres profesores españoles: Juan, José y Rafael, que siempre que nos visitan es para engrandecer nuestra visión del mundo cultural hispánico. En breve, contestarán a más preguntas...

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  2. ¡Las visitas de los profesores son siempre muy provechosas! Aprendemos mucho sobre la historia de España de manera bastante agradable y verdaderamente enriquecedora.

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