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miércoles, 15 de marzo de 2017

James Dean: El eterno rebelde sin causa

Estimados lectores(as), ¿vosotros ya habéis prestado atención al hecho de que ciertas personas tienen el don de mitificar la época en la cual viven? Esto exactamente es lo que ocurrió con James Dean, el mayor símbolo de la juventud norteamericana de los primeros años posteriores a la Segunda guerra mundial.

Según sus biógrafos: “James Byron Dean (Marion, Indiana, 8/02/1931 - Cholame, California30/09/1955). Actor estadounidense que, tras cursar estudios de arte dramático en Nueva York, inició su carrera trabajando en pequeños teatros de Broadway. Su interpretación en El inmoralista (1954), pieza teatral de A. Gide, le valió la oportunidad de firmar un contrato en Hollywood. Finalmente, Jimmy, como se le conocería más tarde, consiguió convertirse en actor de cine, poco después de esto, cuando el director Elia Kazan le ofreció el papel principal de Cal Trask en la archiconocida película Al este del Edén. El director eligió a Dean por su similitud con el personaje, introvertido, tosco, melancólico y apasionado. 

Cuando llegó a Hollywood para trabajar en la citada película, se compró su primer Porsche, un Speedster 356 descapotable blanco. El 26 de marzo corrió sus dos primeras carreras y logró finalizar el primero en una y el segundo en la otra. La famosa película empezó a rodarse el 28 de marzo de 1955, en blanco y negro, pero al ver el éxito inicial de los fotogramas de Al este del Edén volvieron a empezar en color, por lo que se terminó a los dos meses y la postproducción unos meses más tarde". 

James Dean
Se sabe a ciencia cierta que: "El 1 de mayo corrió en su tercera carrera donde quedó tercero. En 1955 se puso a las órdenes de Nicholas Ray para protagonizar, junto a Natalie Wood y Sal Mineo, Rebelde sin causa, en la cual Dean daba vida a un adolescente incomprendido y en desacuerdo con la realidad que le rodeaba. Después rodó Gigante (Dean se unió al rodaje más tarde ya que estaba terminando Rebelde sin causa), película de George Stevens, junto a Rock Hudson y Elizabeth Taylor. Su personaje, Jett Rink, tenía también rasgos de Dean, ya que ambos eran personas solitariasMientras trabajaba en Gigante, Dean se compró un Porsche Spyder 550, bautizado como “Little Bastard” (“Pequeño bastardo”) por Bill Hickman, otro corredor y amigo personal de Dean, que formó parte de su equipo como instructor, siendo especialista en rodajes de escenas peligrosas con coches". 

En el ámbito privado: “Dean salió con muchas mujeres, pero el amor de su vida fue la actriz Pier Angeli, a quien conoció durante el rodaje de Al este del Edén”. A pesar de que la madre de Angeli se opuso a ese romance, estuvieron juntos hasta que Angeli le comunicó que iba a casarse con el cantante Vic Damone. “Dean no aceptó esa decisión”, y según algunos biógrafos, “la golpeó”. Durante la ceremonia de la boda de Angeli, se situó con su moto delante de la puerta de la iglesia y mantuvo acelerado el motor para hacer ruido. Sin embargo, el matrimonio de Angeli duraría poco tiempo. 

James Dean y Pier Angeli

Mis queridos lectores (as), tengo la impresión de que somos testigos de un viejo refrán del medio artístico, el cual afirma que la vida imita al Arte. ¡Las semejanzas entre el actor y el hombre son absolutamente notables!

De los tres largometrajes que protagonizó Dean, sin duda, Rebelde sin causa (1955) fue el decisivo a la hora de forjar la leyenda que pretende hoy destacar esta sección. La crítica ha sentenciado: “James Dean y la frágil Natalie Wood formaron, en la película de Nicholas Ray, un dúo adolescente cuya identidad entra en crisis al enfrentarse con el mundo de los adultos y con el de los de su misma edad. El rostro angustiado de James Dean fue, sin duda, el mejor reflejo del dolor de una masculinidad conflictiva enfrentada a los ritos de paso impuestos para ingresar en la comunidad”. 

La sinopsis de la película podría resumirse así: “Tres jóvenes con problemas familiares son los protagonistas de Rebelde sin causa: Jim Stark (James Dean), Judy (Natalie Wood) y Platón (Sal Mineo), que coinciden en la comisaría tras ser detenidos. Como su familia ha cambiado de domicilio, el día siguiente es para Jim Stark el primero en el nuevo instituto. Allí se reencuentra con Platón, un joven reservado y solitario de quien enseguida se hace amigo, y con Judy, que es la novia de Buzz, el cabecilla de una banda de jóvenes rebeldes. A la salida de clase, Buzz, que ha detectado una cierta atracción entre Judy y Jim, provoca a este hasta desencadenar una pelea con navajas. La aparición de un profesor la interrumpe, quedando pospuesta. 

Fotograma del duelo de Rebelde sin causa

Esa misma noche, en un acantilado cercano, el duelo ya no es con navajas; consiste en ver quién tarda más en saltar de un coche, que avanza hacia un precipicio, a toda velocidad. Buzz no lo consigue y se estrella contra las rocas. A partir de ese momento Jim y Judy, acompañados por Platón, se verán envueltos en una espiral fatídica que acabará con la trágica muerte de este último”. 

Rebelde sin causa (1955) no fue, quizás, la mejor película de Nicholas Ray, pero sí la más emblemática y conocida de toda su carrera y la que reúne prácticamente todas las características de su cine: “Un tema muy de su gusto, con personajes jóvenes desesperados y, muchas veces, fuera de la ley, que emprenden alocadas huidas hacia delante debido, en buena medida, a los problemas de identidad y personalidad que sufren”. En cualquier caso, esta obra transformó a “James Dean, enfundado en aquella cazadora reversible negra y roja que tanto imitarían los jóvenes a la hora de vestirse, en el icono juvenil de los prósperos y problemáticos años 50”. 

“Aunque no tan míticos, no son desdeñables sus trabajos en los otros dos filmes que protagonizó: el papel de Cal Trask, el hijo repudiado y solitario de Al este del Edén (1955), de Elia Kazan, y el abrupto y autodestructivo Jett Rink, que acompañaba a Liz Taylor, en Gigante (1956), dirigida por George Stevens a partir de la novela de E. Ferber, y en la que Dean, en esta ocasión un peón de rudos modales, consolidó su imagen de joven inconformista”. Al final, por este trabajo obtuvo su segunda nominación al Oscar (póstuma) junto a su compañero de reparto, Rock Hudson. No obstante, ambos fueron derrotados por Yul Brynner gracias a su trabajo en El rey y yo

Dean y Julie Harris

“El 17 de septiembre (días antes de su muerte) hizo un anuncio publicitario en el que advertía a los jóvenes que condujesen con prudencia. Tan pronto como terminó el rodaje de la película, Dean fue a competir en una carrera de automóviles en Salinas, cerca de San Francisco. La noche anterior dejó su gato a Elizabeth Taylor para que se lo cuidase, ya que temía que algo le sucediese”. 

Dean y Taylor en Gigante

No, estimados lectores (as), no hay engaño en lo que acabáis de leer. James Dean aparentaba prever que estaba en los últimos días de su trepidante vida. 

Los momentos finales: “El 30 de septiembre de 1955, Dean enganchó el Porsche en su ranchera para llevarlo a Competition Motors para una puesta a punto. Allí se reunió con el fotógrafo Sanford Roth y su amigo el actor Bill Hickman. Su mecánico, Rolf Wütherich, pasó tres horas poniendo a punto el motor de alto rendimiento y colocando un cinturón de seguridad en el asiento del conductor. Antes de irse a Salinas, Dean paró en una gasolinera a seis manzanas de su casa para repostar. Entonces decidió conducir el Porsche a lo largo de la costa para hacerle unos kilómetros (cuando en un principio iba a llevar el Porsche en el remolque de su ranchera). Mientras Dean rodaba por la carretera, acompañado por su mecánico, se le acercó en el cruce 41-46, en la localidad de Cholame (California), un Ford a gran velocidad, conducido por un estudiante. Dean trató de esquivarlo, pero no pudo. 


Se incrustó contra el Ford lateralmente por la izquierda y se rompió el cuello en el choque, perdiendo la vida instantáneamente el 30 de septiembre de 1955, a la edad de 24 años. El conductor del Ford, que tan solo se rompió la nariz y se lastimó un hombro, murió de cáncer en 1995, mientras que el mecánico de Dean salió despedido del coche, se destrozó una pierna y se rompió la mandíbula, pero no murió, lo haría años después en un accidente de coche en Alemania (1981). James fue enterrado en el Park Cemetery de Fairmount (Indiana). En 1977, se inauguró un memorial en su honor cerca del lugar del accidente, en Cholame”.

Dean murió a unos 800 metros al este de este árbol

Algunos investigadores, periodistas y biógrafos encuentran ciertos detalles que cuestionan la versión del accidente. “Se habla de un suicidio planeado, planificado por el propio James Dean. Para apoyar esta extraña conjetura, se esgrimen diferentes teorías. La primera abre un interrogante sobre por qué Dean no esquivó al vehículo con el que iba a colisionar y que, según la declaración del mecánico Wütherich, no se explica. En segundo lugar, otro dato esgrimido que lleva a pensar en que Dean buscaba de alguna manera la fatalidad fueron las distintas visitas que realizó a algunos de sus mejores amigos y a algunos de sus compañeros de reparto de sus películas. Se dice que tras el accidente todos convinieron en lo extraño del caso, pues se había presentado, ante todos, vestido con un traje oscuro, algo nada habitual en su vestimenta”. 


En el año 1999, el American Film Institute lo colocó en el puesto 18º como mejor estrella de cine masculina en su lista AFI's 100 Years...100 Stars

"Dean es un icono cultural de desilusión adolescente, tal como se expresa en el título de su película más célebre: Rebelde sin causa. Un símbolo para toda una generación marcada por sus ansias de libertad y en perenne conflicto con sus mayores”. 

Al conocerse la noticia de su fallecimiento, tenía apenas 24 años y los adolescentes estadounidenses enloquecieron. “Se había cumplido lo de vive rápido, muere joven y deja un hermoso cadáver, una de sus frases más comunes. Sin embargo, los mitos nunca mueren y James Dean permanece en la memoria de todos como el ideal romántico del joven rebelde que toda una generación asumió como ídolo y punto de referencia”.


“Hermoso, indócil, tierno e incomprendido. Le bastaron tres películas para que su leyenda de antihéroe confuso y desarraigado se viera catapultada al frío y reluciente territorio de la inmortalidad, tras deshacer su deportivo una noche en una curva de Salinas”.

De manera resumida
Sin dudarlo, es posible garantizar que los pocos años de vida y la trilogía de sus películas fueron lo suficientemente intensas como para que James Dean haya podido influir corazones y mentes de personas de todo el mundo, desde 1955 hasta el final de los tiempos.

Pepe Cocodrilo







Notas Bibliográficas y citas:
https://www.ivoox.com/james-dean-audios-mp3_rf_12327457_1.html

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