Ponderaciones y desequilibrios en "Asesinos inocentes"

Las venturas y desventuras del espíritu son lo que verdaderamente determinan a una persona. Uno hace lo que su alma establece, al mismo tiempo que la propia esencia también está definida por los hechos de uno mismo. En esa orquestación de la vida, una nota que desafina es capaz de hacer decaer la delicada armonía de esa melodía.

A menudo, a todos se nos han presentados dilemas, muchos de los cuales la mayoría de la gente enfrenta sin muchos problemas, ya sea porque son insignificantes o porque no le afectan a uno directamente. Así que los individuos siguen adelante, casi sin pensar en esos asuntos, pues la verdad es que todos quieren llevar sus vidas sin preocupaciones importantes o cualquier otro malestar. Pero hay ocasiones en las que uno puede encontrarse frente a un inusitado contratiempo que pone a prueba toda su sensibilidad y la capacidad de razonamiento.

Esas son circunstancias en las que se necesita tomar una inconveniente decisión delante de un enorme dilema, uno que envuelva un valor inestimable. Si se tiene en cuenta todo lo que hay de más valioso, se puede sencillamente pensar que lo que más importa para cualquiera es la vida. Parece simple, cuando se piensa en la propia vida, pero es inconveniente cuando se trata de otra. Nadie quiere dictar una sentencia que comprometa irremediablemente otra vida. Mucho menos, si es una decisión entre la propia vida y la de otro individuo.

Es un tipo de situación que acomete no solo la existencia de uno, sino la propia sustancia del otro. Siempre será una pérdida y una molestia que tendrán que ser soportadas para siempre. Así que, si no hay una alternativa buena o mala, cualquiera sería aceptable. No obstante, este tipo de razonamiento es cuestionable y arriesgado, porque siempre habrá lo que es correcto y lo que es equivocado. Y para todo equívoco hay una consecuencia, que puede tardar, pero jamás fracasar.

Película: Asesinos Inocentes (España, 2015).

Sissi - C2