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lunes, 14 de enero de 2019

"El caserón de Salto Grande"



El Museo pedagógico Dr. João da Silva Carrão (Americana, São Paulo)

Este es un sitio que visité algunas veces cuando era niño, era una época en la que a los chicos, en las escuelas de la región, nos incentivaban a conocer y divulgar la cultura e historia de nuestra ciudad. Así que esta era una casa muy grande, con varios cuartos, en los que yo entraba y salía, con escaleras de madera que me gustaba mucho subir y bajar hasta cansarme. Además, había herramientas y utensilios de época para atrapar a los esclavos. Un lugar muy bello y grande, donde se podía apreciar el encuentro de aguas entre ríos, uno con agua verde y otro con agua roja y barrosa.

El Museo Histórico Municipal Dr. João da Silva Carrão está instalado en la sede de la antigua Hacienda Salto Grande, que se encuentra en la confluencia de los ríos Atibaia y Jaguari, naciente del río Piracicaba, en la ciudad de Americana (São Paulo, Brasil), originaria de la concesión de Sesmaria, en 1790. La casa principal, que hoy alberga el Museo, fue construida en taipa de pilón (barro y paja entrelazados con madera), con estructura y fundaciones en madera de ley.

Esta construcción está considerada como un tesoro del interior paulista. Tan solo en Minas Gerais hay caserones de esta magnitud aún en pie. Esta es la única construcción de inicios del siglo XIX en la región con casi doscientos años.

A pesar de la influencia de la arquitectura portuguesa, es posible encontrar rastros de otras escuelas, como la griega o la italiana. Otro punto que llama la atención a los ingenieros es que, tan pronto como llegan al lugar, hay una perfecta similitud entre los laterales del edificio, que es un cuadrilátero exacto, con techo en cuatro aguas, y la preocupación del constructor Manoel Teixeira Villela, el primer dueño de la casa, en dejarlo imponente. Parece que el terreno fue escogido para que quien llegara ahí, a la región, pudiera verlo sin ninguna barrera.

Sus paredes llegan a tener un metro de espesor y hasta 12 metros de altura libre de planta. Hay vigas que pesan más de una tonelada. Dicen que la forma redondeada e irregular de las tejas originales se debe al hecho de que eran moldeadas en los muslos de los esclavos que fabricaban estas durante la construcción del caserón. Según la opinión de los arquitectos de la región, es asombroso pensar que esas maderas fueron levantadas por las manos de los esclavos de la época, sin ningún tipo de equipo auxiliar. Los vidrios que adornan las ventanas de la casa también llaman la atención, por haber venido de Europa, en una época en la que el vidrio era un signo de riqueza extrema, incluso para la más alta nobleza de la recién independiente República Federativa del Brasil.

Un poco de Historia
La hacienda Salto Grande fue un importante territorio en los diversos períodos de su ocupación con diferentes producciones agrícolas. Asimismo, fue propiedad privada hasta la década de los 70, cuando asumió su coordinación el Ayuntamiento Municipal de Americana (São Paulo), para constituir la sede del Museo. El Museo posee un acervo diversificado, entre documentos, objetos y maquinarias; además, cuenta la historia de la consolidación de la ciudad, del desarrollo y la cultura de la comunidad local, así como de los diferentes períodos que el caserón vivió.

El área en la que se ubica la hacienda Salto Grande fue ocupada desde mediados del siglo XVIII cuando era una Sesmaria (parcelas de tierras dadas por la Corona portuguesa a personas que se establecían en una determinada localidad) y, ya en posesión de Domingos de la Costa Machado, que fue uno de los pioneros de la ocupación del territorio hoy comprendido entre las ciudades de Campinas y Piracicaba, efectivamente podría ser el lugar donde se originó la futura ciudad de Americana, tal y como se conoce hoy.


En 1771, se inicia el cultivo de la caña para la producción de azúcar y aguardiente a lo ancho de los márgenes de los ríos Atibaia y Jaguari, afluentes del río Piracicaba. Hasta finales de ese siglo, las tierras pasarían por diversos propietarios, como Antonio Machado de Campos, Antônio de Sampaio Ferraz, Francisco de Sampaio y André dos Santos Furquim. 

Sin embargo, en 1799, las tierras son adquiridas por Manoel Teixeira Vilela, que inicia la construcción del solar, que fue concluido alrededor de 1810, e intensifica la producción, haciendo de la hacienda una de las principales productoras de caña de azúcar de la región. Posteriormente, en 1835, bajo la administración de Antônio Manoel, hijo de Manoel Teixeira Vilela, pasa a ser cultivado el café en la finca.

En 1870, parte de la hacienda Salto Grande es adquirida por Francisco de Campos Andrade. En 1873, la misma es desmembrada y uno de sus lotes es adquirido por Antonio de Souza Queiroz. En 1887, se inicia la ocupación de parte de esas tierras por inmigrantes italianos que llegaron a la localidad para trabajar en el cultivo del café, viviendo en colonias cercanas y dentro de la hacienda, bajo el liderazgo de Joaquim Boer. En ese mismo período, y coincidiendo con el fin de la Guerra de Secesión en Estados Unidos y el incentivo dado por Don Pedro II para atraer mano de obra extranjera especializada en el cultivo del algodón (producto este cada vez más valorado en el mercado externo), se fomentaría la inmigración norteamericana hacia el interior paulista. En 1907, la familia Müller adquirió la propiedad, entonces la hacienda adopta el policultivo o policultura y la cría de ganado lechero y de corte. Ya en 1908, comienza la construcción de la central hidroeléctrica de Salto Grande, concluida en 1911.

En el año 1944, João José Abdalla compra la hacienda, siendo este el último propietario del caserón. En 1946, la casa sede pasa a funcionar como almacenes, consultorios médicos y odontológicos. No obstante, en la granja se retoma el cultivo de la caña de azúcar hasta 1960, época en que se inicia la construcción de la usina que nunca fue utilizada para su fin original. En 1971, tras la acumulación de deudas, la familia Abdalla llega a un acuerdo con el ayuntamiento y el caserón pasa a ser un Museo.


El Museo fue cerrado en 2002 para la visita pública. A través de la Ley Rouanet y con la participación de grandes empresas de la región, en 2008 el ayuntamiento de la ciudad inició una amplia reforma del Museo, que empezó por el tejado. AUn así, debido a varios problemas, la reforma no avanzó y desgraciadamente está paralizada y sin previsión para que se termine.

Yo me quedé muy triste al visitar hoy este sitio y ver el gran abandono en el que se encuentra, pero mantengo la esperanza de verlo totalmente reformado y disponible para que las personas conozcan parte de la historia del interior paulista.

El Museo Histórico está
 en la Av. Nicolau João Abdalla, nº 5005, 
Salto Grande - Americana,
São Paulo (Brasil)

 Adilson Cezar Luiz

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