Definición de Correveidile:

1. Persona que trae y lleva cuentos y chismes // 2. Blog de los amantes de la lengua de Cervantes


domingo, 22 de mayo de 2016

AUDIOCUENTO: "La niña y el árbol: Amor inusitado" (NARRADO CON LA VOZ DE LA AUTORA)



Luz, este era el nombre de la niña, llena de brillo e inocencia, repleta de sueños y deslumbrada por la naturaleza. Vivía en un bosque colmado de verde y de humedad que daba vida a las más preciosas plantas y flores: su perfume era inmejorable y, además, había un colorido muy especial, algo que la transportaba a los más increíbles deseos y sueños inconfesables. 

Un día, Luz se despertó con el corazón inflamado de pasión que le abrazaba el alma; su imaginación la hacía flotar y le trasladaba a los infinitos rincones del universo, fue así que Luz llegó hasta el tronco de un hermoso e imponente árbol que había en aquel bosque. Allá, en aquel momento, le encendió el deseo y le entraron unas ganas fugaces de dejar su marca para siempre en el tronco, así que con gran euforia graba con letras bien delineadas, como si fuera un tatuaje, su lindo nombre. El árbol no se aguantó de tanta alegría, puesto que vio en aquel gesto inocente la expresión de un amor sincero y sin interés. 


Después de mucha soledad y con lágrimas contenidas, sumergida en una sensación que jamás hubiera experimentado, se conmovió y le dejó caer una flor, como si formara parte de su ropaje, que le lanzara en honor a la niña.
Luz, al recibir tan precioso regalo, se fue y de una forma mágica se dio cuenta de que algo en su vida había sido transformado. Pasados muchos años, regresó al bosque con la esperanza de encontrar a su gran amor. Ya no era más una niña, sino una mujer, que al dejar grabado su hermoso nombre en el tronco, como si fuera una promesa que se tatúa en el cuerpo del ser amado, no imaginaba que había despertado en el árbol tan gran pasión.

A su vez, el árbol sintió enloquecer su corazón cuando la vio y, aunque conmovido y triste, le hizo recordar:

-Tú eres la niña que mi tronco hirió, yo guardo siempre tu querido nombre y tú, ¿qué has hecho de mi pobre flor?


La niña/mujer le dio un beso que le hizo sudar de pasión y enseguida le respondió:

-La llevo grabada muy dentro, en mi corazón, y además está tallado en mi pecho el recuerdo de aquel precioso momento en el que, estando huérfana de amor, me enseñaste a amar. Crucé mares, afronté la furia del viento, las tinieblas de la oscuridad, tan solo para llegar hasta ti y decirte que te quiero, que eres mi eterna felicidad.













Mei Santana
Escritora brasileña

2 comentarios:

  1. Un orgullo poder contar con una aportación tan creativa, bella e interesante como esta. Gracias, Mei. Ojalá sigas colaborando con nosotros!! Mil besos,

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  2. Gracias Marta, será siempre un placer!
    Besos.

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