Cómo dar la vuelta a la tortilla en tu primera entrevista

La novedad nos trae una mezcla de emociones, que empiezan con el entusiasmo de cada nueva experiencia, pasando por las dudas sobre la capacidad de cada uno, hasta llegar al miedo del fracaso y de los obstáculos que puedan surgir. Esa sería una buena descripción de cómo me siento cuando pienso que conduciré una entrevista.

Las primeras preguntas que vienen a la cabeza suelen ser: ¿Será qué mis preguntas serán obvias? ¿Será qué diré tonterías? ¿Cómo el entrevistado reaccionará ante un hablante de español que aún comete errores en el habla? ¿Será qué mis compañeros van a preguntar lo mismo que yo, poniéndome en una situación difícil e incómoda al tener que buscar rápidamente algo para el reemplazo? En caso de mantener esta línea de raciocinio, tendré muchas oportunidades de fracasar para lograr el objetivo de hacer un buen trabajo.

Entonces, ¿qué hacer? Respirar. Volver al principio. Acordarse de que esa tarea no es distinta de casi todo lo que hacemos en nuestro cotidiano, una vez que, diariamente, tenemos que enfrentar situaciones inesperadas que huyen de nuestro control, pero siempre sobrevivimos a ellas.

Sin duda, prepararse es esencial, así como conocer el tema de la charla. Además de eso, seguir algunas recomendaciones nos ayuda a tener éxito en esta tarea. Olvidar cualquier juicio previo que nos impida absorber nuevos conocimientos, aceptarlos o reflexionar sobre algo que, hasta entonces, no habíamos digerido.

Es cierto que, en teoría todo sigue el “camino feliz”, el que se produce sin problemas. No obstante, la práctica suele ser más compleja y estar llena de dificultades. Sin embargo, mantenerse tranquilo, producir un guión con notas de los puntos importantes, son algunas sugerencias que pueden ser hechas por todos los debutantes en la materia del periodismo. Y, por fin, para garantizar un buen trabajo, contar con el apoyo de los colegas de clase, que son un excelente soporte para el trabajo en grupo. 

Érika W. O. Fernandes